Narra Tom:
Había tenido un día muy agotador, es por esa razón que decidí tomar una pequeña siesta en el sillón. Dormía muy a gusto, hasta que mi pequeño hermano se le ocurre hablar por teléfono y reír fuerte. Me moví un poco, para que él notase que estaba despertando. Al parecer lo había notado, ya que comenzó a despedirse. Luego que corto, camino silenciosamente hasta su habitación.
- ¿Por qué caminas así? – pregunte sentándome.
- Lo siento, es que no te quería despertar – se disculpó él rascando su cuello.
- Muy tarde ya lo hiciste. Por cierto…. ¿con… quien hablabas? – pregunte mientras bostezaba.
- Con (tu nombre) – respondió él entrando a su habitación.
- Oh… ¡Qué! – exclamé al reaccionar.
Me paré y camine hasta la habitación de Bill.
- ¿Hablaste con ella?, pero ¿cómo?, ¿de dónde sacaste su numero? – pregunte algo molesto.
- Tranquilo, como tú estabas dormido y yo estaba aburrido, tomé tu celular y saqué su número, quería saber cómo estaba ella, hacía mucho tiempo que no hablábamos – respondió mientras buscaba ropa de su armario.
- Aún así no tenías derecho – dije aún molesto.
- Ya Tom, no creí que le molestara tanto… Además ella me dejo un recado para ti – menciono entrando al baño.
- ¿Qué recado? – pregunté.
Asomo su cabeza a la puerta.
- Dijo que seas más amable con migo – me miro serio, luego ambos reímos.
- Lo siento, pero sabes…
- Si, sé que eres un tonto cuando despiertas, así que descuida – rió y cerró la puerta – Tom, iremos a comer, así que arréglate – grito desdé adentro.
Así lo hice. Entre a mi baño, lave mi cara y mis dientes. Me cambie de polera y me coloqué mi poleron. Me aplique un poco de mi colonia favorita y salí a la espera de Bill.
Diez minutos después salió de su habitación. Salimos y tomamos el elevador. Estábamos alojando en un hotel, ya que no queríamos quedarnos en la casa de nuestra madre. No queríamos que los reporteros no siguieran hasta nuestra casa y la molestasen.
En recepción nos esperaban los chicos. Luego salimos y nos subimos a la van.
Una vez en el restaurante nos sentamos y pedimos nuestra comida. Al terminar pagamos la cuenta y volvimos al hotel.
Ahí fuera se encontraban muchos reporteros y fans. Al bajar, firmamos autógrafos y luego entramos. Todos nos dirigimos a la habitación en que dormíamos Bill y yo.
- Llamaré a (tu nombre), así que por favor no metan ruido – dije mientras marcaba a su numero.
- ¿Bueno?
- Hola linda – exclamé alegre.
- ¡Tom!, ¿cómo estas?
- Ahora mucho mejor, ya que estoy hablando con la persona que más quiero – realmente amo hablar con ella.
- Que lindo eres, no sabes cuanto te extraño.
- También yo linda – hice una pausa y luego recordé – A todo esto, gracias.
- ¿Por qué?
- Porque si no hubiera sido por eso de “dile a Tom que sea más amable contigo”, hubiera tratado mal a Bill – reí.
- Oh, es verdad, eres muy malo con Bill, él no tiene la culpa de que tú despiertes con un mal genio.
- Lo sé, pero es que no sé, me gustaría despertar igual que aquella vez en que tú me despertaste – una sonrisa se dibujo en mis labios al recordar aquel día.
- Cuando vuelvas prometo que lo haré un día.
- ¿Uno?, ¿por qué mejor no lo haces siempre? – dije en un tono coqueto.
- No puedo, recuerda que voy a la escuela.
- Claro, claro, olvidaba que eres una pequeña.
- ¡Hey!, tu eres el viejo, yo estoy bien.
- No soy viejo, aún soy joven y hermoso – amaba cuando se enojaba.
- Bien señor egocentrismo.
- Es por eso que tengo a la novia más linda y encantadora del mundo – sonreí.
- Sólo linda, Tom eres un tonto, dile que es hermosa no linda, eres poco romántico – Dijo Georg, quien estaba sentado junto a mi.
- ¡Cállate! Aún no terminaba y vete no seas metiche – refunfuñe mientras le pegaba con el cojín del sofá.
