martes, 27 de diciembre de 2011

Capítulo 26: “¿Sueño o realidad?”

La lluvia había comenzado. Solo ella rompía el silencio que había en mi habitación. Yo, sentada frente a mi gran ventada, me perdía viendo algunas gotas que se deslizaban por esta. ¿Cuánto tiempo habré pasado encerrada ahí? No lo sabía, y no me importaba saberlo. Sentía una inmensa culpa en mi interior. Sentía que había engañado a Tom. A el amor de mi vida. ¿Qué pasaría si se llegase a enterar? Cada vez que me hago esa pregunta, pienso en lo peor. Tal vez se enoje, tal vez no. Quizás podría comenzar a dudar de mí. Yendo a un punto de vista más trágico, quizás pierda la confianza que me tiene. Él confía en mí, así como yo confío en él. Debería hablar con él y dejar todo claro, para que así no se entere por otros lados y resulte todo peor. Pero, ¿qué pasa si se enfada y no quiere escucharme?... ¡Demonios! ¡No puedo más! Cada vez esto me atormenta más y más.
¿Llorar?, ¿de qué me sirve llorar? Las lágrimas no solucionan nada. Quizás necesite descansar.
Entre mis pensamientos más profundos sentía que alguien llamaba a la puerta. “Adelante” pronuncie con un hilo de voz. “No puedo, está con seguro” se escucho decir. Como un verdadero cuerpo sin alma, me levante y quite el seguro. Nuevamente me senté frente a la ventana. Aquella persona aún estaba parada en la puerta. ¿Quién era?, no lo sé. Poco a poco se fue acercando a mí, hasta que finalmente se sentó a mi lado. Nuevamente el sonido de la lluvia se hacia presente en aquel silencio.
- ¿Pasa algo malo? – Se atrevió a preguntar después de varios minutos.
- ¿Algo malo?... Si sentirte culpable por algo que no debió haber pasado, por algo que jamás tenía en mente, si sentir que traicionaste a tu novio es algo malo, entonces sí, pasa algo malo, muy malo.
- ¿Quieres contarme? – Pregunto con un tono de voz muy cálido, pacifico.
- Tenías razón…
- ¿Por qué? – Siguió pacifica.
- Yo no tenía las intenciones, en ningún momento paso por mi mente, pero él si las tenía – Nuevamente un silencio se formo en la habitación – Tomás me beso – dije con la voz entrecortada.
Escuche como un suspiro salió de su boca. Como si hubiera meditado lo que le dije se atrevió a hablar después de rato.
- Realmente odio haber tenido la razón esta vez. Pero hay algo que me inquieta, ¿correspondiste a su beso?
- No, no lo hice – respondí al instante.
- Pero si entonces no lo hiciste, ¿por qué te sientes tan culpable?
- No lo sé, pero esto no me deja tranquila, siento que si le digo a Tom, se lo tomará mal y no querrá escucharme.
- ¿Tú confías en él?
- Claro que si.
- Él también en ti, estoy segura que te sabrá comprender. Si él realmente te quiere sabrá escucharte y comprender que no tenías la intención de hacer algo así o más bien no sabías que pasaría algo así.
- Tienes razón, pero no sé cómo decírselo, me da miedo.
- Tranquila, no tiene que ser precisamente hoy o mañana, sino cuando te sientas preparada.
- Gracias – después de mucho tiempo una leve sonrisa se formo en mis labios.
Me sentía tan perdida. Incomprendida. Hasta que llego ella. Sus alentadoras palabras me hicieron entender que no era mi culpa lo que paso.
- Ahora es mejor que descanses. Tienes la cara muy pálida. Acuéstate, le diré a tu madre que dormirás.
Ella se puso de pie y me ayudo a levantarme. Abrió las cobijas de la cama y me dejo mi pijama sobre la ella. Antes de que saliera de la habitación, le di las gracias, ella solo me sonrió y salió. Con una gran lentitud me saqué mi uniforme y me coloqué mi pijama.
