lunes, 26 de septiembre de 2011

Capítulo 17: “¿Aún sientes algo por mi?”

- ¿Por qué dijiste eso?
- ¿Qué cosa? – pregunte confusa.
- Eso de “espero que seas feliz junto a Tom”, ¿qué te pasa?
- A mi no me pasa nada, solo digo la verdad
- Y ¿cómo sabes que es verdad?
- ¿Entonces es mentira?, ¿sólo juegas con ella?
- Bueno…
- Ves… Tom abre los ojos, ¿no te das cuenta de lo que dices?
- Pero…
- Pero nada Tom – interrumpí - No lo hagas, no juegues con sus sentimientos.
Comencé a caminar, pero nuevamente tomo mi brazo impidiendo que siguiera mi camino.
- Espera…
- ¿Qué pasa ahora?
- ¿Qué fue lo que paso?
- ¿A que te refieres? – pregunte sin entender.
- ¿Por qué no contestaste mis llamadas?, ¿por qué de repente dejaste de hablarme?
- ¿De que sirve decírtelo?, ya nada importa.
- A mi si me importa, por favor dime que fue lo que paso
- Si en verdad quieres saberlo, esta bien, te lo diré. Ese día que me llamaste había pasado un inconveniente, corrí hasta el baño para esconderme, en ese momento tú me llamaste, lo que no sabía era que me estaban espiando. Al salir del baño en el cual estaba, se encontraba Gabriela, una niña que me odia. Me había preguntado con quien estaba hablando, no le quise decir, por ese motivo me quito el celular del bolsillo de mi delantal y lo arrojo al suelo. Este se quebró, pero no le basto con eso, sino que lo boto también en el escusado. No sabes cómo me sentía en ese momento, sabía que era el único medio de comunicación que tenía con tigo, pero gracias a ella se esfumo. Día a día pensaba en cómo estarías, que era lo que pensabas de mí… “sólo quiso estar con migo por mi dinero y fama”, “es igual a todas”… Siempre pensaba en lo peor – mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas – Todos los días tenía la certeza de que volvería a Los Ángeles, jamás perdí las esperanzas. Sabía que algún día te podría ver y poder gritar a los cuatro vientos lo mucho que te extrañaba, pero nada era como pensaba… ¿Qué ingenua no?, cómo pude creer algo así… ¿Cómo pude creer que sería alguien especial para ti?, yo… no valgo nada. Comparada con la chica que estas, no soy nada… Ella lo tiene todo… es alta, delgada, es casi de tu misma edad, es… es perfecta. ¿Y yo?, simplemente todo lo contrario… Creo que elegiste bien… Por favor, no la hagas sufrir Tom.
Ya no podía seguir. Si pronunciaba una sola palabra más estallaría en llanto. Tom puso toda su atención en mí al momento de decirle todo. Su asombro era tal que no era capas de pronunciar palabra alguna. Me sentía ridícula. Sin mas que decir, voltee y comencé a caminar.
- ¿Aún sientes algo por mi?
Aquella pregunta provoco que parara instantáneamente. ¿Cuál era su propósito?, acaso ¿quería hacerme sentir peor?
- ¿A qué quieres llegar con eso Tom? – pregunte aun dándole la espalda.
- No me has respondido aún
- No… - voltee - No siento nada por ti.
- Mientes
- ¿Cómo sabes que miento?
- No sabes mentir – comenzó a caminar hasta donde yo me encontraba.
- ¿A sí? – Pregunte desafiante
- Claro que sí, lo puedo notar en tus ojos – dijo acariciando mi mejilla.
- Ya déjame – dije apartándome - tengo que irme, adiós.
Camine hasta mi casa, esta vez sin interrupciones. Al llegar a casa, no encontré a mamá por ninguna parte. Mi última opción fue buscar en el patio de la casa y, en efecto, ahí se encontraba tejiendo lo que al parecer era un chaleco.
- Hola mamá, ya he vuelto
- Hola hija, ¿cómo te fue?
- Bien… ¿qué haces? – pregunte cambiando de tema, en realidad no quería hablar sobre lo que ocurrió hoy.
- Estoy tejiendo un chaleco para tu hermano – respondió sonriente mamá, mostrándome lo que hasta el momento llevaba hecho.
- Está hermoso mamá
- Me alegro de que te haya gustado
- Mamá iré a mi habitación, estoy algo cansada por el paseo
- Esta bien
Camine hasta mi habitación, entre y me recosté sobre la cama. La verdad es que sí necesitaba descansar. Todo lo que había ocurrido hace unos momentos atrás me había dejando tensa.
Aquella pregunta aún daba vueltas por mi mente. “¿Aun sientes algo por mi?”…
¿Aun siento algo por él? No, creo que no. ¿O si?... Esto realmente me confunde. Nadie puede olvidar de un momento a otro a una persona que fue importante en tu vida. Tom sí fue alguien importante en mi vida. Quizás, aun siento algo por él… Pero, tengo que olvidarlo. Él ahora está con Caitlin. Sólo me queda aceptar la realidad…
Entre hacerme preguntas y buscarles una respuesta, me quedé dormida.
Los rayos del sol se reflejan en mis parpados que aún permanecían cerrados. Me senté sobre la cama y me estiré como nunca. Mire mi reloj el cual me indicaban las nueve de la mañana. Había dormido mucho, recuerdo que antes de quedarme dormida eran las ocho de la noche. Me levante, ya que había dormido lo suficiente.
Una vez lista, baje a preparar mi desayuno. En la cocina me encontré con papá, quien como todas las mañanas leía el periódico acompañada de una caliente taza de café.
- Buenos días hija, ¿cómo amaneciste? – pregunto papá dándole un sorbo a su café.
- Bien papá, ¿y tú? – pregunte mientras preparaba una taza de leche.
- Muy bien – sonrió
- ¿A sí?, ¿por qué tan feliz? – pregunte curiosa.
- Hoy comienza mi primer día de trabajo en la empresa y… al parecer ya voy retrasado – dijo mirando el reloj que traía en su mano izquierda.
- Bueno papá, cuídate mucho y que te vaya bien – dije dándole un fuerte abrazo.
- Muchas gracias hija – correspondió mi abrazo y luego se paro en busca de su portafolio.
- Adiós y no te olvides de sonreírle a los clientes
- Siempre lo hago, adiós hija – dijo cerrando la puerta.
Tomé mi taza de leche y me dirigí hasta el living, quería ver un poco de televisión.
La programación era aburrida, así que decidí salir a tomar un poco de aire. Mamá aún dormía, así que le escribí una nota y la dejé sobre la pequeña mesa de centro que se encontraba en el living. Esta decía: “Mamá, salí por los alrededores del condominio, no te preocupes por mi, volveré pronto.”
Tomé las llaves de la casa y salí.
El día estaba bastante hermoso. Los vecinos se encontraban barriendo las hojas que dejaban caer los grandes árboles. Ellos al verme me saludaban amablemente, yo les respondía de igual forma. Extrañaba a mis vecinos.
Caminé hasta la entrada del condominio. En ella, como siempre, se encontraba mi querido portero.
- Hola Evans – salude sonriente.
- Hola señorita (tu nombre), ¿cómo está?
- Bien gracias, ¿y tú?
- De maravilla – sonrió
- Esa sonrisa la conozco, ¿hay algo que no me hayas dicho? – pregunte curiosa.
- No… bueno… si. Lo que pasa es que hoy le pediré matrimonio a Rosalie – dijo avergonzado
- ¿En serio?, vaya… ¡te felicito!- le di un fuerte abrazo
- Espero que acepte – bajo su mirada
- Claro que aceptara, pude ver lo mucho que te quiere
- ¿Nos has visto? – Exclamo
- No, digo sí, una vez ella te vino a buscar y bueno… los vi, pero no los estaba espiando.
- Oh ya veo – rió
Cuando llegue a este lugar, Evans fue la primera persona en la cual tome mucha confianza. Él es un chico joven, sólo tiene veintisiete años. Ambos nos contábamos cosas cuando teníamos problemas y nos dábamos consejos mutuamente.
- No puede ser – exclame
- ¿Sucede algo malo? – pregunto preocupado Evans.
- Sh… ven sígueme – dije dirigiéndome a unos enormes matorrales.
- ¿Qué pasa?, me estas asustando – dijo mientras me seguía por detrás.
- Estoy observando a esa chica que está en el auto, se me hace muy familiar – susurre
- ¿Dónde?
- Evans… sólo hay un auto fuera del portón – dije irónica.
- Oh sí tienes razón – sonrió – y… ¿por qué la espías?
- Sólo veo que hace ahí – dije mirando por entremedio de unas ramas.
- ¿Sabes?, deberías estudiar para ser una detective – Reí ante su comentario.
- Está saliendo del auto – dije agachándome un poco más.
No podía distinguirla, ya que aún se encontraba de espalda. Para mi sorpresa no se encontraba sola, sino que también junto a ella había bajado un muchacho. Ella se había acercado a él, dándole un apasionado beso. Luego aquel chico subió nuevamente al auto y partió. Aquella chica arreglo su vestido y cabello, luego volteo
- ¡Caitlin! – exclame elevando mi tono de voz.
- Sh… – exclamo Evans tapando con su mano mi boca.
Otro portero que se encontraba en la oficina, le abrió la puerta a Caitlin. Comenzó a caminar, pero justo en ese momento aparece Tom. Pude oír lo que hablaban, ya que me encontraba escondida cerca de ellos.
- Hola hermoso – saludo la muy cínica a Tom dándole un beso en sus labios.
- Hola – saludó
- ¿Estas solo?
- Sí, Bill salio con los chicos esta mañana – respondió Tom.
- Entonces creo que tendremos mucho tiempo para divertirnos – dijo colocando sus brazos alrededor del cuello de Tom.
- No Caitlin
- ¿Por qué no? – Exclamo
- Porque no quiero y no insistas.
Así se fueron discutiendo., hasta que logré perderlos de vista.
- Que asco – exclamo Evans – Es una completa asquerosa.
- ¿Por qué? – Pregunte ingenua
- ¿Qué no te diste cuenta?, acaba de bajar del auto arreglándose la ropa y ahora vine como si nada hubiera pasado por más.
- Es una estúpida, como puede hacerle algo así a Tom…
- ¿Aun te gusta?
- No – respondí instantáneamente
- ¿Segura?
- Sí
- No te creo – rió
- Bueno…
- Sabes que puedes confiar en mi – dijo tocando mi mano.
- Sí, aun me gusta. Me… me es difícil olvidarlo. Cada día que pasa, cada vez que trato de que salga de mi mente, nuevamente aparece él. Es… es imposible olvidarlo, trato de de creer algo que me es imposible…
- Tranquila, ya veras que todo se solucionará. Conozco a Tom y también conozco a las chicas que trae al condominio. Todas son solo de una noche, nunca he visto a una sola chica que haya durado más de medio día junto a él. Pero una marco la diferencia, y esa fuiste tú. Desde que te conoció no he visto a ni una sola chica entrar y salir de aquí junto a él. Gracias a ti cambió. Bueno ahora está con esa chica, pero puedo notar que no siente nada por ella. Su cara ha cambiado mucho, ya no es el mismo Tom, el que solía estar con una sonrisa de oreja a oreja. Ahora es un Tom seco, duro, sin gracia. Si hay alguien que puede hacerlo cambiar y que vuelva a ser el Tom feliz, eres tú pequeña. Y si de algo sirve, cuando no contestabas sus llamadas, me preguntaba a mí si sabía algo de ti y me repetía cada dos minutos lo mucho que te extrañaba.
Aquellas palabras me dejaron asombrada, no sabía que decir. ¿A caso era cierto?, ¿realmente había hecho cambiar a Tom?, pero entonces ¿por qué está con Caitlin?, no lo entiendo…
- Gracias Evans – lo abrace muy fuerte.
- De nada, tú sabes que siempre estaré para ayudarte y aconsejarte – sonrió
Estuve un largo tiempo con Evans en la pequeña oficina que se encontraba a la entrada del condominio. Conversábamos de muchas cosas, nos reíamos, en fin. No mucho tiempo después, vimos a Caitlin muy enojada saliendo del condominio. Evans y yo nos miramos extrañados.
Después de haber pasado un agradable momento junto a mi querido amigo, volví a casa. Mamá estaba preparando el almuerzo. Quise ayudarla, ya que ahora le es más difícil hacer las cosas de la casa. Una vez listo el almuerzo, coloque la mesa y serví la comida. Mamá me había preguntado en donde había estado. Yo le respondí que estaba en la oficina del condominio con Evans. Mamá sabía que Evans era mi amigo, así que no se preocupaba mucho. Al terminar el almuerzo, me ofrecí a retirar la mesa y lavar los platos. Le dije a mamá que se relajara y descansara. Ella acepto y salió al patio a tomar un poco de sol y seguir tejiendo.
Levante la mesa y lave los platos. Luego me dirigí a mi habitación y decidí ordenarla un poco. Demoré alrededor de dos horas, pero valió la pena, ahora se veía más ordenada. Decidí tomar una ducha, para relajarme un poco. Al terminar me vestí y me recosté sobre la cama.
Alguien había tocado mi ventana. Me paré y me dirigí hasta ella. Ésta se encontraba abierta. Me asome para ver, pero no había nadie, pero algo había llamado mi atención. Sobre el marco de la ventana, se encontraba una hoja de papel. La tome, la abrí y comencé a leerla. En ella decía: “te espero detrás del gran árbol que se encuentra en la plaza. Por favor no faltes, te estaré esperando”
Me extrañe mucho, no tenía idea de que se trataba, ni siquiera se me pasaba por la mente quien podría ser. Al principio dudé en ir, pero al final si lo hice.
Salí de la casa y me dirigí hasta la plaza del condominio. Camine hasta el gran árbol que se encontraba ahí. Dude, pero ya era tarde, me encontraba frente a aquel árbol. Me quedé parada por algunos segundos, hasta que alguien hablo.
- Me alegro mucho de que hayas venido – sentí una voz a mi espalda. Voltee para ver de quien se trataba.
- ¿tú? – Pregunte asombrada
- Si, soy yo, ¿creías que era otra persona?
- ¿qué quieres? – Pregunte seria
- Creo que ayer no me dejaste decirte algunas cosas.
- Entonces dilas…
- ¿Te acuerdas de aquella pregunta que te hice?, la pregunta: “¿Aun sientes algo por mi?”. Bueno, quiero responderla.
Sí, aun siento algo por ti. ¿Crees que te olvidé?, porque si es así estas muy equivocada. ¿Cómo crees que te podría olvidar?, ¿cómo voy a olvidar a alguien que es especial en mi vida? No. No puedo, no podré y no podría olvidarte nunca. Eres parte fundamental en mi vida… No sabes lo que sufrí sin ti, sin tus palabras, sin tus suspiros, sin tus abrazos, sin… sin tus besos. Cuando dejamos de comunicarnos, creí que ya no sentías nada por mí. Creí que solo estabas con migo por mi fama. Traté de olvidarte, me metí con Caitlin para olvidarte. Creí que con ella olvidaría lo que había vivido junto a ti, pero fue inútil. Nada, ni nadie podrían reemplazarte, eres única. Eres especial, eres mi todo. Te extrañe tanto… Verte ayer me sorprendió mucho, estas… cambiada. Espero que solo hayas cambiado por fuera, pero no por dentro. Espero que sigas siendo igual a como te conocí. Tu… ¿aún sientes algo por mi?
Me era difícil hablar… ¿Ese era Tom?, ¿él estaba diciéndome aquellas palabras?, esto parecía un sueño… Si es así, me gustaría que nadie me despertara.
- Tom… yo… si… – una lágrima callo por mi mejilla – Aún siento algo por ti y no sólo una cosa, sino que miles.
Tom se acerco a mí y me abrazó. Él se separo un poco de mi, me miró a los ojos como nunca antes lo había hecho. Sus ojos eran tan hermosos y penetrantes que hipnotizaban a cualquiera. Con ambas manos tomo mi rostro y lentamente se acerco hasta mi rostro. Nuestros labios se rozaban, provocándome un leve cosquilleo en ellos. Su aliento chocaba contra mis labios. Ambos cerramos nuestros ojos y de un momento a otro nuestros labios ya hacían unidos. Esta vez fue completamente distinto, Tom se apodero por completo de mi boca y yo la de él. Ambos nos extrañábamos. Extrañábamos nuestros labios, los armoniosos movimientos que hacían, extrañábamos sentir el roce de nuestras lenguas que tímidamente una se apoderaba de la otra. Ahora me doy cuenta de que esto no es un sueño, esto es real. Nuestra falta de aire provoco que lentamente desasiéramos ese ansiado beso.
- Eres todo para mi, por favor no te apartes de mi lado – susurro a mi oído.
- No lo aré Tom – respondí de igual manera.
- Gracias por aparecer en mi vida. Gracias por devolverme nuevamente la alegría, gracias mi pequeña…