- Mándale saludos a Georg – dijo ella riéndose.
- Lo haré pero después…. – David había llegado – Hermosa tengo que irme a dormir, mañana tengo una sesión de firmas en la mañana y luego dar una pequeña tocata de nuestros álbumes anteriores.
- Bueno, duerme bien y que te vaya bien.
- Gracias, te quiero hermosa.
- También yo – dijo dulcemente y cortó.
- ¿Por qué no le dijiste que mañana en la tarde volvíamos a Los Ángeles? – pregunto Georg.
- Porque quiero darle una sorpresa – sonreí.
- Chicos vengan – llamo David.
Todos nos dirigimos hasta donde él y hablamos de lo que haríamos mañana. Luego nos ordeno que preparáramos nuestras maletas y dejáramos sólo lo que necesitáramos para mañana. Después de eso, me acosté a dormir.
¡Maldita alarma! ¡Quiero dormir! Con mi mano busque mi maldito celular para apagar la alarma. Cuando lo encontré la desactive y mire la pantalla. Eran las seis de la mañana. Con una gran lentitud me levante de la cama y me dirigí al baño. Me apoye en el lavamanos y ahí me quede por unos minutos. Luego, cuando desperté completamente, busque mi toalla para darme una ducha. Pero… ¡maldición!, no tenía shampoo. Salí del baño y me dirigí a la habitación de Bill.
- Bill – lo llame, pero no contestaba.
¿Dónde estará? Camine hasta la cocina, quizás estaría desayunando.
- Bill – lo llame, pero vaya sorpresa me lleve. No estaba Bill, sino que una de las que servían el desayuno.
Ella al verme se paralizo y se le callo un plato que traía en sus manos.
- Lo siento, no sabía que estaba aquí – se excuso ella bajando su cabeza.
- No te preocupes, solo buscaba a mi hermano, ¿lo has visto? – pregunte.
- Si… él… él….
- ¡Tom! – Exclamó mi hermano entrando a la cocina - ¡Qué haces!
- Nada Bill, solo te estaba buscando.
- Pero pudiste haberte puesto un pantalón o no sé – dijo molesto.
- ¿Qué? – pregunte confundido. Luego miré mi cuerpo y… ¡Diablos! Olvidaba que solo andaba con bóxer – Lo siento, no quise incomodarte.
- No se preocupe – dijo ella aún cabizbaja.
Salí de ahí y me dirigí a la habitación de Bill. Entre su baño y le saque el shampoo. Camine hasta mi cuarto y entre al baño.
Una vez que termine de ducharme, me vestí y fui a tomar desayuno.
- Tom come rápido, en media hora más tenemos que irnos a la sesión de firmas – dijo Bill.
- Bien – tomé el último sorbo de café y me fui a cepillar los dientes.
Bill y yo tomamos el elevador y nos reunimos con los chicos y David. Luego partimos rumbo a la sesión de firmas.
Duro aproximadamente toda la mañana. Luego de eso, fuimos a comer e inmediatamente nos dirigimos al estudio para hacer nuestra pequeña tocata. Termino aproximadamente a las seis de la tarde.
- Mi pierna, me duele – dijo Gustav mientras saltaba en un pies.
- ¿Quieres que te haga masaje? – pregunto Georg.
- Por favor – Gustav se recostó en un sillón y Georg comenzó a hacerle ejercicios a su pierna.
- Extrañaba tocar nuestros temas antiguos – menciono mi hermano mientras bebía agua.
- Yo extrañaba hacer mis movimientos en Leb die sekunde – reí.
- Tú y tus cosas raras – dijo Bill sentándose.
Después de descansar, nos subimos a la van directo al hotel. Ordenamos nuestras últimas cosas y partimos rumbo al aeropuerto.
Todos los chicos estábamos muy cansados, es por eso que dormimos todo el viaje…
“Joven… Joven… Ya hemos llegado”, sentía que alguien me hablaba, pero no quería despertar.
- Tom, despierta – dijo mi hermano que también estaba medio dormido.
- ¿Tan rápido hemos llegado? – pregunté mientras refregaba mis ojos.
- Hemos dormido todo el viaje que es distinto – menciono Georg.
Bajamos del avión y fuimos a buscar nuestro equipaje.
