martes, 24 de enero de 2012

Capítulo 31: “La verdad sale poco a poco a la luz…”

Han pasado dos semanas. Semanas agotadoras tanto para mí como para los chicos. Ellos trabajando en el nuevo álbum y yo estudiando mucho para mis exámenes.
Últimamente no he visto ni hablado mucho con Tom, todo esto de grabar lo tiene ocupado. En dos días más es su cumpleaños y aún no sé que le regalaré. Es por esa razón que decidí ir con mi prima a comprarle algún obsequio.
Entramamos a muchísimas tiendas masculinas, y luego de pasar más de dos horas buscando y buscando encontramos lo que queríamos. Ella también buscaba algo, ya que también se acercaba el cumpleaños de Gustav. También compramos otro regalo más para Bill. Luego de las agotadoras compras, nos dirigimos al patio de comidas y pedimos algunas cosas para comer.
- Estoy agotada – dijo en un suspiro.
- También yo, es difícil buscar algo para un hombre.
- Lo sé, lo peor es que a nosotras nos gusta, pero ahora la pregunta es, ¿les gustará a ellos?
- Claro, no había pensado en eso – ambas nos miramos y reímos – Ahora comamos tranquilas.
Mientras comíamos y hablábamos, miraba a mí alrededor. Entre tantas personas pude reconocer a una, acompañada de alguien. Era una chica, la había visto en algún lugar, pero no recordaba dónde. Iba acompañada de una chica un poco menor que ella, de cabello rubio y tez blanca. Fue lo que pude divisar, ya que estaba de perfil.
- ¿Qué miras? – preguntó mi acompañante.
- Nada, creí ver a alguien, pero creo que no era quien pensaba…
Al terminar, tomamos todas las bolsas con las compras y fuimos a tomar un taxi.
Una vez en casa, nos dirigimos a nuestras habitaciones a esconder los regalos. Ambas decidimos ir a visitarlos, creímos que como era viernes, quizás tendrían un tiempo libre.
- Extraño mucho a Gustav – menciono mi prima tocando el timbre.
- Me imagino, si me lo has dicho casi todos los días – ambas reímos.
- Hola chicas – saludó Bill – Adelante pasen.
Lo saludamos y entramos.
- Lamento el desastre en la casa, pero no hemos tenido tiempo para ordenar – se excuso Bill.
- No te preocupes Bill, es entendible – dije.
- Oh, Gustav está arriba en el estudio, está tocando la batería, por si quieres ir a verlo – le dijo Bill a mi prima.
- Gracias – sonrió ella y subió las escaleras.
- Tom, no está… Salió, no sé aún a que hora volverá.
- No te preocupes… ¿Te gustaría que te ayudará a ordenar?
- ¿Hablas en serio? – preguntó él.
- Claro – le sonreí - Manos a la obra.
Comenzamos ordenando la cocina. Limpiamos los muebles, pasamos un paño húmedo a las cerámicas, ya que había restos de comida, lavamos la loza, terminando ambos mojados, ya que comenzamos a tirarnos agua y espuma. Nuevamente tuvimos que limpiar el piso. Terminando con la cocina, seguimos con el living y luego con el baño. Ambos terminamos tendidos en el sofá.
- Estoy muerto… - dijo Bill dando un gran suspiro.
- Dímelo a mí – ambos reímos.
- Gracias por ayudarme – dijo él tocando mi mano.
- De nada Bill – le sonreí.
Voltee mi mano y él entrelazo sus dedos con los míos. Observé por un momento nuestras manos. Poco a poco fui subiendo mi mirada, encontrándome con aquellos profundos ojos. Su mirada, posada fijamente en la mía. Su rostro, tan natural, sin ningún rastro de maquillaje.
Alguien lo llamaba, quebrantando aquel momento de miradas. Nuestras manos desuniéndose rápidamente, como si fuese un delito.
- Bill te estuve buscando – dijo Gustav sentándose junto con mi prima.
- Bueno, ya me encontraste, ¿qué paso?
- ¿Qué te parece si cenamos algo con las chicas?
Bill aceptó. Gustav llamó por teléfono y pidió una orden. Mientras esperábamos a que llegara, ordenamos la mesa y pusimos los cubiertos.
Al llegar la orden, la pusimos en la mesa y comenzamos a comer. Las risas eran infaltables, era grato compartir con los chicos. Georg, quien había llegado, se unió a nosotros. Al acabar con la cena, fuimos a jugar “nintendo wii”, algo en que Georg era muy bueno.
Mientras Gustav y Bill jugaban, sentí un pequeño ruido en la puerta. Me paré y salí de ahí sin que los chicos lo notasen.