Mi cabeza no soporta tanta presión. Trataba de dormir, pero cada vez pensaba y pensaba en cosas que no tenían lógica. Me resulto muy difícil conciliar el sueño, pero al parecer lo había logrado. Aún así me sentía cansada, estresada. Mi cabeza pulsaba de una manera impresionante. No podía contenerlo más. Trate de ponerme de pie, se me hacia difícil, no podía ver nada, mi vista estaba nublada. El ruido de la lluvia resonaba en mis oídos y mente tan fuerte que me dolían y caí al suelo. Me arrastre por este, solo con el tacto pude encontrar la puerta. Como pude traté de llegar a la manilla. La tome y abrí torpemente la puerta. Nuevamente había caído al suelo. Gritaba el nombre de mi madre, pero me parecía tan inútil. Cada grito, cada golpe que daba contra la puerta para que me escucharan eran en vano. Me sentía sola. Sentía que todos me habían olvidado, que nadie me quería. No soporté la prensión en mi cabeza y caí desmayada.
¿Qué había pasado? ¿Dónde estoy? Increíble, ayer me sentía muy mal, pero ahora no. Siento como si jamás hubiera sentido todo lo de ayer. ¡Fantástico!
¿Quiénes son ellos?, no logro verlos, se encuentran de espaldas. ¡Oh claro! Son Steban y mi prima. Iré donde están ellos, les contaré que ahora estoy mucho mejor.
¡Hola chicos!, ahora estoy mucho mejor, ¡no me duele nada! Un momento… ¿Por qué me miran así? ¿Tengo algo malo? ¿Qué pasa? No los logro comprender. ¿Por qué ahora sonríen? ¿Qué están mirando?... ¡Oh por Dios!, son los chicos. ¡Bill, Gustav, Georg y Tom! ¡No puedo creerlo, después de tanto tiempo nos hemos vuelto a encontrar!
Extrañaba tanto abrazarlos. Sentir todo ese cariño que me entregan y que yo les entrego a ustedes.
¿Cómo les fue en Alemania? Creo que bien, porque sus rostros se ven muy contentos. ¿Saben algo?, ayer estaba lloviendo muy fuerte y hacía muchísimo frio, pero ahora ha salido el sol y el aire es muy cálido. ¿Qué les parece si salimos a caminar?...
Tom, ¿no crees que son hermosos los árboles? Sus hojas están más verdes que nunca y las flores están hermosas. ¡Mira!, es una rosa. Ten, la corte para ti. ¡Ouch!, creo que me he pinchado con una espina, pero no me duele.
¿Qué ves? Siento que cuando te hablo no me miras. ¿Quién es él? ¡Tom por qué me miras así! ¿Quién eres tú? ¿Por qué me tocas así? ¡Suelta mi cara!
- ¿No quieres que te bese?, pero ¿por qué te niegas? Si ya lo hemos hecho antes.
¿Qué? ¡Jamás, suéltame! No sé quien eres, ¡suéltame! ¡Tom!, ayúdame por favor Tom.
- ¿Ayudarte? ¿Por qué razón lo haría?
Tom, soy tu novia. Soy tu pequeña. Tú eres mi novio, él es un completo extraño, ayúdame por favor.
- ¿Yo tu novio? Yo no soy tu novio, tú me engañaste, besaste a otra persona. ¡Me mentiste!, ¡me ocultaste toda la verdad!
No fue mi intención Tom, jamás quise besar a otro, yo te quiero a ti y solo a ti, eso la sabes mejor que nadie.
- No digas más mentiras, esto se acabo (tu nombre), se acabo para siempre, olvídate que fuiste mi novia alguna vez. Me das asco, eres una cualquiera.
¡No digas eso por favor! No me trates así Tom, entiéndeme, jamás lo quise hacer.
- Adiós y toma tu rosa, no la quiero, marchítate junto a ella, muere junto a ella. Quédate con tu nuevo novio y espero que no lo traiciones como lo hiciste con migo. Adiós…
¡No Tom! ¡Por favor! ¡No te vayas, vuelve! Te necesito a mi lado. Eres mi razón de vivir, si ti no puedo hacer nada Tom, por favor vuelve.
- ¡Cállate! Tú eres mía, ahora vámonos.
¿Quién eres maldito? ¡Suéltame!
- ¿Ya se te olvido quién soy? Pero que mala memoria tienes. Soy yo, Tomás….
¡No! ¡Tom! ¡Vuelve, por favor! ¡No me dejes! ¡Te quiero! Eres mi vida…. Tom… Tom….