- Anoche le envié un mensaje a Evans diciéndole que nos recogiera – menciono Bill.
- Entonces, tendremos que esperar a que llegue – dijo Gustav sentándose.
¿Esperar?, no más. He esperado casi un mes para ver a mi pequeña y ahora, ¿hay que esperar más?...
Cuando Evans llego inmediatamente subí al auto.
Al ver la entrada del condominio sentí una emoción tan grande. ¡Por fin! ¡Por fin estoy de vuelta! Cuando el auto pasó por fuera de la casa de (tu nombre) sentí una alegría tan grande. Mi pequeña, por fin la veré.
Todos bajamos del auto e inmediatamente entramos a la casa. Subí a mi habitación y ordene la ropa. Tome una ducha y me puse ropa más abrigada.
Baje al living y me senté. Mientras miraba hacia afuera, divise a la prima de (tu nombre). Inmediatamente me levante y abrí la puerta. Desde ahí la llame, ella al verme se asombro y luego se acercó.
- Hola – saludo ella dándome un beso en la mejilla.
- Hola, pasa – dije.
Ella entro y cerré la puerta.
Estuvimos charlando por un largo tiempo. Ella me conto que mi pequeña estaba enferma y por tener tanta fiebre aún no despertaba. También me conto (tu nombre) tuvo un pequeño inconveniente con un tal Tomás. Debo admitir que me molesto un poco, no por mi pequeña, sino por él. ¡¿Cómo se atreve a besar unos labios que me pertenecen sólo a mí?! Pobre de mi hermosa, se siente culpable de algo que no cometió.
Quise ir a verla. Necesitaba ver cómo seguía.
Cuando llegue a su casa, junto con su prima y en compañía de Bill, salude a su madre y también a mi pequeño cuñado. Era la primera vez que lo veía. Bill al verlo quedo encantado y quiso cargarlo. También lo cargue, pero solo un rato, ya que quería ver a mi pequeña.
Su prima me llevo hasta su cuarto y me dejo en la entrada. Cuando ella se fue, abrí con mucho cuidado la puerta y entre.
Ahí estaba mi angelito. Durmiendo profundamente. Se veía tan linda. Me senté en una silla que estaba junto a su cama. Tome su mano y la bese. Mientras contemplaba su rostro, ella comenzó a moverse bruscamente. Comenzó a hablar, luego a gritar mí nombre. Al verla en ese estado una tristeza tremenda sentí en mí ser. Con ambas manos tomé su rostro y comencé a hablarle suavemente.
“Mi amor tranquila, todo está bien” le susurre mientras ella tomaba mis manos.
Poco a poco se fue tranquilizando. Lentamente fue abriendo sus ojitos. Ella al verme comenzó a llorar. En ese momento sentí que en mi corazón daban mil puñados. Verla llorar era lo peor.
¿Cómo?, no sé, pero de un momento a otro ella se abalanzó a mí y me abrazo. Sentirla, por fin podía sentirla. Tocarla, oler el rico aroma de su pelo.
“No llores más hermosa, estoy aquí, junto a ti”, le susurre en su oído. Ella lentamente se separo de mí. Llevo sus manos a mi rostro. Estas tiritaban mucho.
- ¿Estas… aquí?, pero si tu… estaban en Alemania – Decía ella esforzando su voz, no podía hablar bien.
Le pedí que no dijera más y que descansara. Me acerque a ella y deposite un beso en un frente, la cual estaba muy caliente. Mientras acariciaba su mano, ella se quedo profundamente dormida.
- ¿Se ha vuelto a dormir? – pregunto su prima desde la puerta.
- Sí… - gire mi cabeza y la mire - ¿Puedo pedirte un favor?
- Claro, lo que sea.
- Si (tu nombre) despierta y pregunta por mí, por favor dile que yo aún estoy en Alemania. Quiero que se recupere bien, cuando ella esté mucho mejor, me llamas por favor para darle una sorpresa, claro que necesitaré de tu ayuda – reí.
- Bueno, apenas se sienta bien te lo comunico.
- Gracias – le sonreí y nuevamente fije mi mirada en mi pequeña.
Contemple su rostro por un tiempo, luego me levante y bese su mejilla. Salí de su habitación y baje junto con los demás.