- ¿Tom? – pregunte con inseguridad.
- Hola – saludó quitándose su gorro y bufanda.
- ¿Cómo te fue?... Bill me dijo que saliste.
- Oh… Si, me fue bien – sonrió de medio lado.
- ¿Quieres ir a donde están los demás?
- No, quiero ir a mi habitación, estoy algo cansado.
- ¿Puedo acompañarte?
Me miró, y como si lo hubiese pensado, respondió.
- Claro – dijo subiendo las escaleras.
Cuando llegamos a su habitación, sacó pijama y se metió al baño. Mientras se cambiaba aproveche de ordenar algunas cosas que tenía en el suelo.
- No tienes que hacer eso – dijo él sentándose en la cama.
- Solo quería ayudarte, sé que has estado muy ocupado estos días y…
- Aún así no tienes que hacerlo – interrumpió.
Su rostro se veía molesto, pero a la vez perdido. Movía sus piernas de un lado a otro.
Camine hasta él y me senté a su lado.
- Lo hago porque te quiero – posé una de mis manos en su pierna y con la otra tome su rostro – Puedo notar en tu rostro que estas cansado.
Besé sus labios. Él correspondió, pero se separó rápidamente soltando un quejido.
Lo miré preocupada. Tome su rostro con ambas manos, enfocando mi mirada en sus labios. Estos se encontraban en un tono rosa y morado, como si alguien los hubiese golpeado.
- ¿Qué te paso Tom? – Pregunté pasando mi dedo pulgar por el contorno de sus labios.
- Nada – Respondió esquivándome.
- ¿Me estás ocultando algo?, puedes confiar en mí, soy tu novia – dije acariciando su rostro.
- ¡No me pasa nada! – gritó él enojado.
- Entiendo… - Poco a poco me aleje de él.
- No, lo siento, no quise gritarte – Se acerco a mí y me abrazo.
Correspondí a su abrazo. Esta vez era tan diferente… Sentía que no me protegían, me sentía vacía entre ellos. Su aroma, era diferente. Sentía que no era Tom.
- Estoy cansado y tengo sueño – dijo él soltándome.
- Claro, yo… te dejo.
Me pare en la entrada de su habitación. Veía como se acostaba, tapándose con las frazadas.
- Que descanses – dije cerrando la puerta.
Quedé recostaba a un lado de su puerta, preguntándome el por qué de su reacción.
- ¿Llego Tom? – Preguntó Bill.
- Oh por Dios… Me has asustado – dije respirando agitada y tocando mí pecho.
- Lo lamento, no fue mi intención.
- No te preocupes y, si, llego… Ahora dormirá, dijo que estaba cansado.
- Mm… cansado, entiendo… Vamos, te toca jugar – sonrió.
- Ok – reí nerviosa.
Pasamos la noche jugando. Al terminar mi prima y yo volvimos a casa, directamente a dormir, habíamos tenido un día muy agotador.-
Los dos días pasaron volando. Hoy es el cumpleaños de los gemelos.
Bill me dijo que en la noche harían una pequeña fiesta, para celebrar sus veintiún años. No tenía nada formal para entonces.
- Es una emergencia de moda, tenemos que ir al centro comercial ahora – exclamó mi prima desesperada.
- Tranquila, no…
- ¿Estar tranquila? – Interrumpió - (Tu nombre) es el cumpleaños de tu novio, tienes que verte bien, además, no es un cumpleaños normal, ¿entiendes?...
- Si lo sé, pero vamos al centro comercial y me ayudas a buscar algo.
- Si, si vamos, rápido.
Salimos casi volando a tomar un taxi. Al llegar, inmediatamente entramos a ver vestidos. Me probé muchos, hasta que al fin me quede con uno.
- Ahora los zapatos… - dijo ella buscando.
- ¿Qué?, ¿estas loca?
- ¿No pensaras ponerte un vestido con zapatillas? Es ridículo… - continuó buscando.
- La última vez que use tacos, fue cuando Tom me invito a un hotel…
- Ahora tendrás que ponerte unos nuevamente, pero que sean más altos.
- ¿Me quieres torturar?, ¿tu crees que no duele? – pregunté enojada.
- Si, sé que duele, pero es para que te veas más alta, después te los sacas – rió.
Me probé unos zapatos muy bonitos, me hacían ver alta, sabía que tarde o temprano me dolerían los pies, pero solo era una noche, así que, decidí sacrificarme.
Al volver a casa, mi prima y yo decidimos ir a la casa de los chicos, para entregarles el regalo, ya que después no podríamos.
- Hola chicas – saludo Bill abriendo la puerta.
- ¡Feliz cumpleaños! – gritamos al unísono.