___________________________________________________________________________

¡Hola!, perdón por la tardanza, pero no sabía como escribir esta capítulo ._. , pero ahora salio, ¡por fin! Les informo que ahora será más difícil que suba capítulos seguidos, ya que hoy entre a clases, después de una larga semana de mini-vacaciones y ya empecé con trabajos. Ahora tengo que hacer un resumen de nueve videos y responder de ese resumen una guía D:, bueno me voy a hacerla >.< . Adiós y cuídense mucho ♥

PD: Gracias por los lindos comentarios, me gusta saber lo que piensan n.n y perdón por la ortografía pero estoy muy apurada >.<
PD2: Si recuerdan quien es Caitlin lean el capítulo 10 :)

viernes, 23 de septiembre de 2011

Capítulo 16: ¿Coincidencia o destino?

Después de reflexionar lo ocurrido, salí de mi habitación y me dirigí a la cocina, mamá ya tenía la comida lista. Trate de mostrarme lo más normal posible, no quería preocupar a mis padres. Estoy segura de que notaron algo raro en mí, pero ninguno pregunto nada. Ayude a mamá a lavar los platos y ordenar la mesa. Papá ya no estaba, había viajado al centro de la ciudad para estar al tanto de su trabajo que comenzaba mañana. No quería estar encerrada en la casa, necesitaba salir a despejar mi mente, lo necesitaba mucho. Le pregunte a mamá si podía dar vueltas por los alrededores, ella acepto. Tome las llaves de la casa y salí.
Comencé a caminar por la plaza, aquella en que alguna una vez camine junto a Tom. Esta vez no me sentía mal, al contrario, no sentía nada. Esta vez no lloré, las lágrimas no servían de nada, no lloraré más por un hombre, y menos por él. Me senté en una banca que se encontraba junto a un gran árbol. Las hojas ya comenzaban a caer, el otoño ya se acercaba. El lugar se veía muy hermoso, lleno de hojas de muchos colores. Los niños jugaban alegremente en ellas, junto a sus mascotas. Comencé a sonreír al ver a una niña junto a su pequeño hermano. Muy pronto tendré al mió junto a mi lado.
El ladrido de un perro me saco de mis pensamientos. Voltee hacia mi derecha y pude ver que junto a mi se encontraba Scotty. Un momento… si Scotty está aquí, significa que Tom también lo está. Esto era malo, no quería verlo, así que inmediatamente me pare y comencé a caminar hacia… hacia cualquier lado, cualquier lugar me parecía bien si no estaba él, pero para mi mala suerte Scotty comenzó a seguirme. Al parecer aun me recordaba…
- Vete Scotty no quiero que tu dueño me vea – le susurraba al perro.
Todos mis intentos fueron inútiles, mientras más le hablaba, más fuerte ladraba.
- ¿Scotty qué haces molestando a esa chica?
Diablos… no puede ser, ¿por qué a mi?, me alegro mucho estar de espalda. No sabía quien era y tampoco quería saberlo, solo quería salir de ahí lo más pronto posible.
- Lo siento si mi perro te molesto, pero siempre se me escapa – se escuso.
- Descuida, no me hizo nada – dije aun dándole la espalda.
- Un momento… ¿(tu nombre)? – dijo tocando mi hombro.
- Eh… si, ¿sabes algo?, mi madre me acaba de llamar, así que… adiós – comencé a caminar.
- Oye espera, ¿qué no me saludaras?, tan rápido te has olvidado de mi.
Esto me parecía muy extraño, definitivamente no era Tom, ya que si hubiera sido él hace mucho tiempo me habría hablado, o bueno… quizás no. Voltee para ver de quien se trataba.
- ¿Bill? – pregunte confusa.
- Claro, ¿acaso hay alguien más? – pregunto mirando a su alrededor.
- Oh no… vaya, te desconocí – exclame - Veo que te has cortado más el pelo y te has dejado crecer la barba.
- Así es – me sonrió - ¡vaya!, estas cambiada. Veo que has crecido – rió
- ¿Tu crees?, yo siento que estoy igual.
- No, es enserio estas diferente, has crecido, la ultima vez que te vi eras un poco más baja.
- Bill… tú eres el alto aquí
- Tienes razón – dijo rascado su cabeza.
Ambos nos miramos y comenzamos a reír.
- ¿Qué te trajo de nuevo a Los Ángeles?
- Bueno a mi padre lo promovieron a un nivel más alto y le hicieron elegir, si quería trabajar en mi país o aquí y bueno, el eligió trabajar aquí.
- Eso es bueno, así estarás más cerca de m…nosotros – sonrió nervioso.
- Oh si claro… a propósito, ¿Gustav y Georg aun están aquí?
- Si aun lo están, Georg está en la casa y Gustav fue de compras, pero ya está por regresar – hizo una pausa – Em… ¿(tu nombre)?
- ¿Si?
- ¿Te gustaría salir con migo? – pregunto rascándose el cuello.
- Oh claro que me gustaría, sólo deja avisarle a mi madre – sonreí
- ¿En serio?, si es así yo te acompañaré, vamos
Tomo mi brazo y caminamos hasta mi casa. Abrí la puerta y entramos.
-¿Mamá donde estas? – pregunte alzando la voz.
- En la cocina – respondió de igual manera.
- ¿Mamá puedo salir un rato? – pregunte llegando a su lado.
- ¿Salir?, ¿con quién?
- Con migo – respondió Bill llegando a mi lado.
- Oh, ¿Bill verdad?
- El mismo – sonrió
- Y, ¿qué dices mamá? – Pregunte
- Mm… esta bien
- Gracias – exclame dándole un abrazo.
- De nada, diviértanse, y Bill…
- ¿Si?
- Cuida a mi hija
- Claro que lo aré – sonrió
Bill y yo caminamos hasta la entrada de la casa.
- Bill, ¿puedes esperarme un momento?
- ¿por qué? – Pregunto confuso
- Quiero cambiarme de ropa – sonreí
- Oh claro, ve te espero
- Gracias, no tardo
Corrí a mi habitación y me cambie lo más rápido posible. En menos de cinco minutos ya estaba junto a Bill.
- Listo, vamos – dije saliendo de la casa.
- Vaya, que rápida eres, yo en tu lugar hubiera tardado…. treinta minutos – sonrió
- ¿Qué tanto haces?
- Bueno tardo más en maquillarme. Bien, ahora tú me acompañaras a mi casa, ya que también me iré a cambiar, no pienso salir así.
Caminamos hasta su casa. Al entrar me puse nerviosa, ya que no quería encontrarme con Tom, pero para mi buena suerte no se encontraba.
- Bueno, espérame aquí, ponte cómoda no tardo.
Me senté en un gran sillón. Comencé a recorrer con la mirada toda la casa. Ahora que la veo bien, esta muy distinta a como la vi por ultima vez.
Escuche que alguien estaba cantando. No era Bill, era una voz completamente distinta. Poco a poco se hacia más fuerte, hasta que llego en donde me encontraba.
-¿(tu nombre)?
- ¡Gustav! – exclame parándome y corriendo a abrazarlo.
- Vaya, pero que sorpresa, hace mucho tiempo que no te veía – dijo correspondiendo mi abrazo.
- Así es, solo he llegado hoy a Los Ángeles
- Y, ¿qué haces aquí, esperas a alguien?
- Así es, espero a Bill
- ¿Bill?
- Si, saldremos juntos – dijo Bill llegando.
- Oh… bueno, que se diviertan – sonrió Gustav.
- Gracias – dijimos al unísono Bill y yo.
- Oye Bill
- Dime Gustav
- ¿Dónde esta Georg?
- Creo que está durmiendo
- Oh, bueno lo iré a despertar con agua fría, adiós
- Pobre Georg – dije saliendo detrás de Bill.
Fuimos hasta su auto, él me abrió amablemente la puerta del copiloto. Le agradecí y subí. Luego subió Bill y ambos nos pusimos los cinturones de seguridad.
- ¿Te gustaría ir al cine? – pregunto mientras encendía su auto.
- Claro, hace mucho tiempo que no voy a uno
- ¡Que bien!, entonces iremos al cine
En el trayecto hablamos de muchas cosas. Bill contó lo que había hecho en estos cinco meses en mi ausencia. Menciono que pronto comenzarían a trabajar en un nuevo álbum. Todo el trayecto fue entretenido. Llegamos a una calle en la cual se encontraba el cine.
Bill busco un lugar para estacionarse y luego bajamos. Caminamos hasta donde se encontraba el señor que vendía los boletos.
- No puedo creerlo, eres tú (tu nombre) – grito una chica.
Voltee y para mi gran sorpresa encontré a una persona que no veía hace mucho tiempo.
- Constanza – exclame dándole un gran abrazo.
- A pasado tanto tiempo desde que no te he visto, ¿Dónde estabas?
- Es una larga historia Coni
- Algún día tendrás que contármela – sonrió mi querida amiga.
- Claro, así será – mire hacia el lado de Constanza – Veo que no vienes sola.
- Oh no, vine con Nick, estábamos comprando unos boletos para el cine.
- Hola (tu nombre) hace mucho tiempo que no te veo – me saludo con un beso en la mejilla.
- Hola Nick, así es ha pasado tiempo
- Al parecer tu también vienes acompañada – dijo Constanza
- Oh sí, chicos les presento a Bill
- Hola, un gusto – saludo amablemente mi acompañante.