Todo se tornaba negro. A lo lejos veía una pequeña luz. Corría hacia ella, pero mis intentos eran inútiles. Algo cálido y suave sentía en mis mejillas. Lleve mis manos hacía ella y pude sentir otras manos. Al fin, había encontrado la luz.
- Mi amor tranquila, todo está bien.
Aquella voz. ¿Aún estaba soñando?... Ese aroma. Mis ojos aún veían nublado. Sus manos aún se encontraban en mis mejillas, y mis manos también se encontraban aún sobre ellas. Poco a poco fui cobrando bien la vista encontrándome con lo que jamás creí que vería. No podía creerlo. Mi corazón se acelero aún más de lo que estaba. Las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos. Mi vida, mi delirio, mi razón de ser. Ahí se encontraba, sentado a mi lado, mirándome fijamente. Tom.
No sé como, pero de un momento a otro me senté sobre la cama y lo abracé. Necesitaba saber si todo esto aún era un sueño, pero claramente no lo era. Su presencia me daba las fuerzas necesarias. Eso era más que una evidencia clara de que no era un sueño, sino que era real. Él estaba junto a mí.
- No llores hermosa, estoy aquí, junto a ti. – Susurraba en mi oído.
Su voz era música para mis oídos. Sus brazos rodeándome, eran como una barrera que me protegían de todo peligro.
Poco a poco me separé de él. Quería ver su rostro. Quería comprobar si realmente era él. Con mis manos temblando, las lleve a su rostro. Tan suave, cálido. Sus hermosos ojos me miraban confundidos y a la vez preocupados.
- ¿Estas… aquí?, pero si tu… estabas en Alemania… - No podía hablar bien. Me era difícil pronunciar palabras.
- Shh… No hables, descansa – Lentamente se acercó a mis rostro, depositando un beso en mi frente.
No tenía fuerzas. Mis ojos poco a poco se iban cerrando, hasta que logre quedarme dormida…
Sentí como algo frio ponían en mi frente. Lentamente fui abriendo mis ojos, la luz del día ya se hacía presente.
- Veo que por fin has despertado – Dijo con gran entusiasmo.
- ¿Mamá?... ¿Qué paso? – pregunte sentándome en la cama.
- Estuviste enferma, pero veo que ahora estas un poco mejor – sonrió.
- ¿Enferma? – repetí en tono de no comprender.
- Así es, ¿te acuerdas de ese día que llegaste a casa y te encerraste en tu habitación? Bueno, en la noche comenzaste a gritar y a llorar. Tu padre y yo nos levantamos y te vinimos a ver. Tú estabas tirada en el piso, habías caído desmayada. Tenías mucha fiebre y es por esa razón que no despertaste en dos días.
- ¿Dos días? – exclamé asombrada.
- Sí. Durante esos dos días repetías el mismo sueño. Gritabas y llorabas de una manera impresionante. Repetías muchas veces “perdóname Tom”.
- Oh… - baje la mirada y luego de un tiempo reaccione - ¡Tom! ¿Él está aquí?
- Tranquila hija, no te alteres, aún tienes fiebre y si te alteras demasiado volverás a que te suba la temperatura – decía mientras ponía otro paño helado en mi frente.
- Pero mamá, ¿él está aquí? – insistí.
- Bueno…
En ese momento los llantos de mi hermano interrumpieron. Mamá dijo “luego hablamos” y salió de mi habitación.
Cerré mis ojos y lleve mi mano hasta mi frente. Aún se encontraba caliente.
- ¿Estas despierta? – pregunto mi prima desde la puerta.
- Creo que sí, a no ser que sea una sonámbula – ambas reímos.
- ¿Cómo te sientes? – pregunto sentándose en la silla que estaba junto a mi cama.
- Un poco mejor, aunque aún me duele la cabeza.
- Me imagino, si tenías más de 38 grados. Por eso nunca despertabas.
- ¿Cuánto tiempo he estado aquí? – pregunte quitando el paño de mi frente.
- Veamos… Estuviste dormida dos días y ayer despertaste en la tarde y nuevamente te quedaste dormida, hasta hoy. En conclusión has dormido tres días seguidos.
- ¡Tanto! Vaya… Y ¿qué has hecho en estos días?
- Bueno el primer día acompañe a tu padre a dejar el certificado de tu inasistencia a la escuela. Mm…. Ayer vi una película sola, ya que Steban había salido con Rocío. Y bueno hoy fui al centro comercial a comprarme algunas cosas que me hacían falta.