- Oh muchas gracias – sonrió él emocionado.
Ambas le dimos un fuerte abrazo y a la vez le entregamos el regalo que cada una habíamos comprado.
- Los chicos están en el estudio, vayan, yo iré a dejar mis regalos a mi habitación – dijo Bill subiendo las escaleras.
También subimos nosotras, ya que el estudio estaba arriba. Antes de entrar al estudio, pase a la habitación de Tom, dejando dentro de su velador una carta que le había escrito el día de ayer, luego salí y entré al estudio. Ahí estaban Georg con su bajo en las manos, Gustav sentado en el sofá junto a mi prima.
- Hola chicos – los saludé besando sus mejillas.
- Si buscas a Tom, está dentro de la sala de grabaciones – dijo Georg.
- Gracias – le sonreí y camine hasta la sala.
Abrí cuidadosamente la puerta, y ahí, sentado con su guitarra eléctrica y un micrófono, se encontraba Tom. Al verme dejo su guitarra a un costado y se levanto, acercándose a mí.
- Hola linda – saludó él sonriéndome.
- Feliz cumpleaños – le di un fuerte abrazo, al cual correspondió.
- Gracias linda – sonrió y beso mi mejilla.
- Esto es para ti – le pase el regalo – Espero que te guste.
- No debiste, muchas gracias, después lo abriré.
Le sonreí acercándome un poco más a él.
- Veo que tus labios han vuelto a su color normal – dije mirándolos.
Tom cambio la expresión de su rostro. Al notarlo decidí cambiar de tema.
- Ven, vamos con los chicos – dije tomando su mano.
Él impidió que siguiera caminando, volteándome hacia él. Después de tanto tiempo, sentí sus labios sobre los míos. Este beso era tan distinto, la manera en que me besaba era distinta, extraña, pero los extrañaba tanto que me perdí en ellos.
Al separarnos, Tom me miró. Una mirada llena de tristeza, que pedía gritos perdón. ¿Perdón?...
- Vamos – lo tome de la mano y salimos de ahí.
Bajamos hasta el primer piso, directo al living. Ahí estaban los chicos, compartiendo algunas cosas. Tom y yo nos integramos.
Solo compartimos un pequeño rato, ya que pronto tendríamos que irnos todos al hotel donde sería la fiesta de los chicos.
- Entonces, nos veremos después, adiós – dijo Bill.
Ambas salimos de la casa y nos dirigimos a la mía, para arreglarnos.
Nos dimos una ducha, nos pusimos nuestros vestidos y zapatos. Deje mi cabello suelto, solo lo acomode un poco, y me maquille. Una vez listas, llamamos a Evans, él nos iría a dejar al hotel.
Me sentía nerviosa. Luego de pensarlo bien, me di cuenta de que estaba lista. Amaba mucho a Tom. Él también a mí, es por esa razón que esperó hasta que estuviera lista. Esta vez sentía que sí estaba lista, quería demostrárselo. Pero a pesar de todo, aún siento ese mal presentimiento, algo me dice que no lo haga.
- (Tu nombre) vamos, hemos llegado – dijo mi prima bajando del auto.
- Gracias Evans – le sonreí y baje.
- ¿Ya habías estado aquí antes? – pregunto ella.
- Así es, una vez estuve aquí con Tom.
- Es un lindo hotel.
- Si lo es – afirme.
Entramos al lugar, dirigiéndonos a la terraza, donde sería la fiesta. El lugar estaba repleto. Las personas bailaban, reían, bebían, en fin. Entre todas esas personas divisamos a Gustav y a Georg. Estuvimos con ellos, ya que no encontrábamos a los cumpleañeros.
- Te ves hermosa – susurro a mi oído y tomo mi cintura.
- Gracias, tu también – voltee para poder mirarlo mejor.
- Te ves más alta, eso me gusta – rió.
- Eres un pesado Tom - refunfuñé dándole un pequeño golpe en su pecho.
- Sabes que me gusta molestarte.
Ambos nos abrazamos y comenzamos a movernos al ritmo de la música. Al recostar mi cabeza en el pecho de Tom, pude notar como a lo lejos nos observaba Bill. Con un rostro lleno de tristeza. Mis ojos lo perdieron de vista cuando Tom tomo de mi rostro, dándome un beso.
Al separarnos miré nuevamente hacia donde estaba Bill, pero, ya no estaba.
Así pasaron los minutos, hasta que llamaron a los festejados para que apagaran las velas de la torta. Desde ese momento perdí de vista a Tom. Di vueltas por alrededor de la terraza, pero no lo encontré por ningún lado.
- Hola – me saludó una chica.