- (tu nombre), ¿por qué no me habías mencionado que tenías novio? – Dijo Constanza
- ¿Novios?, ¿nosotros? – Exclame
- No, no somos novios, sólo somos amigos – respondió Bill.
- Te me haces muy familiar, acaso… ¿tú eres Bill Kaulitz del grupo Tokio Hotel? – Pregunto Nick
- El mismo – sonrió
- Bueno (tu nombre), nuestra película ya va a comenzar, nos vemos pronto, adiós.
Así se fueron Constanza y su novio. Bill y yo fuimos a comprar los boletos para ver la película. Luego compramos palomitas de maíz y algunos refrescos.
La película era bastante linda. Trataba de una pareja de enamorados que tuvieron que separarse por problemas familiares. Ellos se quería mucho, por esa razón día a día estaban en contacto telefónico, pero por motivos dejaron de hablarse. Tiempo después el destino los junto nuevamente, pero no de la forma en que ellos creían. Él ya la había olvidado, estaba con otra. Ella desilusionada, día a día vivía con un dolor en su corazón, pero cierto día su vida cambio. Ella se había enamorado de la persona que menos se esperaba, se había enamorado del hermano de aquel chico.
Un momento… ésta película se me hace familiar. Es… similar a mi vida.
En ese momento Bill tomo mi mano. Quede helada. Acaso ¿este será mi destino?, ¿será igual al de aquella la película?.... ¿será esto coincidencia o destino?... espero que no lo sea.
La película había terminado. Nos paramos y comenzamos a caminar.
- ¿Sabes algo? – menciono Bill.
- Mm… no, ¿qué debería saber?
- Estoy muy feliz de que hayas vuelto, te extrañé mucho – se acerco a mi y me abrazo.
Por un momento quede inmóvil, no sabía si corresponder a su abrazo o quedarme así como estaba, inmóvil.
No resistí y correspondí a su abrazo. Estar entre ellos me hacia sentir… bien. Me sentía querida…
- Jóvenes les pido que abandonen la sala por favor, pronto pasaran otras personas – dijo un guardia.
- Claro, discúlpenos – se escuso Bill.
Ambos salimos de aquel lugar. Bill me llevo hasta una tienda, era muy bonita.
- Espérame aquí no tardo – dijo Bill y luego se acerco hasta una joven que atendía el local.
Estuvieron conversando durante algunos minutos, luego Bill se acerco nuevamente a mí.
- Bueno, ahora nos vamos- rió
Bill comenzó a caminar, yo le seguía por detrás. Ese día habían muchas personas comprando, las cuales me empujaban al pasar. Bill lo noto y tomo de mi mano.
- Bill, ¿qué pasa si te ve algún paparazzi? – pregunte incomoda.
- ¿Crees qué me importa lo que digan o piensen? – Pregunto
- Bueno…
- No, no me importa. – Interrumpió, luego paro quedando frente a mi - No te preocupes, yo te cuidare siempre, pase lo que pase – dijo acariciando mi mejilla.
- Gracias Bill – le sonreí
- Vamos, quiero mostrarte algo en el auto – tomo nuevamente mi mano y nos dirigimos al estacionamiento.
Cuando llegamos al auto, entramos y nos pusimos los cinturones de seguridad.
- (Tu nombre)…
- Dime Bill
- Compre esto para ti, espero que te guste – dijo dándome una pequeña cajita.
La tome y comencé a abrirla. Estaba envuelta en un pequeño papel, comencé a desenvolverlo y note que era una pulsera. La saque y pude notar que tenia un gravado, éste decía “Sacred”.
- Es hermosa Bill – dije mirándolo a los ojos.
Bill no dijo nada, sólo quito la pulsera de mis manos y comenzó a ponerla en mi muñeca derecha.
- Muchas gracias Bill, es realmente hermosa.
- Te fijaste en su gravado – dijo mirando a la pulsera.
- Si lo note, dice “Sacred”
- Así es… y, ¿sabes por qué?
- No…
- Es porque para mi eres sagrada. Si algo te llegara a pasar, no sé que haría… me volvería loco. Eres como la hermana que nunca tuve. Como te lo dije, pase lo que pase siempre te cuidare, siempre estaré para ti.
- Bill…
- Oh no por favor no llores, se me rompería el alma verte llorar – desabrocho su cinturón de seguridad, se movió un poco de su asiento y me abrazó.
- Gracias Bill – susurre a su oído.
Nos separamos y ambos comenzamos a reírnos. Al parecer nada era como lo había pensado hace algunos minutos atrás. Eso me alegra, no quiero hacer sufrir a Bill, se que no me corresponde, jamás le haría daño de esa manera. No me lo perdonaría nunca…
- Bueno, para alegrar un poco el ambiente, pongamos música – propuso Bill.
- ¿A quien escucharemos?
- Créeme te gustará, es una banda muy famosa y el vocalista es genial su voz es realmente asombrosa – dijo mientras colocaba el CD.
- ¿A sí?
- Claro que sí, sólo escucha….
Le puso play y después de algunos segundos comenzó a sonar una canción que se me hacía familiar.
“There are days, when you feel so small and you know, you could be so tall...”
- Bill eres tú – exclame
- ¡Si, soy yo! – exclamo riendoce.
Mientras Bill conducía, él y yo cantábamos, claro debo admitir que estaba haciendo el ridículo, ya que no canto bien, pero cantar aquella canción me daba energías, necesitaba gritar, desahogarme y aquella canción me estaba dando la oportunidad.
“Silence can destroy, get up and raise you voice…. Make some noise, here and now, noise, to the world, noise, all the things you believe in, noise...”
- Que energías tienes – sonrió Bill con la vista en frente mientras conducía.
- Claro que si – exclame
- Bueno, entonces subiré el volumen y te ayudare a cantar más fuerte
Así lo hizo, subió el volumen y comenzamos a cantar más fuerte, a decir verdad no cantábamos, si no que gritábamos, bueno de eso trataba la canción ¿no?
Cuando llegamos, Bill me llevo a su casa, dijo que mi visita haría sentir mejor a Georg, ya que se encontraba enfermo desde hace algunos días.
Entramos y Bill me guió hasta la habitación en donde se encontraba Georg.
- Hola Georg – salude entrando a su habitación.
- ¡(tu nombre)!, pero que sorpresa – exclamo sentándose en la cama.
- ¿Cómo te sientes? – pregunte acercándome a él.
- Ahora mejor, gracias a tu visita – sonrió
- Me alegro mucho
Así estuvimos por un rato. Ya era hora de que volviera a casa, mamá debería estar preocupada por mí. Me despedí de Georg y luego baje al primer piso junto a Bill.
Gran sorpresa me lleve cuando note que en el living se encontraba Tom junto a la chica de ésta mañana. Él al verme se sorprendió mucho, yo sólo lo mire con decepción.
- Veo que ya llegaste Tom – dijo Bill
- Si he vuelto… - respondió Tom algo ido.
- Hola Bill – saludo aquella chica.
- Hola – respondió Bill sin tomarle mucha importancia.
- ¿No me presentarás a tu amiga? – Pregunto
- A si… ella es (tu nombre), (tu nombre) ella es Caitlin
- Un gusto (tu nombre) – me saludo aquella chica dándome un abrazo.
- Si… claro – respondí
- Veo que ya tienes novia Bill, ¿por qué no me lo habías contado?
- No es mi novia Caitlin, sólo somos amigos – respondió seco Bill.
- ¿Sólo amigos?, pero ¿cómo?, no acabas de bajar con ella de tu habitación, no es necesario mentir Billito
- Pero que estas diciendo…
- Si crees que Bill y yo estábamos teniendo sexo estas muy equivocada, como te acaba de decir el y yo sólo somos amigos y yo no me acuesto con mis amigos ni con el primero que se me cruza por delante querida Caitlin – dije sería
Tom me miro sorprendido, al igual que Bill y Caitlin.
- Oh ya veo… Bueno – dijo Caitlin cambiado te tema - ¿te gustaría quedarte?, mi novio y yo íbamos a ver una película juntos.
- Caitlin no somos novios ya deja de mentir – exclamo Tom.
- Hay, que pesado eres Tom – se quejo
- No es necesario que mientas Tom, ¿te avergüenza reconocer a tu novia?, vaya… será mejor que me vaya, así los dejo sólo y disfrutan de su película. Adiós Bill nos vemos pronto y gracias por todo – le di un gran abrazo y luego voltee- Adiós Caitlin fue un gusto conocerte, espero que seas feliz junto a Tom.
- El gusto es mío linda y descuida seremos muy felices – dijo abrazando a Tom.
Camine hasta la entrada de la puerta, pero Bill me detuvo.
- ¿No quieres que te acompañe hasta tu casa?
- No, me iré sola, gracias de todas maneras
- ¿Segura?
- Segurísima – sonreí
- Ok, cuídate nos vemos pronto – me dio y fuerte abrazo al cual correspondí.
Salí de ahí y comencé a caminar, pero nuevamente alguien tomo mi brazo impidiendo que siguiera mi camino.
- Espera – dijo aquella voz
- ¿Qué quieres Tom? – pregunte molesta.