- ¿No ha pasado nada?
- ¿A que te refieres? – Pregunto ella sin comprender.
- Ayer, cuando desperté, estaba Tom a mi lado. ¿Él está aquí?
- ¿Tom? ¿Aquí?, no (tu nombre). Tom está en Alemania, ¿no te acuerdas?
- ¿Qué?... Pero si el estaba aquí, el me abrazo y me hablo, me dijo que estaba a mi lado – decía alterada.
- Tranquila (tu nombre), Tom no está aquí. Quizás tuviste un sueño, has tenido mucha fiebre, cuando eso pasa crees que todo es real.
- Entonces…. Él nunca estuvo a mi lado… - dije algo triste.
- No te desanimes. Bueno ahora me voy, le prometí a tu madre que la ayudaría a arreglar unas plantas en el jardín, la lluvia ha estropeado algunas y como puedes ver pronto volverá a llover.
Se levanto de la silla y salió de mi habitación cerrando la puerta. Nuevamente me había quedado sola.
No puedo creerlo. Entonces… ¿todo fue un sueño? Pero si se veía tan real. Yo sentí a Tom. Sentí cuando me abrazo, cuando beso mi frente. Vi sus ojos, olí su aroma. Escuche cada palabra que me decía. Incluso toqué su rostro para ver si era verdad. Aún así, todo fue un sueño… Nuevamente caí dormida.
El día de hoy he amanecido mucho mejor. Incluso hasta tengo ánimos para levantarme. Entre a mi baño y tome una larga ducha. Me vestí y con mucho cuidado baje las escaleras, aún tenía las piernas débiles. En la cocina se encontraba mamá preparándole la leche a Martín. Le di un beso en la mejilla a ambos. Mamá me había preparado una taza de leche. Tome la taza y me dirigí al living. Ahí estaba mi prima viendo televisión.
- Te has levantado, que bueno, me hacia falta tu presencia – sonrió ella.
- Así es, estaba aburrida de estar en cama – Me senté junto a ella.
- ¿Quieres ver alguna película?
- Claro, elige la que tu quieras, por mi no hay problema – tome un sorbo de mi leche y un asco terrible vino a mi, por lo que no tome más.
La película estaba muy entretenida. Pasamos toda la mañana viéndola. Cuando finalizo, mamá nos tenía listo el almuerzo. Pasamos al comedor y comenzamos a comer.
- ¿Qué les parece si después de almorzar preparamos galletas? – propuso mamá.
- ¡Estupenda idea! – exclamo mi prima.
Así fue. Cuando terminamos de almorzar, mi prima y yo nos fuimos a cepillar los dientes. Lavamos nuestras manos y bajamos a la cocina. Mamá tenía todos los implementos listos. Las risas y bromas se hacían presentes mientras las preparábamos. Mientras mamá prendía el horno, mi prima y yo decorábamos las galletas. Con mucho cuidado pusimos las galletas dentro de ella.
- Bueno mientras las galletas se ornean vayan a lavarse las manos y la cara, quedaron llenas de harina – sonrió y comenzó a lavar lo que habíamos ocupado.
Ambas fuimos al baño de mi habitación. Mientras nos lavábamos las manos, mi prima paso sus manos por mi cara, dejándome llena de jabón.
- ¡Oye! – Exclamé - ¡Esto no se quedará así!
Así fue como comenzó una “guerra de jabón”. Ambas dejamos todo mojado, incluyéndonos. Limpiamos el piso y ordenamos todo, luego nos cambiamos de ropa y bajamos a la cocina.
Mamá estaba dándole la leche a mi hermano, así que ambas fuimos a sentarnos a los sofás.
- ¿Qué te parece si mañana salimos a caminar al parque del condominio? – propuso mi prima.
- Me encantaría – le sonreí, me gustaba la idea de salir.
No mucho tiempo después llego papá del trabajo. Se veía agotado, pero aún así siempre mantenía una sonrisa en sus labios. Luego llego Steban, quien nuevamente había salido con Rocío. Si mis sospechas son ciertas, algo tiene ese par, pronto lo averiguaré.
Todos fuimos a cenar. Al parecer les habían gustado las galletas, ya que en cosa de minutos ya se habían acabado.
Decidí irme a dormir. Aún me dolía la cabeza y necesitaba descansar.