Compartí un tiempo con su familia. Al parecer su madre sospechaba que (tu nombre) y yo somos algo, ya que cada vez que hablábamos me trataba amablemente y me preguntaba mucho de mi pequeña. También le pedí a ella que no le dijera nada a (tu nombre).
Cargue un largo tiempo a Martin, pero Bill me lo quitaba de los brazos. Después de compartir nos fuimos a nuestra casa, su prima también venia con nosotros.
- Bueno, ahora planearemos la sorpresa, alguien tiene alguna idea – menciono Bill.
- ¿Qué tal si realizamos la sorpresa en el parque que está cerca del condominio? – propuso su prima.
- Buena idea – dijo Gustav – Tú tienes que llevarla ahí y luego la distraes, mientras que Tom y yo nos escondemos.
- Excelente idea, eres un genio- dijo ella.
- Entre enamorados se entienden, ¿no? – menciono Georg. Todos reímos.
- Mientras Tom y Gustav van, Georg y yo podemos ir a su casa, así tengo más tiempo para cargar a su hermanito – dijo mi hermano sonriendo.
- Bien, entonces ese es el plan – dije cerrando el tema.
Gustav fue a dejar a la prima de (tu nombre). Yo, por mi parte, estaba preparándome para dormir.
- Tom, ¿estas despierto? – pregunto mi hermano desde la puerta.
- Si, pasa – dije prendiendo la lámpara que estaba en mi velador.
- ¿Puedo pedirte algo? – pregunto sentándose a los pies de mi cama.
- Claro, en qué puedo ayudar a mi pequeño hermano – él sonrió.
- ¿Me puedes acompañar mañana al centro comercial?... Por favor – me miró con cara de suplica.
- Bueno, tú me despiertas porque no pienso colocar esa molesta alarma.
- Trato echo, gracias – Se levanto de la cama – Que duermas bien.
- Si, si, tu también, adiós – dije mientras me tapaba.
Así poco me fui quedando dormido.
- Tom…. Tom… levántate – decía moviéndome.
- ¿Bill? – pregunte medio dormido.
- Si Tom, levántate.
Me senté en mi cama y refregué mis ojos. Me levente y busque una toalla. Mientras me duchaba, escuchaba música. Una vez que termine de vestirme, baje a tomar desayuno. Ahí estaban los chicos. Como siempre, bromeábamos mientras comíamos.
Esta vez le toco a Gustav lavar todo. Me dirigí a mi baño a lavarme los dientes.
Mientras esperaba a Bill, decidí encender mi auto. No mucho tiempo después salió y partimos rumbo al centro comercial.
Cuando llegamos Bill comenzó a comprar ropa de otoño. Aproveche la circunstancia y también me compre ropa. Mientras esperaba a Bill, quien se probaba unos pantalones, me senté en un pequeño sillón. Una chica se había sentado a mi lado, no le preste mucha atención.
- Hola – saludo ella.
Voltee mi rostro para verla.
- Hola – respondí.
- ¿Tú eres Tom Kaulitz? – preguntó.
- El mismo – sonreí pícaro.
- Te había visto por fotografías, pero veo que en persona eres mucho más lindo – dijo mientras se acercaba más a mí.
- Oh… gracias – me sentí un poco incómodo, es por esa razón que me aleje un poco.
- Vamos Tom, ya he terminado – dijo mi hermano con bolsas en sus manos.
- Bien… - me dirigí a ella - Ya tengo que irme, adiós.
-Fue un gusto a verte en persona, espero verte pronto, adiós.
Le sonreí de medio lado y salí de ahí con Bill.
Mientras íbamos en el auto, mi celular comenzó a sonar. Bill comenzó a buscarlo, ya que yo iba conduciendo.
- Ponlo en alta voz – le dije.
Él contesto y lo puso inmediatamente en alta voz.
- ¿Bueno? – dije.
- ¿Tom?, soy yo la prima de (tu nombre).
- Oh, ¿cómo estás?
- Bien gracias, te llamaba para darte buenas noticias.
- ¿Qué noticias? – pregunté curioso.
- (Tu nombre) se siente mucho mejor, hoy se levanto y bueno hicimos muchas cosas, también le comente si mañana quería salir al parque, aunque no le dije cuál, pero el punto es que ella acepto.