_____________________________________________________________________________________

¡Hola!, aquí les dejo un nuevo capítulo, espero que les guste. Perdón si es corto pero es lo que se me vino a la mente, creí que sería más largo pero al escribirlo se me hizo corto. Gracias por sus lindos comentarios, muchas muchas gracias me hacen muy feliz ♥. Cuídense mucho y bueno adiós...:3

martes, 20 de septiembre de 2011

Capítulo 15: “Broken heart”

Aun recuerdo el día en que volví a (tu país). Extrañaba muchísimo el ambiente, ese aire único que tiene. Extrañaba escuchar a las personas hablar mi idioma. Debo reconocer que cuando llegue me sentí un tanto feliz. También extrañaba a mi familia y amigos.
En el trayecto a casa me dedique a sólo mirar por la ventana aquellas calles que no veía hace tiempo. No muchas cosas habían cambiado, pero las personas eran las mismas. Divisé a personas que se me hacían familiares, ellos al verme me saludaban o simplemente sonreían. Cuando había llegado a casa una sonrisa en mi rostro se había formado. Recuerdo que fui la primera en entrar. Había mirado a mí alrededor para verificar si algo había cambiado, pero todo estaba como la última vez. Había recorrido cada metro cuadrado de ella. Me sentía feliz de estar en casa.
Recuerdo que en lo primero que había pensado era en ir a mi habitación. Extrañaba las cosas que aun tenía ahí. Corrí hacia ella, pero cuando entre mi felicidad había desvanecido por completo. Mis paredes, las cuales estaban cubiertas por muchas fotografías de ellos, hicieron que una gran tristeza me invadiera. Cerré mi puerta dejándome caer en ella, lentamente me fui deslizando hasta caer en el suelo.
Las lágrimas salían de mí una tras otra. Nadie en ese momento me podía consolar, estaba sola. Su voz comenzó a invadir mi mente, cada hermosa palabra que me había dicho comenzó a darme vueltas en la cabeza.
“Eres completamente diferente a las demás chicas, te destacas principalmente en que eres tan difícil – sonrió”
“No sabes todo lo que he luchado por acercarme a ti… eres tan hermosa, tanto dentro como fuera”
“No puedo creer que en tan poco tiempo te hayas echo una persona muy importante para mi.”
“Quiero… quiero que seas parte de mi y me gustaría mucho ser parte de ti…”
“Para mi eres alguien especial… como te dije no me importa tu edad… yo quiero que estés junto a mi”
“Realmente eres hermosa mi pequeña… no sé que are sin ti”
“Te estaré esperando…”

Fueron tantas cosas en tan poco tiempo… Fueron hermosos momentos junto a él.
Ese día no estuve del todo sola, ya que en la tarde me había visitado mi prima. Como la había extrañado. Su visita me había ayudado mucho a distraerme y no pensar en lo que me hacia poner triste.
Esa noche había recibido una llamada de Tom. Lo que me puso muy contenta era que si había cumplido con lo que había dicho. Sin pensarlo dos veces le conteste. Al escuchar su ronca y hermosa voz, mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas. Había comenzado a sollozar en silencio, pero él lo había notado de inmediato. Recuerdo que comenzó a consolarme y decirme palabras muy alentadoras. Él tenía la esperanza de verme nuevamente y nada ni nadie le hacia creer lo contrario. Me gustaba escuchar aquellas palabras de Tom, me hacían sentir bien. En muchas ocasiones Tom decía cosas para hacerme reír y claro, lo lograba. Al él le gustaba hacerme reír… decía que escuchar mi risa le daban energías para mañana comenzar un nuevo día…
Los días aquí en mi país se me hacían muy entretenidos. Mis amigas me iban a buscar y les pedían a mis padres si podía salir con ellas. Ellos aceptaban, ya que era temporada de vacaciones. Ellas siempre me preguntaban por qué razón andaba deprimida todo el tiempo. Yo respondía que era sólo imaginación de ellas. Claro les negaba todo, no quería contarles lo que había pasado haya en Los Ángeles, no aun.
La temporada escolar ya se acercaba. Eso me gustaba, ya que me podría ayudar a pensar en otras cosas.
Recuerdo que un Domingo por la noche, Tom me había llamado. Me deseó lo mejor para mi primer día de clases, bueno no solo él, ya que los chicos le habían quitado el celular y también me habían deseado lo mejor para mi primer día.
Al día siguiente me reuní con muchos compañeros que no veía hace mucho tiempo. Ese día fue muy relajado, ya que solo era el primer día. Pero después todo se fue tornando complicado. Las materias cada vez eran más difíciles, aun que haya en Los Ángeles había visto algunas cosas, eso me ayudo bastante. No solo las materias me tenían estresadas, si no que también una chica de la escuela. Su nombre es Gabriela o mas bien la chica busca líos. Todos los días trataba de hacerme la vida imposible, pero no lo conseguía, ya que siempre caía en sus propios problemas. La verdad es que no sé porque razón es así con migo, bueno no solo con migo, sino que con todas las personas. Recuerdo que un día estábamos en clases de laboratorio y teníamos que hacer un experimento. A mi me había tocado con Ignacio un gran amigo. Desde ese día comencé a compartir mucho con él, pero un día frente a muchas personas, él dijo que estaba enamorado de mí. Yo había quedado asombrada ante aquella declaración. No sabía que hacer, solo reaccione a salir corriendo de ahí. Entre al baño de niñas y me encerré dentro de uno. En ese momento había recibido una llamada de Tom. Estuvimos por un largo tiempo hablando.
Lo ultimo que recuerdo fue que el dijo “cada día te extraño más mi pequeña hermosa”, yo le había respondido con un “también yo Tom… y mucho”. Luego de hablar con él salí a tomar un poco de agua, pero para mi sorpresa se encontraba Gabriela.
-¿Quién es Tom?
- Eso no te debe importar – dije esquivándola
- ¿No me dirás verdad?
- Claro que no
- ¿Sabes algo?... ¡me enfermas! ¿Crees que todo gira en torno a ti?
-¿De que hablas?
- No te hagas la tonta. Tu mejor que nadie sabía que me gusta Ignacio desde hace mucho tiempo. ¡Eres una estúpida, me quitaste a Ignacio!
- ¿Estas loca?, yo no estoy interesada en él, solo somos amigos. A mi me interesa otra persona.
- ¿Te interesa a ese tal Tom verdad?
- Eso no es de tu importancia
- Claro que lo es… - se acerco a mi y me quito el celular
- Oye ¿qué haces? suéltalo – exclame
- ¿Quieres que lo suelte?, tus deseos son ordenes – tiro con muchas fuerzas mi celular al suelo.
- ¡Lo has roto!
- ¿Crees que es todo?, claro que no – lo tomo y lo tiro al retrete
- ¿Por qué eres así? – pregunte con los ojos llenos de lágrimas.
- ¿Por qué?, es simple querida. Si Ignacio no me quiere, bueno, ni el, ni ese tal Tom, ni nadie estará con tigo, y no llores, no lograras nada con llantos, adiós linda.
Dicho eso se fue. Estaba desecha, me sentía de lo peor. Mi única vía de comunicación con Tom se había ido. Recuerdo que ese día llore desconsoladamente. Mis amigas me preguntaban el por qué. No tuve más alternativa que contarles todo. Todas quedaron impactadas con lo que me había pasado haya en Los Ángeles. Ellas me dieron su apoyo y sus consuelos...

Ya han pasado cinco meses desde que volví a mi país. Cinco meses de los cuales no se nada de Tom… De los cuales perdimos contacto de todo. El Internet no es de mucha ayuda, ya que en este último tiempo no han salido noticias de ellos. Pero… ¿de qué me sirve?, quizás de lo único que me sea útil es para saber si están bien o no, pero no es lo mismo…
Lo extraño tanto… Extraño su voz, sus palabras, los hermosos suspiros que hacia cada vez que me decía “te extraño”. Estos cinco meses han sido los peores de mi vida. Bueno, sólo una cosa me ha hecho sentir bien dentro de todo esto. Mi madre ya tiene ocho meses de embarazo. Eso me pone cada vez más contenta, ya que dentro de muy poco tiempo podré ver a mi hermano. Si, los doctores dijeron que sería un varón.
Mañana saldré con vacaciones de invierno. ¡Por fin tendré un tiempo de descanso!, ya me hacia falta.
Hoy en mi escuela, tuvimos en cada salón una especie de convivencia, en lo cual consistía en compartir cosas para comer. Fue una bonita despedida para dar inicio a unas merecidas vacaciones.