- Hola… - la miré confusa.
- ¿Buscas a tu novio? – preguntó.
- ¿Cómo sabes que tengo novio?
- Es obvio, muchos vimos cuando Tom y tu se besaron – dijo algo obvia.
- Oh… Bueno, si lo estoy buscando.
- Te ayudaré a buscarlo – dijo ella.
La chica se me hacia familiar, la había visto, pero no recordaba dónde. Ambas comenzamos a caminar.
- ¿Hace cuanto tiempo son novios? – preguntó ella.
- Bueno, hace como unos cuatro meses.
- Es mucho tiempo, es extraño… ¿no te ha engañado?
- ¿Qué? – Su pregunta me tomo por sorpresa – No, él cambio mucho, jamás me ha engañado.
- ¿De verdad?... Vaya, quien lo viera, veo que si lo hiciste cambiar.
- No lo hice cambiar, él lo hizo solo.
- Ya veo… ¿Lo quieres? – la chica continuaba con su interrogaciones.
- Mucho… - respondí al instante.
- ¿Este último tiempo no has notado a Tom algo extraño?
- Bueno…. - Aquella pregunta no sabía responderla. Tom si estaba extraño. Desde antes de mi cumpleaños comenzó a comportarse de una manera extraña. Estos días también, pero quizás eran por el cansancio, estaba muy ocupado con el nuevo disco – Si ha estado algo extraño…
- Desde hace mucho… Lo notas molesto, cansado, muy cansado, ¿no es así?
- ¿Cómo sabes tanto? – pregunté inquietándome.
- No lo sé… Ven vamos a buscarlo en recepción, quizás esté ahí.
Ambas caminamos hasta la recepción, pero tampoco se veía nada.
- ¿A dónde vas? – Le pregunté a la chica, mientras se acercaba a la entrada del hotel.
- Ven, acompáñame afuera – dijo ella.
Abrimos la puerta y salimos. Hacía muchísimo frio afuera. La noche se hacía presente, con nubes muy grises, en cualquier momento llovería. Fuera del hotel se encontraban algunos autos. Entre ellos un auto que conocía a la perfección.
- Es el auto de Tom – dije.
- Quizás esté ahí, vamos acerquémonos – sugirió ella.
Así lo hicimos. Nos acercamos al auto de Tom, pero… No pude seguir. Mi cuerpo se paralizo, ante aquella escena.
Sentía como le daban miles de puñaladas a mi corazón, sentía como mi cuerpo comenzó a temblar.
- No puede ser… - dije casi sin voz.
- Vaya, vaya, ¿no es ese Tom?... Tú novio. El que nunca te ha hecho sufrir. El que te quiere tanto… Tanto como para hacer esto frente a tus ojos. Que amor, ¿no?
No… No, ese no era Tom… ¿A quién quiero engañar?.... Ese sí era Tom. Él, junto a una chica. Él acariciando a otra chica. Él besando a otra chica…
No pasaron un par de minutos cuando ambos salieron del auto. Aquella chica era… No puedo creerlo… No… ¡NO! ... ¿¡Ella!? ¿Qué hace ella aquí? ¿Qué hace ella besando a mí novio?
- Que bonito Tom, pero que decepción, ¿qué has hecho?... ¿Cómo puedes besar a otra chica frente a los ojos de tu novia? – dijo aplaudiendo la chica que me acompañaba.
- (Tu nombre)…. – soltó Tom asombrado.
- ¿Por qué Tom?... ¿por qué?.... ¿Qué te he hecho?...
Las palabras apenas salían de mi boca. Mi voz temblaba, las lágrimas salían de mis ojos.
- ¿Quieres que respondas tus preguntas querida (Tu nombre)? – Pregunto la chica – Lo haré con gusto… Te preguntarás por qué razón Tom a estado actuando tan extraño… Es por esto, por lo que acabas de ver. El día de tu cumpleaños… Tom, no estuvo presente. ¿Por qué?... Simple, paso todo el día junto a la belleza que se encuentra a su lado.
- flashback
“Sabía que tu más grande deseo era que estuviera presente, pero maldición, ¡siempre hay personas que se entrometen y arruinan todo!...”
- Fin flashback
Ahora ya no te habla como antes, ¿verdad?... Claro, todos los afectos de cariños se esfumaron cuando él conoció a la chica que está a su lado.
Que triste es la vida, ¿no?, pero era claro querida, Tom nunca fue para ti. No vales nada linda, eres poca cosa para él.
- Cierra la boca Caitlin – dijo Tom.
¡Caitlin!.... La misma chica que fue un día a mi casa a preguntar si estaba mi madre, la misma chica que vi hace dos días atrás en el centro comercia, ella la misma chica que estuvo cinco meses con Tom, cuando volví a mi país.