Al otro día desperté temprano. Tomé una ducha, me vestí y baje a la cocina. Tomé una manzana, la lave y comencé a comerla. Subí hasta mi pieza, quería ordenarla un poco. De pronto siento los pequeños sollozos de mi hermano. Mi dirigí hasta su cuarto, ahí se encontraba, despierto, mirando hacia el techo. Me acerqué a su cuna y lo tome en mis brazos.
- Buenos días hermoso, ¿cómo has amanecido? – le decía mientras él apretaba uno de mis dedos.
Baje nuevamente a la cocina y como pude le prepare su leche. Me dirigí al living y me senté en el sofá, lo acomode bien y le di su leche.
- Gracias – dijo mamá desde el marco del living.
- De nada mamá, creo que después de todo no es tan difícil.
- Eso lo dices porque solo lo has hecho una vez, pero hazlo todos los días cada dos horas.
- Retiro lo dicho – ambas reímos.
La mañana pasó muy rápido. Después de terminar de almorzar, me dirigí a mi cuarto e hice mi cama. Ordene algunas cosas y la ropa que estaba en mi armario.
- Te parece si salimos ahora – pregunto mi prima desde la entrada de mi puerta.
- Claro, solo me cambio y salimos.
- Bueno, cuando estés lista me avisas, estaré en mi cuarto.
El día aún estaba nublado, en cualquier momento llovería nuevamente. Me puse unos pantalones negros, acompañados de unos bototos negros, mis favoritos. Un suéter y un abrigo gris. Me dirigí al baño, lave mis dientes y arregle mi cabello. Tomé un bolso y puse las llaves, mi celular y algo de dinero. Salí de mi habitación directo hacia la de mi prima.
- ¿Estas lista? – le pregunte desde afuera.
- Si – respondió ella abriendo la puerta.
Bajamos al primer y piso y salimos.
- Extraña sentir el aire chocar contra mi rostro – dije cerrando mis ojos y respirando profundamente.
- Disfrútalo entonces.
- Eso hago – ambas reímos.
- Bueno, ahora vamos, que el lugar queda más lejos.
- Pero no dijiste que iríamos al parque que está aquí – la mire confundida.
- Cambio de planes, ahora vamos a otro que es mucho mejor, créeme te gustara – sonrió y comenzó a caminar.
En el camino hablábamos cosas del pasado. Como cuando éramos pequeñas y jugábamos juntas. Nuestras peleas, nuestros momentos de risas, las vergüenzas, todo. Nos reímos mucho al recordar todo.
- Este es el parque – dijo mirando hacia el frente.
- Bueno, crucemos.
Miramos hacia ambos lados y cruzamos.
El lugar era muy bonito. Los charcos de agua y las hojas en el suelo, le daban un toque especial. Se veía muy bonito.
- Quédate quieta – dijo mi prima con una cámara en sus manos – Posa para la fotografía.
No era buena para las fotografías, pero hice mi mejor intento.
- Que linda saliste, me gusto – sonrió y me la mostro.
- Bueno ahora te toca a ti, dámela – tome la cámara – Ahora posa para sacarte una fotografía.
Así pasamos un largo tiempo. Las fotografías se veían muy bien. Hicimos una pausa, ya que el celular de ella había comenzado a sonar.
- Mm… ¿me esperas un momento? – pregunto ella.
- Claro, pero déjame la cámara.
- Bueno – me paso la cámara y se alejo a contestar.
Mientras ella hablaba, comencé a tomarle fotografías a los árboles, plantas y partes del parque.
- He vuelto – dijo sonriendo.
- ¿Quién era? – pregunte tomándole una foto sin que ella lo notase.
- No, nadie importante. Ven vamos, quiero mostrarte un lugar que hay aquí, lo descubrí el otro día, mientras caminaba con Steban.
Ella caminaba, yo la seguía por detrás. Ahí se encontraba una gran fuente. Dentro de ella se encontraban algunos peces. Metí mi mano dentro del agua, estaba helada.
- Que lindo son los peces – le dije a mi prima.