- ¿Enserio?, ¡genial!, entonces el plan comienza mañana – dije emocionado.
- Así es, mañana te llamaré nuevamente para que estés listo, adiós.
- Bien, nos vemos, adiós – ella corto.
Nada ni nadie podía quitarme la sonrisa. Estaba feliz.
Cuando Bill y yo llegamos a casa, charlamos con los chicos y nos divertimos un rato. Luego todos nos fuimos a dormir.
¡Hoy! Hoy es el gran día.
Di vueltas y vueltas por toda la casa. Toque un par de veces mi guitarra para calmar los nervios y acortar el tiempo. Jugué con Scotty, pero luego tuve que cambiarme de ropa, ya que el patio estaba mojado y los pies de Scotty dejaron mi pantalón y polera sucios.
Mientras me cambiaba de ropa, mi celular comienza a sonar. Comencé a buscarlo entre la ropa que me había sacado, mire la pantalla y… ¡era la prima de (tu nombre)!
- ¿Bueno?
- Tom, en estos momentos nos estamos alistando para salir, así que te llamare nuevamente cuando lleguemos.
- Bien, le diré a los chicos, nos vemos – dije y corte.
Busque mi abrigo, ya que hacia mucho frio y baje en busca de los chicos.
- ¡Gustav! – grite mientras buscaba las llaves de la casa.
- ¿Qué pasa? – pregunto llegando a mi lado.
- Ya es hora.
- Oh, bien, iré por mi chaqueta, no tardo – dijo subiendo las escaleras.
- ¡Bill! – lo llame y a la vez lo buscaba.
- ¿Ya es hora? – pregunto él con la boca llena de gomitas.
- Si, así que deja de comer y vámonos.
- Ni pensarlo, llevare mis gomitas con migo – tomo su abrigo y se coloco un gorro - ¡Georg, vamos!
Una vez listos, salimos. Nos separamos como lo habíamos planeado. Bill y Georg a la casa de (tu nombre) y Gustav y yo a la plaza.
En el camino Gustav me hablaba sobre la prima de mi pequeña. Al parecer le gustaba, bueno eso es lo que me daba a entender. Le di algunos consejos, pero no los quiso seguir, dijo que no les daba mucha confianza. Cuando llegamos a la plaza, nos escondimos detrás de unos árboles. No mucho después me llamo nuevamente.
- Tom, estoy con ella, ahora solo tenemos que juntarnos cerca de la fuente, ¿ok?
- Ok, ahí nos vemos – corte.
Gustav y yo caminamos hasta donde ella nos había dicho. Nos escondimos detrás de unos arbustos.
- Todo listo – dijo ella asustándonos a Gustav y a mí.
- ¿Quieres matarnos de un infarto? – pregunté exaltado.
- No seas exagerado, ahora ve – dijo ella.
Voltee y camine en dirección a la fuente.
Ahí estaba, hermosa como siempre. Mi pequeña. Me acerque a ella y la tome por la cintura.
Su cuerpo se tenso. Al parecer se había asustado, su cuerpo había comenzado a temblar. Lentamente baje mi cabeza hasta su oído. “¿No quieres voltear?” pregunte.
Ella al instante volteo. Se abalanzó a mí y me abrazo. Rodé mis brazos en su cuerpo. Sentirla tan cerca de mí me hacía sentir feliz.
- Te extrañe tanto – dijo ella hundiendo su cabeza en mi pecho.
- También yo – respondí acariciando su cabecita.
Ella dejo de abrazarme y me miro. Sus ojos comenzaron a cristalizarse, inmediatamente bajo su mirada.
- ¿Qué pasa? – pregunté preocupado.
- Perdóname – dijo ella con voz quebrada.
- No tienes que pedirme perdón, no has hecho nada.
- Tú, no sabes nada… - Ella comenzó a llorar, cubrió su rostro con ambas manos.
No aguantaba verla en ese estado. Odiaba verla llorar y sobretodo si se sentía culpable por algo que no hizo.
Saque delicadamente las manos de su rostro y lo tome, haciendo que me mirara.
- Sé lo que paso, tu prima me lo dijo. ¿Por qué creíste que me enfadaría? Tú confías en mí, yo confío en ti. Sé que no besarías a otro. Aunque suene egocéntrico, sé que tienes ojos para mí, así como yo también solo tengo ojos para ti. No te sientas mal por algo que no hiciste – Sé sus lagrimas y le sonreí, dándole más tranquilidad.