- ¿No te preguntabas por qué llego tarde el día de tu cumpleaños?... ¿No te preguntas por qué llegaba tan casado a casa y solo quería dormir y nada más?... Simple, todos esos días fueron porque estuve con él. Besándolo, acariciándolo, y claro… – la chica que estaba con Tom se acercó más a mí – Dándole todo lo que tu no le diste. Así es querida, el día más importante de tú vida, el día de tú cumpleaños, Tom estaba teniendo sexo con migo, y no solo ese día, sino todos los días que no estaba en casa. Es por eso que me prefiero a mí, ya que tú nunca le diste lo que él más quería… Eres una perdedora (Tu nombre)… ¿No te gusto quitarme a Ignacio?... Nadie, escúchame bien, nadie, se mete con migo. Nuevamente te he vencido estúpida, siempre seré la ganadora.
Ahí estaba ella. Rompiendo cada parte de mi alama, destrozándola con cada una de sus palabras… No tenía las fuerzas suficientes para hablar, pero, ¿de qué servía? No tenía nada que decir, nada.
- ¿Por qué eres tan mala?... ¿¡Qué te he hecho Gabriela por Dios!? …¡Dime! – pedía gritos una respuesta.
- Ya te lo dije, jamás me verás perder… y ahora que ya he logrado mi objetivo, te dejo, ahí tienes a tu novio, disfrútalo… Perdedora – rió.
- Te dije que me las pagarías bien caro Tom Kaulitz, nadie se mete con migo, ¡que viva el amor! – rió Caitlin junto con Gabriela y ambas se fueron.
Ahí quedamos los dos. En silencio. Aún no podía salir de mi estado de shock. Solo quería irme, salir de ahí, correr, esconderme, y no saber nada de nadie. Voltee y comencé a caminar.
- No te vayas… - dijo Tom.
Aún seguía caminando, no quería hablar con él.
- Mi pequeña no te vayas – insistió.
- ¡Cállate! – Voltee hacia él enojada - ¡No me vuelvas a llamar así!
- Perdóname – dijo él agachando su cabeza.
- ¿Perdonarte? ¿Quieres que te perdone? – Preguntaba acercándome a él - ¿Quieres que te perdone esto? ¿Quieres que perdone tu infidelidad? ¿¡Eso quieres!?... No… ¡No Tom!
- Escúchame por favor…
- ¡No Tom! ¡No quiero escucharte!
- No sabes lo que ocurrió, por favor escúchame – suplicaba él.
- ¿Escucharte?... No, ahora tú me escucharas a mí… Lamento no haber podido darte todo lo que querías…. Lamento no haberte dado lo que más querías, pero NO me sentía segura Tom, no estaba lista… Hoy, Tom, hoy quería demostrarte que era capaz de todo, porque te quiero tanto, tanto que quería que me hicieras tuya… Pero no… No fuiste capaz de esperarme, ¡no fuiste capaz! ¡Te metiste con la primera que se cruzo por tu camino! Y lo peor de todo fue con ella Tom, con Gabriela, mi enemiga de tanto tiempo, la que siempre me hacia la vida imposible. ¡Ella! las que nos separó en el pasado, rompiendo el único medio de comunicación que teníamos… Y ahora, nuevamente separándonos…
- ¿Separándonos?... Espera… No, (tu nombre), no por favor no me hagas esto – dijo tomando mis manos.
- ¡Suéltame!... – grite sacando mis manos - “¿No me hagas esto?”… Por favor Tom, ¡deja de ser tan egocéntrico por una vez en tu vida!... ¿Qué hay de mí Tom? Me mentiste, me mentiste de la peor forma. ¿Es por eso que llegabas cansado verdad?... Y yo, la tonta, que creía que trabajabas todo el día y por eso estabas así… Me tratabas mal… me hacías sentir mal, pero aún así no me importaba, porque te quería. Tus labios estaban morados porque ella te besaba… te besaba tanto, tanto como yo nunca lo pude hacer….
La lluvia había comenzado a caer. Congelando aún más mi cuerpo. Las gotas, mezclándose con mis lágrimas, con mi dolor.
- Ella nunca me hizo sentir lo que tú me hacías sentir… Fui un estúpido al hacerlo, pero si tan solo me dejaras decirte todo lo que paso, me entenderías – decía Tom mirándome.
- Aún así, ya lo hiciste. Me engañaste, me hiciste sentir especial cuando no era así… Esto… Esto ya no tiene vuelta atrás. Esto se termino aquí Tom.
- ¿Q-Qué?... No… ¡NO!, (tu nombre) mírame, estas mintiendo, no hablas en serio – Tom tomó de mi rostro.
- ¡Suéltame! – Dije golpeando fuertemente su pecho - ¡No me vuelvas a tocar nunca más!... Esto se termino Tom, se acabo. Fije no haberme conocido, y yo haré lo mismo.