Cuando terminaron las actividades, volví a casa en compañía de mi mejor amiga. La invite a que pasara, pero ella se negó. Nos despedimos con un abrazo y luego entre a casa. Al cerrar la puerta un exquisito aroma a comida invadió por completo mis vías respiratorias. Me dirigí a la cocina y encontré a mamá, quien mientras cocinaba cantaba alegremente.
- Hola mamá – la salude con un beso en la mejilla.
- Hola hija, ¿qué tal tu día?
- Estuvo bueno, pase un gran rato con mis compañeros
- Me alegro mucho – sonrió
- ¿Qué cocinas?
- Estoy preparando un rico plato vegetariano
- Se ve interesante – reí
- Claro, en unos minutos más estará listo
- Bueno mamá, por mientras estaré en mi habitación
- Esta bien
Subí a mi habitación y deje las cosas de la escuela sobre mi escritorio. Luego me pare frente a una fotografía que tenía en la pared. Era una fotografía de Tom. Estuve mirándola por mucho tiempo… Por mi mente rondaron recuerdos que había pasado junto a él.
- Lo extrañas verdad – pegue un brinco
- Me has asustado mamá
- Lo siento – rió
- Bueno…
- Ven – dijo sentándose en mi cama
Me dirigí hasta donde ella estaba y me senté a su lado.
- ¿Qué pasa con ese chico?... ¿Hay algo que no me hayas contado?
- Bueno, si hay algo que no sabes… - baje la cabeza
- Tú sabes que puedes confiar en mi – tomo mi mentón y me sonrió
- Bueno todo comienza así…
Le había contado todo a mamá. Desde lo ocurrido en el aeropuerto con Bill, hasta el ultimo día en Los Ángeles. Claro evite algunas cosas, como esa vez en cuando Tom cayó sobre mi tratando de echarme helado en la cara, también evite el primer beso y bueno también los demás besos…
- Quien iba a pensar que te ocurrirían todas esas cosas y que ni siquiera me habías contado
- Lo siento mamá, pero tu sabes si papá se enteraba de esto armaría una escena de celos, sabes bien como es cuando se trata de chicos – reí
- Claro que lo sé – rió – y dime hija… ese chico, Tom ¿ya te ha dado algún beso?
Al parecer el esquivar algunos detalles no sirvió de mucho. ¿Era necesario responder aquella pregunta?
- Bueno…
- Hola familia – saludo papá.
Papá había llegado en el momento preciso.
- Hola – saludamos al unísono mamá y yo.
- ¿Qué hacen? – Pregunto papá
- Solo estaba hablando con nuestra hija
- ¿Sobre qué?
- Cosas de mujeres – mamá me miro y guiño su ojo.
Yo sólo le sonreí.
- Y bien ¿ya está lista la comida?, estoy muerto de hambre, además tengo que informarles algo que de seguro les interesa saber.
- ¿Qué cosa? – Pregunte
- Primero comamos, ahí les contare con más detalles
Bajamos al primer piso y nos dirigimos al comedor.
- Yo serviré la comida, ustedes siéntense – dije
Ambos obedecieron y se sentaron. No mucho tiempo después, llegue con los platos servidos a la mesa. Nos sentamos a comer y papá comenzó a hablar.
- Hoy fue el gerente superior de la empresa al trabajo
- Y, ¿qué paso? – Pregunto mamá
- Dijo que teníamos una reunión muy importante y que debíamos ir a la oficina urgentemente. Fuimos y al entrar nos dimos cuenta de que estaban los jefes de la empresa, ellos vinieron de los Estados Unidos. Comenzaron a hablarnos sobre varias cosas importantes. Luego uno de ellos me dijo que yo era un trabajador que cumplía con todos los requisitos que ellos buscaban, por esa razón me promovieron a un nivel más alto.
- Vaya, eso es genial – exclamo mamá
- Si que lo es, felicitaciones papá
- Pero es no es todo – dijo papá
- ¿Hay más? – Pregunte curiosa
- Si… Ellos me hicieron elegir en donde quería trabajar, si aquí o en el extranjero, y bueno, yo elegí en el extranjero. Así que arreglen sus maletas, que en dos días más volveremos a Los Ángeles.
- ¿Qué? – exclame parándome de mi silla.
- Lo que oíste hija, volveremos – sonrió
- ¿No estas mintiendo? – Pregunte
- ¿Por qué debería mentir?
- ¡Oh gracias papá! – lo abrace tan fuerte que estoy segura de haberlo dejado sin aire.
- Sabía que te pondrías contenta, hace tiempo que no te veía sonreír así.
Terminando de almorzar, inmediatamente subí a preparar mis maletas. Aun faltaban dos días, pero el tiempo pasa volando.
Y así fue… La espera se me hizo eterna, pero el día ya había llegado. Estaba ansiosa de volver. Por fin podré ver a Tom… Ahora que lo pienso, han pasado cinco meses, de los cuales no he sabido nada de él. ¿Me habrá olvidado?, ¿estará con otra chica?, diablos… esto me ponía cada vez más nerviosa. Pase todo el viaje pensando en cosas que me hacían perder las esperanzas, lo mejor sería dormir y no pensar en más cosas.
Cuando desperté eran las siete de la mañana aquí en Los Ángeles. Fuimos por nuestro equipaje y caminamos hasta un taxi. Comencé a reír al recordar que en ese mismo aeropuerto conocí a Bill.
Disfrute todo el trayecto, había extrañado mucho las calles.
Cuando llegamos al condominio el portero nos dio la bienvenida y menciono que nos había extrañado. Todos reímos y le dijimos que también lo habíamos extrañado.
Caminamos hasta nuestra casa. Un gran nudo se formo en mi estomago cuando a lo lejos divisé la casa de los gemelos.
Di un pequeño suspiro y luego entre. Todo estaba igual a como la última vez. Mis padres y yo desempacamos y ordenamos un poco la casa. Tardamos una mañana entera en hacerlo, pero al finalizar fuimos al jardín a tomarnos unos refrescantes jugos.
- Hija, ¿me podrías ir a comprar unos postres?, quiero preparar algo para comer después del almuerzo.
- Claro mamá – sonreí
Me levante y fui por algo de dinero. Luego salí y camine hasta el negocio que no quedaba muy lejos del condominio.
- Vaya, que grata sorpresa, han vuelto – exclamo el vendedor
- Hola señor Erwin, si hemos vuelto esta mañana – sonreí
- Me alegro mucho, ya extrañaba a mi clienta favorita
- Que amable – dije algo avergonzada
- ¿Qué se te ofrece pequeña?
- Quiero… postres para preparar, por favor
- Postres, postres – decía mientras buscaba – Aquí están – exclamo
Le pague, me despedí amablemente de él y salí de ahí. Camine hasta el condominio y en la entrada, como siempre se encontraba el portero.
- Hola nuevamente señorita (tu nombre) – saludo amablemente.
- Hola señor Evans – respondí con una sonrisa
- ¿Sabe algo?, le extrañe demasiado el condominio no era lo mismo sin usted.
- Que amable es señor Evans
- Por favor no me trates de señor, sólo dime Evans – sonrió
- Bueno… Evans, ahora tengo que irme, mamá se preocupara por mi.
- Oh claro, que tengas un buen día.
- Gracias, tu también.
Entre y camine hasta mi casa, pero repentinamente pare. Quede inmóvil al ver aquella escena. ¿Estoy soñando?, no creo que no. No puedo creerlo… ¿tan rápido se había olvidado de mi? Creo… creo que estaba en lo cierto. Quería correr, irme lejos y no ver aquello. Sentía unas ganas tan grandes de gritar. Gritar mi rabia, mi tristeza… pero me era imposible, no era capaz de moverme. Mis piernas temblaban y mis manos también. Torpemente deje caer todo lo que llevaba en la bolsa. El ruido provocado por las cosas, hicieron que los vecinos que se encontraban fuera de sus casas posaran sus miradas en mí. Algunos voltearon, entre ellos él… Al darse cuenta de mi presencia se detuvo instantáneamente.
Ambos nos miramos… Tom hizo un movimiento de labios, los cuales pude leer… (Tu nombre), era lo que habían pronunciado. Yo sólo negué con mi cabeza y me agache a recoger las cosas. Al pararme me di cuenta de que aun se encontraba ahí. La chica que se encontraba junto a él le susurro algo en su oído, Tom poso su mirada en mi y luego comenzó a reírse… Él tomo nuevamente la mano de la chica que lo acompañaba, ella le dio un beso en la comisura de los labios y se fueron…
Con los ojos llenos de lágrimas camine hasta mi casa. Deje las cosas en la cocina y corrí a mi habitación. Necesitaba desahogarme, necesitaba expulsar toda la tristeza que tenía acumulada. Creo… que después de todo estaba en lo correcto… Él si me había olvidado, y más rápido de lo que creí… No puedo creer que todo este tiempo me la pase creyendo en que él si me estaba esperando, que sentía en verdad algo por mi. Toda sus palabras, todos sus besos, ¡todo!... todo fue una mentira… Me utilizo, me hizo creer cosas que nunca fueron ciertas… Jamás volveré a caer... no creeré más en él. Desde ahora en adelante ya no existe para mí… Sea como sea, lo sacare de mi corazón… Será difícil, pero lo are…





- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

¡Hola a todas!, aquí les dejo otro capítulo, espero que les guste >.<
Gracias por sus comentarios, me gustan mucho *-*
Les doy la bienvenida a las nuevas lectoras jaja :D, me alegro mucho que les guste la fic :3. Cada capítulo que subo es inspirado en ustedes, por sus comentarios *-*.
Les dire algo… ahora quizás vendrán cosas que quizás ni se imaginen o quizás ya lo habían pensado o no sé .__. jajajaja , de repente se me vinieron cosas a la mente y me dije… ¿por qué no intentarlo?, espero que les guste *-*, si no les llegara a gustar, bueno me dicen ñ.ñ. Adiós, cuídense mucho ♥

domingo, 18 de septiembre de 2011

Capítulo 14: “Te estaré esperando…”

Quede en un estado de shock… sentía como mi cuerpo se helaba lentamente y mi corazón palpitaba casa vez más lento. ¿Estaba escuchando bien?, esto parecía una broma, pero papá se veía tan serio, él jamás jugaría con algo así. Después de unos segundos tuve la reacción de pronunciar algunas palabras.
- ¿Hablas en serio? – Pregunté con un hilo de voz
- Si, hablo en serio… pero esa no es la única noticia – respondió papá aun serio
- ¿Hay más?
- Sí – afirmo papá – volveremos a (tu país) por un tiempo, si todo sale bien , podremos volver a Los Ángeles.
- ¿Cuánto tiempo estaremos ahí?
- Hasta que el dueño de la empresa me llame nuevamente, pero por ahora no queda más que irnos y esperar…
- Así que ve a arreglar tus maletas - dijo mamá
- ¿A qué hora nos iremos? – tenía muchas preguntas, dudas, estaba desesperada.
- Nos iremos a las seis de la mañana, para llegar lo más pronto…
Mire a mis padres y luego voltee. Me dirigí a mi habitación y le puse el seguro, camine hasta mi cama, dejándome caer en ella. Estuve así por un largo tiempo, mirando hacia el techo o más bien a la nada… Algo tibio recorría mis mejillas, eran mis lágrimas. Me sentía muy triste, apenas llevaba un mes y medio aquí y ya tenía que irme. Pensé que sería difícil adaptarme a esta nueva vida, a las personas, pero no fue así. En este corto tiempo le había tomando un aprecio a muchas personas, a mis vecinos que cada mañana saludaba y ellos respondían de una forma muy amable, mis compañeros, incluso al portero del condominio, a los chicos, pero sobretodo a Tom… Justo cuando estaba mostrándome un lado que no conocía de él, tenía que apartarme de su lado…
Comencé a preparar mis maletas, tarde un poco, pero apenas termine salí de mi habitación en busca de mamá.
- ¿Mamá? – pregunte en voz alta para que pudiera oírme.
- Estoy en el patio – respondió elevando su tono de voz.
- Por fin te encuentro – dije llegando a su lado
- ¿Pasa algo?
- Lo que pasa es que… bueno… hoy vi a Tom y me pidió que nos juntáramos…
- ¿Quieres que te de permiso para salir un momento con el? – Interrumpió
- Bueno si… ¿qué dices? – Pregunte algo avergonzada
- Aprovecha el poco tiempo que tienes, mañana nos iremos y bueno tienes que despedirte como corresponde, ¿no crees?
- ¿Eso es un si? – Pregunte mirando a mamá
- Claro – sonrió
- Gracias mamá – exclame dándole un fuerte abrazo
Corrí a mi habitación y busque mi celular para mandarle un mensaje a Tom, diciéndole que nos juntáramos. Comencé a arreglarme un poco, ya que quería verme bien. Mi celular produjo un leve sonido, el cual informaba que había llegado un mensaje. Lo tome y comencé a leerlo. “Veámonos a las cinco, te estaré esperando en la plaza”…
Mire mi reloj, el cual indicaba que sólo faltaban diez minutos para las cinco. Salí de mi habitación y silenciosamente camine hasta la puerta. Claro, sólo le había dicho a mamá, ya que si le hubiera dicho a papá no me abría dejado salir. Papá es algo sobre protector, y muy celoso cuando se trata de salir con chicos, pero aún así lo quiero.
Cuando logre salir de ahí camine hasta la plaza. A lo lejos pude notar que Tom ya había llegado, ya que estaba sentado en una banca. Camine hasta donde estaba él, al verme se paro y me saludo.
- Mi pequeña al fin llegas – dijo abrazándome.
- Tom, solo me demore dos minutos – mencione correspondiéndole su abrazo.
- Para mi fueron una eternidad… - susurro a mi oído.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Al parecer Tom lo había notado, ya que comenzó a reírse.
- ¿Por qué te habían llamado?, ya sé… se enojaron porque estuviste con nosotros – rió
Mi rostro paso de estar sonriente a triste. Lentamente me separe de él y baje mi mirada.
- ¿Ocurre algo malo? – Pregunto
- Si…
- ¿Qué pasa?
- Bueno, mi madre me había llamado para que volviera a casa, ya que necesitaba hablar con migo. Cuando llegue me di cuenta de que mi padre también estaba, venía llegando de una importante reunión. Pensé en dos cosas… una era que quizás tenía buenas noticias, y la otra que no eran buenas. Rogué en mi mente que no fueran malas, pero lamentablemente si lo fue… Dijo que mañana… - hice una pausa – mañana volveremos a mi país.
- ¿Q-Qué dijiste…?
- Lo que oíste… - baje mi mirada
- No… no, mírame- tomo mi rostro con sus dos manos – dime que esto es mentira, que es una broma… ¡dilo!
- Como desearía que así fuera Tom, pero no lo es – cerré mis ojos dejando caer mis lágrimas.
- No… ¿por qué?... ¡¿por qué justo ahora?! – Dijo con rabia
- Lo siento Tom…
- No tienes porque disculparte… nada de esto es tu culpa – se sentó en la banca que estaba detrás de él.
- Claro que si… ¿ves lo que he hecho?, arruine todo…
- Primero que nada no has arruinado nada y segundo no tienes porque disculparte – dijo con un tono seco.
- Lo mejor será que me vaya – dije volteando
Comencé a caminar, pero sentí como alguien me abrazo por detrás.
- Perdóname – susurro en mi oído – Perdón por hablarte así, pero no sabes cuanta rabia siento, el solo pensar que te iras y vueltas quizás cuando me pone mal.
- Ese es el problema Tom… no sabemos si volveremos
- Shh… calla – interrumpió – solo… quiero que este momento estemos juntos y no pensar en nada más.
Me volteo, me miro fijamente a los ojos y acaricio mi mejilla.
- Ven, quiero darte algo – dijo tomando de mi mano
Me guío hasta su casa. Al parecer no había nadie, ya que cuando entramos todo estaba en silencio. Tom me llevo hasta su habitación y luego cerro la puerta.
- ¿Qué quieres darme? – pregunte algo confusa.
- Espérame aquí – comenzó a buscar algo entre los muebles que estaban en su habitación.
- Aquí esta – exclamo, luego se acerco a mi – (tu nombre)
- ¿Si?
- Ese día que no llegue, había ido al centro comercial, quería comprarte algo y bueno… como pasaron tantas cosas no pude dártelo, pero este es el mejor momento para hacerlo.
Me tomo los hombros y me giro, dándole la espalda. Corrió mis cabellos hacia un lado de mi hombro, luego cruzo sus manos por delante de mí, depositando en mi cuello lo que al parecer era un collar. Al terminar, nuevamente me volteo, quedando esta vez frente a él.
- Espero que te guste – dijo
Gire mi cabeza y encontré un gran espejo junto a la pared. Camine hasta el para poder apreciar mejor lo que había dejando en mi cuello. Al verlo bien pude notar que era una medallita, la cual resaltaba la letra “T”, realmente era hermosa, ya que era dorada y en su contorno tenía pequeñas perlas color blanco.
- Es hermoso Tom – voltee a verlo
- Es para que me recuerdes – bajo su mirada
Me acerque a él, tome su cara con mis dos manos y lo mire a los ojos, los cuales demostraban tristeza.
- Nunca creí que algún día te conocería, es vergonzoso decirlo, pero sólo te imaginaba en mis sueños más locos, siempre tenía la esperanza de que algún día te vería a ti y a toda la banda, claro, es el sueño de cualquier fan. Pero jamás creí que me tocara a mí haberlos conocido en persona, hablar y reírme con ustedes. Aún me es difícil creerlo, ya que sólo ha pasado un mes y medio, pero lo que aun me es difícil de creer es lo que nos ha pasado… Nunca pensé en tenerte frente a mí, poder hablarte y escuchar tu voz. Me siento feliz al poder haber conocido ese lado tuyo que nadie conocía, bueno… al menos yo no lo conocía. Jamás te olvidaría Tom, sería algo muy difícil.
Tom me miro sorprendido, sus ojos estaban algo cristalizados. En su rostro se fue formando una hermosa sonrisa, luego subió sus manos y las deposito en mi rostro, al igual como yo las tenía sobre el rostro de él. Se agacho un poco y lentamente se fue acercando a mi rostro. En un abrir y cerrar de ojos sus labios ya estaban sobre los míos. Comenzó con movimientos tímidos, pero poco a poco se fue tornando armonioso… Su piercing masajeaba mis labios, provocándome un leve cosquilleo. Nuestra falta de aire provoco que nos separáramos. Tom me miro a los ojos y sonrío.
- Realmente eres hermosa mi pequeña… no sé que are sin ti.
- Lo que aremos ahora es disfrutar el tiempo que me queda juntos – dije acariciando su mejilla.
- Tienes toda la razón – sonrió
A lo lejos escuchamos a personas caminando en el primer piso.
- Creo que ya llegaron los chicos – dijo Tom
- Bueno, así aprovechare para despedirme de ellos también.
- Entonces, bajemos.
Caminamos hasta la puerta, la abrí, pero antes Tom me detuvo.
- ¿Pasa algo? – Pregunte
- Si, es solo que… necesito hacer algo antes de que bajemos.
- ¿Qué cosa? – lo mire confundida.
- Esto – me acorralo en la pared del pasillo y comenzó a darme pequeños besos en las mejillas, luego finalizo con un tierno beso en los labios. Me miro y me sonrió con su típica sonrisa picara - ¿Sabes algo?... tienes que crecer un poco más, tengo que agacharme mucho
- ¡Hey!, eres un malvado – exclame golpeando su brazo
- Y hermoso – rió
- Había olvidado que existía esa parte egocéntrica tuya.
- Vamos enana hay que bajar – dijo corriendo
- ¡No soy enana! – exclame siguiéndolo.
Perdí a Tom de mi vista mientras bajamos las escaleras. Cuando llegue al último peldaño, tropecé con este.
- Cuidado – exclamo, pero ya era demasiado tarde, ambos ya estábamos en el suelo - Al parecer es costumbre tuya caerte – rió
- Lo siento Bill… soy algo torpe
- ¿Qué hacen ahí tirados? – pregunto llegando Tom.
- Yo iba a subir, pero (tu nombre) tropezó con el peldaño de la escalera y cayo sobre mí. A todo esto ¿por qué venias corriendo de las escaleras?
- Bueno venía siguiendo a Tom
- Entonces es culpa tuya de que se haya caído – le dijo Bill a su hermano.
- Bueno después de todo no se lastimo gracias a ti, ven (tu nombre) – extendió su mano, la tome y en cosa de segundos ya estaba en pie.
- ¿Y qué hay de mi? – exclamo Bill, quien aun estaba en el suelo.
- Tu puedes pararte solo – dijo Tom sin tomarle mucha importancia.
Tom me llevo hasta el living, en el cual estaban Gustav y Georg.
- Hola (tu nombre) tanto tiempo – saludo Georg abrazándome
- Idiota la viste hace algunas horas atrás – dijo Tom
- Lo sé, solo estaba bromeando Tom
- Mi hermano es tan torpe – menciono Bill llegando junto a nosotros.
- Hola de nuevo (tu nombre)- saludo Gustav
- Hola Gusi
- ¿Gusi? – exclamaron todos.
- Así es como me dice – respondió Gustav con una tierna sonrisa.
- ¿Por qué él tiene un apodo y yo no? – me pregunto Tom.
- Porque tu nombre no rima con nada y es feo – respondió Georg
- ¿Cómo que con nada? – Exclamo Tom - claro que si rima y además es hermoso, te diré con que rima… Tom el sexy, Tom el sexy… y em…
- Déjame adivinar… Tom el sexy – dijo irónico Bill.
- Tu si que me conoces hermano – sonrió
- Y… ¿qué te trae por aquí (tu nombre)? – Pregunto Bill
- Bueno, me vine a despedir de ustedes…
- ¿Despedir?, ¿por qué? – Pregunto Gustav
- Mañana… regreso a mi país
-¡Que! – Exclamaron todos
- Así como lo escucharon…
- pero ¿por qué?
- Si quieren saberlo tomemos asiento – propuso Tom.
- ¿Tu ya lo sabías? – pregunto su hermano. Tom asintió.
- Bueno, lo que paso fue…
Así les conté todo lo que había pasado. Todos cambiaron sus rostros de felicidad a tristeza. Me sentí mal, ya que no quería preocuparlos. Nos quedamos en silencio, pero Georg se paro y dijo…
- Bueno, entonces te aremos una despedida
- Tienes toda la razón, iré por algunas bebidas y cosas para comer a la cocina – menciono Bill dirigiéndose a ella.
- Te acompañamos – dijeron Gustav y Georg.
Al poco rato llegaron con muchas cosas en las manos. Me sentí avergonzada, ya que jamás pensé que harían algo así por mí. Conversamos un largo tiempo, nos reímos mucho, tanto así que no me había dado cuenta que ya eran las diez de la noche. Les había dicho a los chicos que ya tenía que irme a casa, ya que mañana me iba muy temprano al aeropuerto.
- Antes de irme quisiera decirles algo... – todos dirigieron su mirada a mi – Primero que nada, quiero darles las gracias por haberme aceptado. Ustedes saben que soy una de sus fan y aun así me aceptaron, eso me pone muy contenta. También quiero agradecerles su simpatía y la confianza que me dieron en este corto tiempo. Son unas personas increíbles. Los extrañare demasiado… El día de mañana cuando despierte en mi país será muy distinto, ya que no veré a mis queridos vecinos por la mañana – sonreí con lagrimas en los ojos
Bill se paro del sillón y me abrazo.
- No es necesario que digas más, eres una niña muy dulce, no hace falta conocerte de toda la vida para darnos cuenta de que lo eres. También te extrañaremos, bueno, en especial yo, ya que no veré a mi vecina saludarme por las mañanas – soltó una pequeña risita.
Todos se pararon y me rodearon para darme un “abrazo grupal”. Nos separamos y reímos. Luego de eso Tom se ofreció para dejarme fuera de mi casa. En el camino no soltó ningún segundo mi mano, hasta llegar fuera de mi casa.
- Creo que este es el adiós – baje mi mirada.
- No, este no es el adiós, yo sé que volveremos a vernos – dijo tomando mi rostro.
- Tom…
Me callo con un pequeño beso en los labios. Pude sentir que fue muy distinto a los demás, éste era un beso de adiós.
- Cuídate mi pequeña… - beso mi frente – te extrañare demasiado.
- También yo Tom – dije alejándome de él.
- Te llamare – susurro
- Estaré esperando tu llamada
Camine hasta la puerta de mi casa, la abrí y entre.
- Te estaré esperando…
Fue lo último que escuche antes de cerrar la puerta. Una vez ahí dentro, me despedí de mis padres y me dirigí a mi habitación. Me acosté pensando en lo he vivido en este corto tiempo en Los Ángeles. Conocí a nuevos compañeros, nuevos vecinos, mi banda favorita y sobretodo conocí un lado que no conocía de Tom. Entre tantos pensamientos caí dormida.
“Pasajeros con el vuelo 230 con destino a (tu país), por favor abordar el avión, en unos minutos más despegaremos, gracias…”
Nuestro llamado ya había llegado. Cada paso que doy hacia el avión, son segundos menos en aquí. Siento la misma nostalgia que sentía cuando estaba en el aeropuerto de mi país.
“Señores pasajeros, por favor abrochen sus cinturones, el avión ya despegará”
Mi corazón comenzó a latir a mil por segundo. Un gran nudo se formo en mi garganta, miré hacia la ventana para que mis padres no me vieran llorar. El avión poco a poco se fue moviendo.
En estos momentos ya estoy por los aires, con destino a mi país. Espero algún día volver y si es así, me gustaría que nada cambiase…



- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

¡Hola!, perdón por la tardanza, pero creí que en la semana no tendría cosas importantes y no fue así… pero tengo una semana con vacaciones, así que podré subir más seguido.
Hoy es 18 de Septiembre, en mi país Chile, se celebra la independencia, eso significa que hoy estamos de fiesta e.é jajajaja :), bueno quería compartirles eso :D. Así que si hay lectoras chilenas, les deseo un feliz 18, coman arto y coman arto ._. jajaja.
Gracias por sus comentarios *-*, me hacen MUY feliz. A las nuevas lectoras les agradezco mucho que les guste la fic. Gracias por sus opiniones, me gusta leerlas ya que así es como me inspiro. Mi inspiración sale gracias a sus comentarios jiji.
Adiós, cuídense mucho ♥

martes, 13 de septiembre de 2011

Capítulo 13: “Malas noticias…”