Tome su mano y caminamos alrededor de la fuente. Mientras lo hacíamos, contemplaba cada parte de ella. Su cuerpo, su pelo, sus ojos, su boca. Ella estaba distraída, es por esa razón que aproveche de tomarla y subirla sobre el borde de la fuente.
- Ahora estas de mi misma altura – le sonreí.
- Esto me agrada – también me sonrió y acaricio mi cara.
Rodé con mis brazos su cintura, atrayéndola más a mi cuerpo. Nuestras narices se rozaban. Contemplar su rostro más cerca, me hacía olvidarme de todo el mundo. Ella rodeo mi cuello con uno de sus brazos y con su mano, acariciaba mi mejilla. Nuestros labios poco a poco se acercaban. Esto, me parecía eterno. Es por eso que la besé.
Casi un mes sin sentir esto. Este cosquilleo que siento cada vez que la beso. Sus labios, una droga para mí. Tan suaves, delicados, únicos. “No sabes como extrañaba besarte”, pronuncie entre besos. Poco a poco me separé de ella. La mire y acaricie su rostro.
- Te quiero tanto hermosa – dije dándole un corto beso.
- También yo – me sonrió y abrazo.
Luego llegaron Gustav y su prima. Ya hacía un poco de frio, es por eso que volveríamos a casa. Mientras ellos caminaban, le impedí el paso a mi pequeña.
- ¿Qué pasa?- pregunto ella.
- Sube a mi espalda, quiero cargarte hasta llegar a casa – le dije dándole la espalda, para que subiera.
Ella subió y tome sus piernas, para que no se callera.
- No creo que seas capaz de cargarme hasta llegar a casa – me susurro al oído.
- Eso lo veremos – dije con voz retadora.
Camine más rápido para alcanzar a los chicos.
Cuando llegamos a casa, (tu nombre) saludo a los chicos. Me dirigí a uno de los sofás y cuidadosamente me senté para que ella bajara, luego me senté a su lado.
- Ves que si pude – le sonreí victorioso.
- Claro que puedes, eres Tom Kaulitz – me sonrió y beso mi mejilla.
Conversamos largamente con los chicos, hacia mucho tiempo que no nos veíamos todos. La madre de (tu nombre) nos había invitado a cenar. Aceptamos y fuimos a comer. Todos hablaban, a excepción de mi pequeña y yo. Ambos intercambiábamos miradas, al parecer queríamos algo.
Su prima le dijo algo al oído, ella sonrió y luego se paro de la mesa dando las gracias. Ella me miro, inmediatamente entendí que quería que la siguiera. Me pare de la mesa y di las gracias, nadie me tomo mucho en cuenta, todos estaban en su mundo.
Camine por los pasillos y subí las escaleras rápidamente, aún así la perdí de vista. Para mi suerte sabía cual era su cuarto. Entre y comencé a buscarla, pero al no verla comencé a llamarla. Me asuste al sentir unos brazos rodear mi cintura, pero sabía que eran sus brazos.
- Eres una malvada – le dije mientras volteaba.
- Lo sé – respondió ella riendo.
Me acerque a ella y comencé a besarla. ¡Por Dios!, como amo sus labios. Cada movimiento era más profundo, perfecto. Su boca me pertenecía completamente. Su legua, siempre tan tímida, pero cada vez que la tocaba con la mía era la más salvaje. Ella jugueteaba con mi pircing y yo mordía delicadamente sus labios. Esta noche, sería nuestra.
Lentamente metí mis manos por debajo de su polera y comencé a levantársela, pero ella inmediatamente me detuvo.
- No Tom… por favor… no estoy lista, no aún – dijo ella bajando su cabeza.
Delicadamente tome su rostro.
- No te preocupes, te esperaré, hasta que estés lista – bese sus labios y la abrace.
No me decepcione. No me sentí rechazado, al contrario. Sabía que ella era diferente a las demás y eso me gustaba. Ella no es igual a las otras, que tan solo con un par de palabras caen a mis pies. Si ella no esta lista aún, la esperaré. Me es difícil, porque es algo que me gusta hacer, pero, no quiero que lo nuestro sea algo tan vacío como solo sexo, sino que sea lleno de amor y para eso, ella también tiene que estar dispuesta y no solo yo.
