lunes, 22 de agosto de 2011

Capítulo 8: “Miedo”


Tom comenzó a tocar una melodía que me era conocida. Amaba la manera en que tocaba. Expresaba tantas emociones… era como si la guitarra y el fueran uno solo. Mientras tocaba, tarareaba la canción, de inmediato supe de cual se trataba. Claro por esa razón era su favorita, era la canción de el y su hermano. “In die Nacht”, ese era su nombre. Cada vez que escuchaba esa canción un nudo se formaba en mi garganta. Mire a Tom, quien tenía sus ojos llorosos. A pesar de que el sea algo frío con Bill y que no demuestre que lo quiere, sus ojos me expresaron lo contrario. Las últimas notas dieron el fin de aquella hermosa canción. Tom tenía su mirada clavada al suelo, estaba ido. Dirigí mi mano hasta su mejilla izquierda y la acaricie, al momento de hacerlo cerró sus ojos. Llevo una de sus manos al rostro posándola sobre la mía, presionándola aun más contra su cara. Luego me miró y sonrió… yo hice lo mismo.
- Perdón por esto – mencionó parándose y dejando su guitarra a un costado.
- No tienes que pedirme perdón, no has hecho nada malo – le sonreí y me pare quedando frente a el. Tom se acercó a mí y me abrazo… Quede algo atónita ante aquella reacción por parte de el. Reaccioné y correspondí a su abrazo. Su aroma eran tan rico, tan… tan hipnotizante que por un momento me perdí en el. Al momento de separarnos ambos sonreímos. Mire el reloj que tenía puesto en su velador, quien me indicaba que eran las diez de la noche. Que rápido pasa el tiempo…
- Tom ya me tengo que ir, es tarde y mamá se preocupará por mi – en realidad no quería irme. A pesar de que no tengo mucho tiempo de conocerlo, me gustaba estar con el… me sentía completa, feliz, protegida.....
- Yo te iré a dejar, pero antes… - dijo sacándose su gran polerón – toma póntelo, estas muy desabrigada y afuera hace mucho frío, yo me pondré otro.
Acepté y me lo coloque. Me veía bastante ridícula, pareciera que trajera puesto un vestido que fue tirado por miles de personas hasta dejarlo completamente ancho. Tom comenzó a reír.
-¿de qué te ríes? – Pregunte algo molesta
- De nada, vamos – dijo tomándome de los hombros, dirigiéndome hasta la puerta. Al salir vi a Bill, quien también salía de su habitación. Este mi miro algo sorprendido y se acerco a nosotros.
- ¡Tom eres un estúpido! – Exclamó Bill enojado
- ¿Por qué?… ¿acaso hice algo malo? – Pregunto algo confundido
- Y tienes el descaro de preguntar – Bill se notaba algo alterado
- Pero de qué hablas Bill ¿estas loco? – Tom no comprendía la reacción de su hermano
- Tom ella es más pequeña que tu, pudiste siquiera haberla respetado, eres un….
- Espera, espera – interrumpió Tom - antes de que digas lo que tenías pensado decir escúchame
- Muy bien te escucho
- Si piensas que paso lo que creo que estas pensando estas muy equivocado
- ¿A si? – Pregunto Bill levantando una de sus cejas
- Claro que si – exclamó – no estoy mintiendo
- ¿Es cierto eso (tu nombre)? – me preguntó Bill dudando de su hermano
- Si, es cierto, no paso nada… Tom solo me quería mostrar sus guitarras eso es todo – afirmé
- Mmm bueno te creeré a ti, aun que no te conozca de hace mucho pero sé que no eres capaz de mentir con algo así – Dijo Bill. Yo solo le sonreí
- Creo que alguien me debe una disculpa – menciono Tom algo molesto
- ok… perdón por haber dudado de ti Tom