Hoy es viernes por la mañana. Me levante muy relajada, tenía mucho tiempo, ya que me había despertado más temprano de lo habitual. Cuando me dirigí a la cocina me tope con papá, quien se encontraba tomando su café y leyendo el periódico.
- Buenos días papá – salude dándole un beso en su mejilla.
- Buenos días hija, ¿Cómo amaneciste?
- Muy bien papá, ¿y tú?
- Bien…- me miro con cara de sospecha - mm… ¿por qué tan feliz?
- Bueno papá tu sabes, es viernes y los viernes me ponen de buen humor – respondí sonriente
- ¿A si?... no te creo… aun que te gusten los días viernes nunca amaneces tan sonriente – dijo recalcando ese “tan”.
- Alucinas papá… y ¿qué aras hoy? – pregunte desviando el tema.
- Hoy tengo una importante reunión, eso significa que llegare tarde… a si y por cierto – hizo una pausa y luego me miro – no creas que me di cuenta que desviaste el tema eh… algo ocultas y pronto lo sabre
- ¿ocultar algo? – Reí nerviosa
- Si…
- Se me hace tarde, adiós papá – tome mi mochila y salí corriendo de ahí.
Al parecer era muy notorio mi estado de felicidad. ¿Cómo no estar feliz?, si ayer fue uno de los días más lindos que he vivido. Mientras caminaba a la salida del condominio me encontré con alguien que no veía hace mucho tiempo
- Hola (tu nombre)
- Hola Gustav – salude dándole un gran abrazo, el cual él respondió.
- Hace mucho tiempo que no te veo, ¿Cómo has estado? – Pregunto
- Muy bien gracias – respondí – ¿y tú?... que haces levantado a esta hora, ¿no crees que aun es temprano?
- Estoy bien gracias… y sí, es temprano, pero bueno me gusta levantarme temprano y como no sabía que hacer, decidí salir a comprar – respondió sin quitar ningún segundo su tierna sonrisa.
- Vaya – exclame
- ¿vas a la escuela verdad? digo por tu uniforme
- Oh si – dije mirando mi uniforme
- ¿Te gustaría que te acompañara?, claro si quieres – pregunto rascando su nuca.
- Claro que si, me encantaría – le sonreí
Así me fui todo el trayecto con mi tierno acompañante. Creí que era igual a como solía mostrarse en la televisión: reservado, tranquilo, etc., pero me equivoque. Conversamos sobre muchas cosas, las cuales me hacían reír. No me di cuenta cuando ya nos encontrábamos fuera de la escuela.
- Bueno hasta aquí te dejo – dijo mi acompañante
- Muchas gracias Gusi
- ¿Gusi? – Me miro confundido
- Es de cariño – le sonreí
- Oh… me gusta – exclamo
- Bueno, entrare antes de que se me haga tarde, adiós – bese su mejilla y entre a la escuela.
Una vez ahí, me dirigí hasta mi casillero. Saque algunos cuadernos y libros, luego lo cerré.
-¡cuidado! – gritaron unos muchachos que venían corriendo a toda velocidad.
Estos chocaron con migo, provocando que cayeran todos mis libros y cuadernos.
- Ten más cuidado niña – dijo molesto uno de ellos.
- El que tendría que tenerlo eres tu – refunfuñe
- Tu eres la que se interpuso en nuestro camino – agrego su compañero
- ¿Pasa algo? – pregunto un chico con una voz muy grave.
- N..no – respondieron algo nerviosos
- ¿Seguros? – Pregunto nuevamente
- ss.… si - respondió uno de ellos
- Bueno y ¿que hacen aquí parados? – Pregunto aquel chico de voz grave
- Nada… nosotros nos íbamos… ¿verdad? – le pregunto a su compañero
- Si, si, si así es nosotros nos íbamos – dicho esto se fueron de la misma manera en que llegaron, corriendo.
- Ash – gruñí mientras recogía mis cosas que ya hacían en el suelo.
- Yo te ayudo – dijo aquel chico mientras recogía mis cosas
- Gracias Andy – le sonreí
- No tienes que agradecer
Ambos nos paramos y reímos.
- Te acompañare a tu salón, llevas muchas cosas, no quiero que tropieces con todo – rió
- Oh… gracias
Mientras caminábamos muchas personas nos miraban algo raro, murmuraban cosas entre ellos, otros simplemente miraban asombrados. No entendía el por qué de sus reacciones, me sentía un poco incomoda, pero al fin habíamos llegado al salón. A mi encuentro salieron mis amigas, quienes al verme con él tuvieron la misma reacción que las demás personas.
- Gracias Andy – le agradecí nuevamente
- No tienes que agradecer… adiós tengo que ir a mi clase, te veo luego – hizo un gesto de “adiós” con su mano y se fue.
- Cuéntanos todo – exclamaron mis amigas
- ¿Qué debería contar? – pregunte mientras me dirigía hasta mi asiento.
- ¿Qué hacías con el? – Pregunto Rocío
- Solo me ayudo a traer mis libros
- Algún motivo debió haber para que eso pasara – dijo Daniela
- Bueno si… unos niños venían corriendo – así fue como les conté todo lo que había ocurrido hasta llegar al salón – aun no entiendo por qué razón me miraban tanto…
- Lo que pasa – dijo Constanza – es que Andy es muy popular en la escuela y nunca hace algo así con una chica. Muchas han intentado todo para que Andy les preste el mínimo de atención, pero nunca lo consiguen, es por esa razón que todos te miraban así.
- De haber sabido eso no hubiera dejado que me acompañara – dije algo incomoda
- ¿Eres tonta o qué? – exclamo Daniela – serás la envidia de la escuela, muchas en estos momentos desearían estar en tu lugar.
- Lo que menos quería era llamar la atención
Así estuvimos hablando hasta que el profesor llego. El día se paso muy rápido, eso me gustaba, además los viernes salíamos más temprano. Mis amigas se ofrecieron a acompañarme hasta la entrada del condominio, yo acepte con gusto.
- Nos vemos el lunes – dijeron al unísono, al parecer era típico de ellas hablar al mismo tiempo.
Me despedí de cada una y luego entre.
- Hola (tu nombre) – exclamo una voz que se me hacía muy familiar. Voltee para ver de quien se trataba.
- Hola Bill
- ¿Cómo estas? – Pregunto dándome un abrazo
- Bien gracias… ¿y tú?
- Muy bien, me alegro mucho encontrarte, necesitaba hablar con tigo
- ¿Sobre qué? – Pregunte confundida
- Bueno, quería invitarte a nuestra casa, con los chicos aremos algo, aun no sé que, pero queríamos que estuvieras presente… ¿qué dices? – me miro con cara de esperar un “si” como respuesta.
- No lo sé…
- ¡Vamos!, solo será un rato… ¿si?
- Esta bien… pero primero quiero ir a cambiarme de ropa, no quiero ensuciar el uniforme
- Esta bien
- ¿Quieres acompañarme?
- Claro – sonrió
Nos dirigimos hasta mi casa. Invite a Bill a que pasara, pero el insistió en esperarme afuera. Entre me cambie de ropa y luego salí. Mamá no estaba en casa.
Mientras caminábamos hasta su casa, él me preguntaba como había sido mi día en la escuela, entre otras cosas más.
- Bueno, hemos llegado – dijo mientras abría la puerta – adelante.
Entre tímidamente, como siempre.
- Tranquila, solo estamos Tom y los chicos, no tienes que ser tímida – sonrió
- ¡(tu nombre)! – exclamo Georg quien en ese momento venia llegando.
- Hola Georg – lo abrace muy fuerte, el respondió de igual manera.
- Por fin te veo bien, el otro día solo te vi, pero fue un momento, ya que saliste corriendo…
- Oh si… - reí algo torpe
- Bueno (tu nombre), ve al patio, nosotros iremos en un instante, ya que llevaremos algunas cosas para compartir – dijo Bill
- Esta bien… - respondí y obedecí a Bill
Me dirigí hasta el patio, claro, ya sabía donde se encontraba, ya que nuestras casas tienen el mismo modelo. Una vez ahí me encontré con alguien que esperaba ver, pero no de la forma en que estaba….
- ¡Mi pequeña! – Exclamo Tom con una gran sonrisa en su rostro
- Hola Tom – le sonreí de la forma más estúpida… claro, verlo tomando sol sólo con traje de baño… era difícil, si eso.
- ¿Cómo estas? – Pregunto parándose
- eh… ¿yo?, si… si, si bien – dije torpemente
- ¿Segura? – Pregunto llegando a mi lado
- Si…
- ¡Ven aquí! – En ese momento Tom me abrazo
- ¡Tom, estas ardiendo! – exclame tratando de salir.
- ¿Y eso qué?– rió
- Eres un malvado Kaulitz
- Lo sé – sonrió pícaro
- ¿De qué me perdí? – pregunto Georg llegando junto a Bill con algunas bolsas.
- ¿Tom por qué abrazas a (tu nombre)? – Su gemelo parecía algo confundido
- Solo jugábamos Bill no te espantes – respondió Tom soltándome
- Hola a todos – saludo Gustav quien venia entrando con muchas bolsas.
- Hola – saludamos al unísono
Ayudamos a Gustav con las bolsas y luego comenzamos a platicar, comer y muchas cosas más. La verdad era imposible no reír junto a ellos. Mientras hablábamos, Tom y yo nos mirábamos de reojo y sonreíamos. Mi celular comenzó a vibrar, tuve que disculparme con los chicos y pararme a un lado para contestar.
- ¿Bueno?
- Hija, ¿dónde estas?
- En la casa de los vecinos
- ¿Puedes venir un momento?, necesitamos hablar de algo muy importante con tigo
- Esta bien mamá, ahí voy – corte.
- ¿Quién era? – Pregunto Tom
- Era mi madre, lo siento chicos pero los tengo que dejar, fue muy divertido estar con ustedes.
- Descuida, cuando quieras puedes venir, eres bienvenida siempre a esta casa – dijo Bill con una sonrisa de oreja a oreja.
- Muchas gracias Bill, adiós
- Espera… te acompañare hasta la entrada – menciono Tom parándose de su silla
Me miro con su típica sonrisa picarona. Cuando llegamos a la entrada, abrí la puerta pero Tom me detuvo.
- ¿Podemos vernos esta noche? – Pregunto
- Are lo posible – le sonreí
- Te esperaré hermosa – se acerco lentamente a mi y me beso.
- Adiós Tom – bese su mejilla y salí de ahí.
En el camino no podía quitar aquella sonrisa estúpida que ponía después de ver a Tom. Mientras abría la puerta de mi casa, pude notar que papá ya había llegado, ya que el auto que había alquilado se encontraba estacionado fuera del garaje. Esto podía significar dos cosas: una era que a papá le había ido bien en su reunión o que le fue mal.
- Hola – salude a mis padres quienes se encontraban sentados en el sillón.
- Hola – saludo papá algo serio
- ¿Pasa algo malo? – Pregunte asustada
- Hija, tengo malas noticias… - dijo papá
- ¿Qué noticias?
- Mañana volveremos a (tu país)….

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

¡Hola!, bueno espero que les guste el capítulo… la verdad es que me pareció algo aburrido, pero no sé ustedes >.<. Como dije ahora podré subir más seguido capítulos, así que no las are esperar tanto jajaja. Gracias muchas gracias por sus lindos comentarios ♥. Cuídense mucho y eso ajaja Adiós ♥

PD: perdón por las faltas ortográficas y perdón por no ponerles fotos, pero el blog no me deja poner fotos, así que imaginence algunas partes >.<.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Capítulo 12: “Eres especial”