Nos acostamos sobre su cama. Ella se acostó sobre mi pecho, mientras yo acariciaba su cabeza.
- Tom… - dijo ella rompiendo el silencio.
- Dime linda.
- El otro día, cuando desperté, ¿tú estabas junto a mi?, o… ¿solo fue un sueño?
- Estuve junto a ti – respondí sereno.
Ella alzo su cabeza y me miro extrañada.
- Pero, ¿cómo?, me dijeron que era mentira, que estabas en Alemania aún.
- Le pedí a tu prima que no dijera nada, hasta que te recuperaras.
- Entonces… no fue un sueño… Fue real, tú estuviste junto a mí – dijo ella con una inmensa felicidad.
- Así es hermosa.
Se acerco a mí y me beso tiernamente. Antes de que se separara tome su cabeza y uní más nuestros labios. Amo besar sus labios.
- Te quiero – dijo ella y nuevamente se recostó en mi pecho.
- También yo – le respondí mientras acariciaba su cabeza.
Cada vez llovía más fuerte y comenzaba a hacer frio. El tiempo pasaba y mi pequeña no se movía. “Hermosa”, le susurre, pero nada. Me moví un poco para verla. Mi pequeña se había quedado dormida. En ese momento alguien golpeo la puerta de su habitación.
- ¿Puedo pasar? – pregunto.
- Claro, adelante.
- ¿Se ha quedado dormida? – pregunto su madre, prendiendo la luz.
- Así es. Trataré de salir sin despertarla – dije levantándome lentamente.
- No, no te preocupes, si quieres puedes quedarte.
- ¿Enserio? ... ¿No le molesta o algo así?
- Claro que no, además creo que sería bueno que cuando ella despierte te encuentre aquí – ella sonrío.
- ¿Usted… ya se dio cuenta?
- ¿De que son novios?... Claro que sí, no creas que no note las miradas en la cena.
Sonreí algo avergonzado.
- Bueno, creo que buscare algunas frazadas…
- No – dije al instante – No busque nada.
Me levante cuidadosamente y tome a (tu nombre) en brazos. Su madre entendió y abrió las frazadas de la cama. Le saque sus zapatos y la acosté.
- Le diré a los chicos que te quedaras por esta noche – dijo su madre mientras prendía la calefacción.
- Gracias – le sonreí y ella salió de la habitación.
Me saqué mi chaleco, pantalones y zapatillas. Apague la luz y me acosté junto a mi pequeña. Me acomodé a su lado. Al hacerlo ella se acerco más a mí y abrazó mi abdomen. Besé su cabeza y cerré mis ojos. Poco a poco me fui quedando dormido, al lado de mi pequeña.
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- Oh chicas, he tardado un año en subir capítulo jajajja >.<. Lamento mucho la tardanza, pero he tenido algunos problemas y por eso he tardo en subir. Prometo subir pronto esta vez, ya que quizás termine luego la novela, aún no lo sé, pero quizás haga una segunda temporada… bueno eso se los dejare a ustedes, si es así pondré una “encuesta” y ahí votaran ustedes.
- Otra cosa… ¡Feliz año nuevo! Algo atrasado pero igual vale, ¿no?.... Les deseo lo mejor para este año, espero que se cumplan sus metas y que les vaya bien en todo y claro, espero que si este año Tokio Hotel planea hacer una gira, esté incluido su país *-*.
Adiós chicas, son las mejores lectoras del mundo *-* ♥
*-* hermosooooooooo!, que atento es tom (:
ResponderEliminarme encanta la fic :3 sube pronto y feliz año nuevo atrasado :BB!
:) mas tierno,imposible!! Tom aww tan bello!!
ResponderEliminarme encanto... sube pronto!
y pues anticipadamente estoy a favor de una segunda temporada si planeas hacerla! XD
y tambien Feliz Año nuevo atrasado para ti! :D
hermosoooooo...!! me encanta tu fic ...
ResponderEliminarsigueelaaaaaa sube prontooo
me encanataria una 2 temporadaaaaaa
FELIZ AÑOOOO...!! VALE NOO..?? HAHAHAHAH bye