- No me pidas algo que no podré hacer, por favor no me pidas eso – En sus ojos pude notar como salían lágrimas – Eres mi vida, ¿qué mierda haré si no estas? – grito enojado.
- Eso debiste pensarlo antes… - Saqué las medallas que tenía en mi cuello. La primera que me dio, la letra “T”, y la segunda, el corazón – Tom, quédate con esto, no lo quiero – las tire a sus pies – Ya no existes para mí Tom… Adiós.
- ¡No!, ¡(Tu nombre)!, no te vayas mi amor…
Fue lo último que escuche decir a Tom cuando salí corriendo. Corría sin dirección alguna, pero, ¿qué importaba?, desde un principio estaba perdida, desde que sentí que Tom dejo poco a poco de amarme.
La oscura noche, la lluvia y el frío eran mis compañeros en ese momento, en el momento donde me sentía más perdida y triste. ¿Dónde estaba?, todo me parecía igual, sentía que daba vueltas el círculos. Al fin y al cabo, caí. En medio del agua, en medio el frío piso caí. De rodillas, lloraba como una pequeña niña, perdida. Necesitaba tanto a alguien. Necesitaba protección, cariño, consolación, amor. Pero, mi realidad era esa, estar sola.
Sentir mi cuerpo rodeado por aquellos brazos, me hicieron sentir segura. Cuando me sentía tan sola, llego alguien a hacerme compañía. Sin mirarlo lo abrace como nunca antes lo había echo. Lloré sobre su hombro. Su aroma me embriago, quedando completamente perdida en el. Sus caricias, su respiración, su cabello, todo, todo me hacia perderme del mundo.
- Siempre, estaré para ti, siempre estaré a tu lado, aunque nunca te hayas dado cuenta, siempre estuve para ti… Te quiero – dijo en mi oído.
Siempre estuvo ahí. Nunca me di cuenta de eso…
- ¿Cuánto tiempo has estado ocultando esto?... – le pregunte acariciando su rostro.
- Por mucho tiempo, no te imaginas cuanto – Su mirada, hacían que mi corazón se partiera en mil pedazos.
- ¿Por qué?... ¿Por qué nunca me lo dijiste?
- No podía hacerlo… Cuando amas a alguien que no te corresponde, tienes que dejarlo ir, eso hice, pero me fue imposible… Eres, única, especial, eres todo lo que siempre he esperado, pero nunca serás para mí… - bajo su mirada.
- Nunca es tarde…
Sus ojos, me miraron de una manera tan peculiar, que me perdí en ellos. Sus labios una tentación, moría por besarlos, sentirlos. Con ambas manos tomé su rostro, lo acaricie. Sus mejillas tan suaves. Él se acerco más a mí, uniendo nuestros labios. Sus besos, tan tímidos como lo era él con migo. Deshizo aquel beso, mirándome fijamente.
- Aún es mi cumpleaños… Solo quiero que cumplas mi deseo… Quiero que estés lo queda de la noche junto a mí…
El mismo deseo. Él tenía el mismo deseo que yo tuve para mi cumpleaños. Que rabia sentí en ese momento, Tom, no cumplió mi deseo, mi más grande deseo… Y ahora, él, la persona quien menos esperaba, tenía el mismo deseo que tuve yo. Que maldita es la vida…
- Ten por seguro que tu deseo se hará realidad… Aquí me tendrás, junto a ti hasta el último segundo… Quiero que cumplas tu deseo… - uní mi frente con la suya.
- No sabes cuánto tiempo había querido sentir tus labios… Acariciar tu rostro… Sentirte cerca de mí… Eres hermosa (tu nombre)… - decía él abrazándome más y más.
- Ahora estoy aquí… Junto a ti Bill…
- Y así quiero que sea…
Bajo la helada lluvia nos encontrábamos nosotros. Ambos con el mismo deseo, a diferencia de mí, que cuyo deseo no fue cumplido. Pero si yo no era feliz, él si tenía que serlo. Él, quien siempre estuvo para mí, en todo momento. Él se merecía todo lo bueno, pero no se merecía esto, no me merecía. Soy un asco para él… Acabo de terminar una relación, y ¿qué era lo que hacia ahora?... Meterme con él… Quien no tenía la culpa de nada… Pero en el fondo mi corazón también sentía algo más por él. Desde aquel día que salimos juntos al cine y me regalo la pulsera con el grabado “Sacred”… Y aquel día, para mi cumpleaños, él estuvo ahí. Alegrándome el día, haciéndome sentir mejor. Siempre fue él quien estuvo con migo.
Después de todo, en lo profundo de mi corazón tenía este sentimiento escondido.Yo sí siento algo por Bill, pero las cosas quizás no siempre son como uno quiere. Solo el futuro lo deparará.