- Bien… bueno ¿nos vamos?
- ¿A dónde van?
- La iré a dejar a su casa, no tardo – dijo Tom dirigiéndose a las escaleras, yo iba detrás de el. Al llegar abajo Tom tomo sus llaves y salimos.
- Perdón por lo ocurrido – dijo mientras caminábamos
- No te preocupes Tom – La verdad es que en el momento de lo ocurrido me sentí horrible. El solo pensar que Bill creyó que Tom y yo hicimos algo más en su habitación me hizo sentir asquerosa, ya que solo tenía de haberlo conocido muy poco tiempo.
- Bueno hemos llegado – parando enfrente de mi casa
- Gracias por venir a dejarme - dije volteando para quedar frente a el
- De nada – el sonrió
- Oh toma – mencioné desabrochándome el polerón
- No, no, no - exclamó – no te lo saques, puedes devolvérmelo otro día
- ¿enserio? – Pregunte algo avergonzada
- Claro que sí…- luego rió - así piensas en mí – y ahí va de nuevo. Mister egocentrismo.
- Bueno adiós Tom – No quise seguirle el juego, así que me despedí lo más rápido posible y luego voltee
- Oye espera – dijo tomando mi brazo
- ¿Sucede algo? – pregunte algo confundida
No menciono palabra alguna, su reacción al momento de que volteara fue abrazarme… ¿por qué lo hacia?... esto me hacia sentir extraña, pero no podía negarme a sus brazos, eran tan grandes, tan… tan calidos, que me hacían sentir protegida…. sentía que calzaba perfectamente entre ellos. No mucho después de que me abrazara, le respondí. Esta vez no pude contenerme y lo abrace tan fuerte que estoy segura de haberlo dejado sin aire. Podía sentir el latir de su corazón, el cual se movía a un compás más rápido de lo normal. ¿Por qué sería?.... quizás estaba ¿nervioso?, no, no lo creo. Sentí como acariciaba lentamente mi cabello, luego su mano comenzó a deslizarse hasta mi cuello, hasta llegar a mi mejilla derecha. Nos fuimos separando lentamente, hasta que nuestros rostros quedaron frente a frente. El, me miraba de una manera peculiar, con esa mirada cautivadora, hipnotizante a la vez… me perdí en aquellos hermosos ojos que brillaban a la luz de la luna. Poco a poco nuestros rostros se fueron acercando… me sentía algo nerviosa, tenía una mezcla de sentimientos dentro de mi. Sentía alegría, emoción, pero sobretodo miedo. Si, tenía miedo de que fuera una más de su lista, tenía miedo de que después de lo que pudiera pasar… ya nada fuera lo mismo. Corrí mi rostro y cerré mis ojos… no quería ver la cara que pusiera al rechazarlo. Me sentí avergonzada y triste, pero no quería parecer fácil delante de el. Puse mi mano en su pecho y luego alcé mi mirada hasta su rostro, este se veía algo molesto, triste, no lo sé no podía definirlo. No podía estar más ahí, me sentía estúpida, así que solo me despedí
- Adiós Tom – dije apartándome de el
- Adiós nos vemos – su voz sonó quebradiza.
Voltee y caminé muy rápido hasta la puerta. Torpemente introduje la llave a la cerradura, gire la manilla y entre. Una vez ahí dentro, me afirme en la puerta y lentamente me deslice en esta, llegando hasta el suelo. Lleve mis dos manos al rostro, el cual estaba algo calido. Aun estaba algo atónita, solo reaccioné a pararme y dirigirme hasta mi habitación. No sé como pero ya me encontraba acostada, sentada pensando en… nada. Dirigí mi vista hasta los pies de mi cama, ahí se encontraba su gran polerón. Gatee sobre la cama hasta llegar a el. Lo tomé y nuevamente me metí a la cama, dejando a mi costado el polerón. Apagué la luz, y como una pequeña niña abrazaba su peluche, abrace su polerón. Su olor estaba gravado en el, era tan excitante que no podía dejar de olerlo. Así lentamente me fui quedando dormida.
Al día siguiente toda la mañana fue aburrida. Mis padres nuevamente salieron, dejándome a cargo de la casa. Estaba en el living, sentada viendo televisión, estaba viendo “el rey león”, si algo infantil, pero es una bonita película. El tiempo de reclame comenzó, así que me levante y decidí mirar por la ventana. Un auto venía ingresando al sitio, creo que era el auto de Bill, claro anoche lo vi estacionado fuera de su casa y supuse que era de el. “Estamos de vuelta con…”, ya había terminado el tiempo de reclame, así que corrí y me senté.
La película ya había terminado, tenía algo de sed, así que me dirigí hasta la cocina es busca de un refresco. Lo bebí y luego lave el baso, en ese momento suena el timbre de la casa. Que extraño, ¿quién podría ser? Fui hasta la puerta y la abrí
- Hola (tu nombre) – saludó alegremente
- Hola Bill, ¿qué te trae por aquí? – Pregunté algo extrañada
- Te tengo una sorpresa – menciono con una gran sonrisa
- ¿Qué sorpresa? – creo que el día por fin se esta poniendo interesante
- Si te digo ya no sería sorpresa… ven vamos – tomó mi mano y me sacó de la casa prácticamente volando.
- Espera Bill no tan rápido – exclamé casi cayéndome
- Lo siento, pero no puedo contener la emoción – claro eso lo pude notar desde el momento en que tocó la puerta.
- Muy bien – dijo abriendo la puerta de su casa – ¡entra, entra!
Entre algo confusa, ¿por qué tanta emoción?, esto me desesperaba. Bill me guío hasta la entrada de su living, antes de ingresar dijo
- Espero que te guste – sonrió y luego entramos – (tu nombre), ellos son Gustav y Georg.
- Hola – dijeron al unísono.



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Hola *-*, espero que les guste el capítulo ya que me costo un poco hacerlo >.<. Les quería comunicarles que esta semana estaré muy ocupada, ya que tengo pruebas, así que dudo que pueda subir capítulos en la semana, are todo lo posible aun que no es seguro. En caso de que fuera así las recompensaré con capítulos muy largos, ¿ya? *-*. Bueno cuídense mucho y gracias por sus lindos comentarios me hacen MUY feliz *-*…. Adiós ♥

8 comentarios:

  1. Esta buenisimo este capitulo, me encanto *-* (como todos e_e)
    Amo como escribes y ojala puedas seguir pronto (:

    Isi.

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  2. plisssssssssssssssssssss
    sube me encanta
    sube pronto si

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  3. ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
    que pasa o.o' hahahaa que amoor de capi lo amee ** maaas mas mas mas ams

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  4. o.o jajaj qe bueno es muy chori sigue escribiendo

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  5. ohhh que tiernos se ven en ese sillon :D
    espero el proximo cap :D
    besos

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  6. ooo cuando vas a poder subir el resto? c: garcias

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  7. uuuyy que emocion! jeje siguela me encanto!

    ana

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