- Solo quería saludarte, hace días que no te veo y no he sabido nada de ti… eso me tenía muy preocupado
- Bueno, como ves estoy bien… ahora me voy, adiós – comencé a caminar, pero me detuvo.
- espera… ¿por qué ayer cuando me acerque a los chicos saliste corriendo?, acaso… ¿ya no me quieres ver? - preguntó mirándome fijamente
En sus ojos podía notar tristeza… no era el mismo Tom. Esto es realmente difícil, su cara, sus ojos, todo… todo me gusta de él, pero no debo ser débil, tengo… tengo que ser fuerte.
- ¿A caso no es obvio Tom? – Pregunte algo molesta
- ¿Qué es obvio?, no entiendo… ¿a caso hice algo mal?
- ¿Ya no te acuerdas?... que rápido se te olvidan las cosas – comencé a caminar, solo quería irme, no… no podía estar un minuto más con el.
- No te vallas – exclamo Tom poniéndose frente a mi – por favor, no te vallas… necesito hablar con tigo
- Bueno, te escucho… - mencione algo indiferente
- ¿Podemos ir a un lugar más tranquilo?
- No, aquí esta bien…
- Por favor… - insistió
- Esta bien – dije al fin rendida
Tom comenzó a caminar, yo le seguía por detrás. No mucho tiempo después llegamos hasta un lugar que no conocía. El silencio era algo incomodo, así que decidí romperlo e ir luego al grano…
- Y bien… te escucho – mire hacía otro lado, dando a entender que no me interesaban sus palabras.
- ¿Por qué eres así con migo?
- ¿Por qué?... Tom acaso no te das cuenta, me dejaste plantada y aun así me preguntas por que soy así con tigo – comencé a sentir un gran nudo en mi garganta, tenía muchas ganas de llorar, pero me contuve… no podía llorar ante el.
- Y ¿acaso me preguntaste el por qué?, ¿por qué no llegue? – Su mirada transmitía rabia – no, no lo hiciste… Te llame reiteradas veces, pero tu no contestabas… Quería explicarte el por que de mi demora… quería explicarte lo sucedido… ¡no sabes todo lo que paso!... Aun que no me preguntes que fue lo que ocurrió, no me importa, de igual manera te lo diré… Ese día cuando tú te fuiste de mi casa, salí a distraerme al centro comercial, luego de hacer algunas cosas, decidí comprarme un helado… me fui a sentar ya que estaba cansado, de pronto llega una chica que había conocido ese mismo día en la mañana y comenzó a hablarme, yo no le tome tanta importancia y luego me pare para irme, pero ella me detuvo y me llevo hasta un lugar. Una vez ahí comenzó a hacer cosas, inmediatamente la detuve y me fui. Subí a mi auto y emprendí marcha, estaba algo atrasado y no quería llegar tarde, pero para mi maldita suerte había trafico… había tardado media hora en salir de ahí. Conduje lo más rápido que pude, pero al llegar hasta el lugar en donde te había citado ya no estabas… busque con mi mirada si estabas en algún otro lugar, pero no… Apenas vi que no estabas por ningún lugar te llame, insistí muchas veces pero nunca contestaste… Durante toda la noche pensaba en lo sucedido, me sentía mal, pensaba lo peor. Después no supe más de ti, pensé que te habías ido o algo así. Todos los días pensaba en lo que había pasado, tenia ese remordimiento dentro de mí… ¿por qué lo hiciste?, ¿por qué no querías verme?, ¿por qué no contestabas mis llamadas?... yo solo quería explicarte lo sucedido, pedirte perdón, yo no quería que eso pasara…
Así finalizo… no tenia palabras, ¿por qué no le conteste?... todo este tiempo pensé en cosas y nada era como creí… soy una tonta. No pude evitar solar lágrimas, la forma en que decía las cosas, eran de una forma muy penosa, llena de rabia e impotencia. No sabía que hacer ni decir, solo lleve mis manos al rostro y tape mi cara, no quería que me viera llorar.
- Tranquila mi pequeña – se acercó a mi y me abrazo – mi intención no fue hacerte llorar, solo quería que supieras lo que había pasado
Yo solo respondí a su abrazo. En ellos me sentía protegida, amaba que Tom me abrazara. Me separo de el y me miro a los ojos, con sus dedos secó las lagrimas que aun tenía sobre mis mejillas y luego me sonrió. Yo le respondí de igual manera.
- ¿Vamos? – pregunto, yo solo asentí.
Después de unos minutos estábamos fuera de mi casa.
- Mañana pasare por ti después de clases – dijo
- Pero…
- No te preocupes – interrumpió – ya se en donde está la escuela, Bill me lo dijo.
- Oh… esta bien – respondí no muy animada
- Tranquila… – tomo mi rostro y alce mi mirada hasta el - esta vez si iré por ti, no volverá a ocurrir lo mismo – se acerco a mi y beso me frente – te lo prometo… Adiós.
Dicho esto voltee y me dirigí hasta la entrada de mi casa, abrí la puerta y antes de cerrarla, mire a Tom, quien hizo un gesto de “adiós” con su mano. Una vez ahí dentro, noté que no se encontraba nadie en ella. Me dirigí hasta la cocina por un baso de agua, algo llamo mi atención en el refrigerador, había una nota pegada con un pequeño imán. Me acerque a leerla y esta decía: “Hija fuimos al supermercado, no tardamos mucho en llegar, besos mamá”
Bueno, estaba sola, así que decidí ir a mi habitación y prender mi computadora. Hace mucho tiempo que no hablaba con mis amigas, las extrañaba muchísimo, sobretodo a mi mejor amiga Sofía. Pasé toda la tarde ahí, la verdad es que el tiempo vuela cuando estas en la computadora, ¡es increíble!
La noche había llegado y ya tenía mucho sueño, claro el día fue agotador. Estuve un tiempo con mis padres, les había contado como había sido mi primer día de escuela, sobre mis nuevos compañeros, en fin muchas cosas más (ecepto lo de Tom). Luego me despedí de ellos y subí a mi habitación, necesitaba dormir y descansar, mañana será un nuevo día…
Hoy las clases se me hicieron muy divertidas, claro solo son los primeros días de clases… luego vendría lo peor. Con mis nuevos compañeros era imposible no reír, creí que esto de ser nueva y adaptarme sería más difícil, pero me equivoque. Claro que aún no me adapto muy bien al idioma. A veces tengo que pedirle a Constanza que me repita las palabras un poco más lento… es algo vergonzoso, sobretodo cuando cuentan algo gracioso, ya que soy la ultima en reírme.
Mientras estaba poniendo atención a lo que decía el profesor, mi celular comenzó a vibrar. Disimuladamente miré la pantalla, era un mensaje de Tom. Para mi suerte, en ese momento entró el director, quien pidió que saliera un momento el profesor. Aproveche para leer el mensaje, este decía: “Avísame a que hora sales para ir a buscarte”…. “Salgo a las 14:30”, respondí.
Así paso la hora, nos despedimos del profesor y luego salí junto a mis compañeras.
- ¿Quieres que te acompañemos hasta tu casa? – Preguntó Rocío
- Lo siento, pero hoy pasaran por mí – respondí
- ¿Quién? – preguntaron todos molestándome.
- Mi padre – mentí
- ¿Segura?... entonces ¿por qué te pusiste roja? – preguntó Daniela
Todas comenzaron a reír. Sentía como mis mejillas ardían de la vergüenza.
- Bueno (tu nombre), nos vemos mañana – dijo Constanza
Así me despedí de todas, hasta quedar completamente sola. En ese momento mi celular comenzó a vibrar. Mire la pantalla, era el…
- ¿Bueno?
- ¿ya estas lista?
- Si, ¿dónde estas?
- Gira tu cabeza hacia la derecha, ahí veras un árbol. Junto a el, está estacionado mi auto. Acércate, luego te explico todo.
Corte y así lo hice. Mientras caminaba pude divisar un Audi. Cuando estaba apunto de llegar, alguien salió de el y se acerco a mi.
- Hola (tu nombre) – saludó dándome un beso en la mejilla.
- Hola Tom – respondí sonriendo.
- Ven – camino hasta la puerta del copiloto y la abrió – sube
Agradecí y me subí. Luego entro el, se puso su cinturón (algo que yo también imite), encendió el auto y comenzó a andar.
- Te debes estar preguntando por qué razón te hice caminar – dijo mientras tenía su vista al frente.
- Así es – respondí
- Bueno, lo que sucede es que como ya sabes, soy conocido y estoy seguro que abra más alguna fan en la escuela y para no armar algún escándalo, me estacione más lejos.
- Oh ya veo – reí – y… ¿a dónde vamos?
- Es una sorpresa, ya llegaremos.
¿Una sorpresa?, ¿para mi?... esto me parecía algo raro. En el camino no hablamos nada, yo solo miraba hacia fuera.
- Ya llegamos – dijo estacionando su auto.
Desabrocho su cinturón, saco las llaves de su auto y luego bajo. Yo también desabroche mi cinturón, iba a abrir la puerta, pero Tom se adelanto y ya la había abierto. Le sonreí en forma de agradecimiento.
- ¿En dónde estamos? – Pregunte con curiosidad
- Ya lo veras… ven – se acerco a mi y tomo de mi mano, la cual estaba calida.
El lugar era algo muy lindo, era un entorno natural. Tom me guió por un camino lleno de árboles y flores. A lo lejos pude oír el sonido de lo que al parecer era un río. Poco a poco fui destacando entre algunos árboles una pequeña cabaña. Al parecer mi vista fallaba, ya que al llegar, me di cuenta de que era una cabaña bastante grande.
- Ven entra – dijo Tom abriendo la puerta.
Tímidamente entre y contemple lo hermosa que era.
- No temas, solo estamos tú y yo – sonrió pícaro.
- Si es así entonces ya tengo miedo – respondí mientras veía a Tom dirigiéndose hasta el sillón para sentarse.
- Ven aquí – dijo dándole unas palmaditas al sillón
Fui y me senté junto a el.
- ¿Sabes algo?... te extrañe mucho estos días
- También yo Tom… perdón por no escucharte
- Shh… – me callo colocando uno de sus dedos en mi boca – eso ya no importa, ya sabemos lo que paso y no hay que darle más vueltas al asunto.
- Tienes razón – le sonreí
- Me encanta cuando sonríes – se acerco y acaricio mi rostro – Extrañaba ver tu sonrisa… Cuando mis días eran fastidiados por alguna persona, en lo primero que pensaba era en verte, por alguna razón me hacía sentir feliz… y en los días que no te vi… no sabía que hacer… sentía un gran vacío en mi. No puedo creer que en tan poco tiempo te hayas echo una persona muy importante para mi. Eres completamente diferente a las demás chicas, te destacas principalmente en que eres tan difícil – sonrió – no sabes todo lo que he luchado por acercarme a ti… eres tan hermosa, tanto dentro como fuera. No me importa que seas menor que yo, no quiero que estés lejos de mi nunca más. Quiero… quiero que seas parte de mi y me gustaría mucho ser parte de ti… no quiero perderte, no soportaría verte en los brazos de otro que no fuera yo… no soportaría ver que otro bese tus labios… no sin antes haberlos besado yo….
Lentamente se fue acercando a mi… mis nervios comenzaban a invadirme. Nuestras narices ya se rozaban… nuestras frentes se encontraban unidas. Sentía su respiración sobre mí. Mi corazón comenzó a tomar un ritmo más rápido, en mi estomago podía sentir esa sensación de tener mariposas dentro de ella….
- Tom… - susurre con un hilo de voz
- Ya no puedo resistir más….
Sus labios comenzaron a rosar los míos… lentamente estos se fueron posando sobre los míos. Tímidamente comenzó a besarme…Yo también con algo de timidez fui correspondiendo. Poco a poco nuestros labios se fueron tornando a un compás armonioso… mis nervios se habían ido por completo, con él me sentía segura. Nuestras respiraciones se hacía cada vez más dificultosas, pero… ¿qué importaba?, en esos momentos era lo de menos. Ambos sabíamos que nos necesitábamos, esperamos tanto para esto, que el momento no podía terminar tan rápido. Lentamente nuestros labios se fueron separando, chocamos nuestras frentes, tratando de recobrar nuestro aire.
- Esto fue lo más hermoso que he podido sentir… nunca en mi vida una chica me había echo sentir tantos nervios al besar – sonrió algo avergonzado.
Yo solo sonreí y acaricie su rostro. Pero algo me preocupaba, no podía quedarme con las ganas de preguntarle
- Tom…
- ¿Sucede algo?
- Tu… ¿de verdad sientes todo eso, lo que dijiste hace un momento? o… ¿solo quieres jugar con migo? – pregunte mirándolo
Se sorprendió mucho cuando le ice aquella pregunta… bajo su mirada y luego respondió
- ¿Crees que jugaría con tigo?... – alzo su mirada y tomo mis manos – Escúchame bien… Jamás jugare con tigo. Si tu miedo es que te deje como lo he hecho con las demás, no quiero que te preocupes. Yo soy así con todas porque son fáciles… no me gustan las chicas así. Yo sé que tú no eres una de ellas, es por eso que llamaste mi atención. Eres única, hermosa, en pocas palabras eres perfecta. Para mi eres alguien especial… como te dije no me importa tu edad… yo quiero que estés junto a mi.
Nunca creí escuchar hablar así a Tom. Jamás pensé que algún día conocería ese lado de el… Mis lágrimas comenzaron a salir, pero no eran lágrimas de tristeza, sino que eran de felicidad….
- Ya no llores mi pequeña – dijo mientras secaba mis lágrimas
Me sentía torpe… Tom me había dicho tantas cosas y yo simplemente callaba. Me acerque a el y lo abrace tan fuerte como pude. El de igual manera correspondió a mi abrazo. Presionó mi cabeza contra su pecho, el cual se movía al ritmo de su respiración. Podía sentir el palpitar de su corazón… Moví mi cabeza y olí su polera, en ella estaba grabado el olor de su perfume, respire lo más profundo hasta quedar embriagada de el.
- Creo que ya es hora de que volvamos, no quiero que te castiguen y después no te dejen salir
- Tienes razón, vamos
Dicho esto nos paramos y nos dirigimos hasta el auto. En el camino hablábamos de muchas cosas, nos reíamos, le conté como fue mi primer día clases, en fin muchas cosas más. Cuando llegamos, le dije a Tom que no se bajara, ya que si mis padres, bueno ya que si papá lo ve, armaría un escándalo, algo que no me gustaría que sucediera…
- Adiós Tom y gracias por la salida, fue muy linda y el lugar era realmente hermoso
- Me alegro mucho que te haya gustado – se movió un poco de su asiento, se acercó a mi y deposito un pequeño beso en mis labios, luego sonrió – Adiós linda.
Le sonreí y salí. Una vez dentro de casa salude a mis padres, quienes inmediatamente me invadieron de preguntas como: ¿por qué llegas a esta hora?, ¿con quien estuviste?, etc. Yo mentí… les dije que había estado en casa de una compañera ya que me había invitado a conocer a su familia…
Luego de tantas preguntas me dirigí a mi habitación. Me recosté sobre la cama a pensar en todo lo que había ocurrido hace algunos minutos atrás. No mucho después mi celular comenzó a vibrar, mire la pantalla para ver de quien se trataba. Era un mensaje de Tom, el cual decía: “Sin duda este fue el mejor día de mi vida, gracias por aparecer en mi vida. Duerme bien y descansa mi pequeña…”





- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
¡Perdón por la tardanza!, de verdad lo siento mucho, pero estos días he tenido muchas cosas que hacer, trabajos, pruebas, etc. Todo lo que se trata de colegio me tiene muy ocupada… pero ahora estoy libre, así que subiré más seguido.
Espero que les guste el capítulo *-*. Gracias por sus comentarios y perdón por dejarlas con intriga jajaja. Estoy muy feliz por el número que visitas que tiene mi blog, jamás pensé tener más de dos mil visitas :’).
¡Son las mejores!, gracias por leer *-* ♥. Espero sus comentarios n.n. Adiós y cuídense mucho :3.