______________________________________________________________

Aquí les dejo el PENÚLTIMO capítulo de la fic. Se ha cerrado la encuesta y de acuerdo a sus votos quieren una segunda temporada, por lo tanto escribiré una segunda temporada :D
Espero que les guste el penúltimo capítulo >.<… Gracias por todo chicas, son las mejores lectoras del mundo *-*.
Ya he creado el nuevo blog,cuando haga el prologo, lo subiré aquí para que lo vean, ¿bueno?....
Pronto subiré el último capítulo, así que... estén atentas jajaja x3. Adiós Aliens, son las mejores *-*.

7 comentarios:

  1. ahhhh
    mucha confusion :S
    pliz zube kapi
    m gusto el giro ke dio la fic

    n.n

    ResponderEliminar
  2. :O Tom!!!!! >.< no t mereces a (tn)!!!
    Bill :3 tan lindo y dulce... como siempre.. :) solo espero q él tampoco salga lastimado como Tom y (tn) lo han hecho...
    espero el ultimo capitulo d la temporada con ansias! sube pronto porfa!
    y aun con mas ansias espero la segunda temporada!

    ResponderEliminar
  3. Jodeme O.O ... enserio quiero a Bill? D:! ... puto Tom >< (perdón por la palabra :B)
    Sinceramente no me acordaba de Gabriela ni de la otra :Z! ... Uuuuuh! me encanto el cap *-* por fa sube prontoooooooooo :D no te demores mucho T.T
    jaja Chau :3

    ResponderEliminar
  4. O.O tom ..... xqqq...?¿?
    tan bien que ivan....

    y ahora con bill... que pasara con tom..??
    sueb prontoooo
    siii habra segunda temporada :)

    ResponderEliminar
  5. Fuck, nunca vi la encuesta! x.x
    Pero felizmente haras segunda temporada! :DD

    Por otro lado, TOMMM! Porqueeeeeee?? T___T
    Que pendejo! u.u
    Peroo en buena hora esta mi lindo Bill! ♥

    WAAAAAAA, ya quiero leer mas! ;D
    AMO AMO AMO tu fic! :DD

    Subi cap pronto! :DD

    ResponderEliminar
  6. que bien que sienta algo por bill y cuidadito con sus palabras no se baya a enojar johana y no haga una segunda tenporada jajaja no era broma recuerden tom tanpoco es tan malo

    ResponderEliminar
  7. que lindo que bill este para (tu nombre)sienpre bill tan dulce y tierno sienpre esta cuando lo necesitamos

    ResponderEliminar