No contesto. Voltee para verla, pero ya no estaba. Comencé a buscarla con la vista, pero nada. No se veía por ningún lugar. Pensé que quizás habría ido a comprar al negoció que estaba cerca del lugar. Enfoque nuevamente mi mirada en los peces. De pronto siento que unos brazos rodean mi cintura. Sentí miedo. Creí que podría ser algún hombre depravado o un ladrón. Descarto mi segunda opción, si hubiera sido un ladrón no me habría abrazado. Mi única opción sería la primera. Mi cuerpo comenzó a temblar. Sentía como poco a poco agachaba su rostro hasta mi oído.
- ¿No quieres voltear? – Preguntó.
Mi cuerpo se paralizo. Mi miedo se esfumo al escuchar aquella voz. Inmediatamente voltee, encontrándome con aquella persona. Esos ojos, esas mejillas, esa boca. Su olor, mi droga. Definitivamente estaba ahí, frente a mí. El amor de mi vida, Tom.
Me abalancé a él y lo abrace. Sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo, me hacían sentir la mujer más segura. La más afortunada.
- Te extrañe tanto - Hundía más y más mi cabeza contra su pecho.
- También yo – dijo él, acariciando mi cabeza.
Deje de abrazarlo y lo mire. Mis ojos comenzaron a cristalizarse. Baje mi mirada, sentía que escondía una mentira.
- ¿Qué pasa? – pregunto él.
- Perdóname - dije con la voz quebrada.
- No tienes que pedirme perdón, no has hecho nada.
- Tú, no sabes nada… - había comenzado a llorar. Cubrí mi rostro con mis manos.
Él delicadamente las saco y tomo mi rostro.
- Sé lo que paso, tu prima me lo dijo. ¿Por qué creíste que me enfadaría? Tú confías en mí, yo confío en ti. Sé que no besarías a otro. Aunque suene egocéntrico, sé que tienes ojos para mí, así como yo también solo tengo ojos para ti. No te sientas mal por algo que no hiciste – Seco mis lágrimas y me sonrió. Tomó de mi mano y comenzamos a caminar alrededor de la fuente. De un momento a otro tomo mi cintura y me subió al borde de la fuente.
- Ahora eres de mi misma estatura – me sonrió.
- Esto me agrada – le sonreí de igual manera y acaricie sus mejillas.
Rodeo mi cintura con sus brazos y me apego más a su cuerpo. Nuestras narices se rozaban. Nuestras miradas fijas. Sus ojos me miraban de una manera única. Rodé uno de mis brazos en su cuello y con una mano tome de su rostro. Nuestros labios poco a poco se acercaban. Tom de un momento a otro me besó. Nuevamente sentí ese cosquilleo en mí. Extrañaba tanto esa sensación única, que solo él me hace sentir. Sus labios acompañados con ese metal que se interponía en sus movimientos, pero aún así eran perfectos.
“No sabes como extrañaba besarte”, dijo él sin separar sus labios de los míos.
Nuestros labios se separaron. Él me miro y acaricio mi mejilla.
- Te quiero tanto hermosa – me dijo y dio un corto beso en mis labios.
- También yo – le sonreí y lo abrace.
- Que lindos son – dijo mi prima sonriendo. Se encontraba junto a Gustav.
- Hola Gus – lo salude.
- Hola (tu nombre) – me sonrió tiernamente.
- Vamos a casa está haciendo frio – propuso mi prima.
Los chicos comenzaron a caminar, menos Tom y yo, ya que me detuvo y no me dejo bajar.
- ¿Qué pasa? – le pregunte.
- Sube a mi espalda, quiero cargarte hasta llegar a casa – dijo él volteando dándome la espalda.
Me subí y cruce mis brazos por su cuello. Él sujeto mis piernas con sus brazos.
- No creo que seas capaz de cargarme hasta llegar a casa – le susurre al oído.
- Eso lo veremos – respondió con voz retadora.
Tom se unió a los chicos. En el camino reímos y bromeamos bastante. Cuando llegamos a mi casa mi prima saco sus llaves y abrió la puerta. Todos entramos y nos dirigimos al living. En el se encontraban Bill, Georg, Steban y mi madre.
- Hola chicos – salude aún sobre Tom.
- Hola – respondieron ellos.
Tom se sentó delicadamente en el sofá y me dejo ahí, luego se levanto y se sentó a mi lado.
- Ves que si pude – me miro y sonrió victorioso.
- Claro que puedes, eres Tom Kaulitz – le sonreí y besé su mejilla.
Pasamos toda la tarde conversando. Luego mamá nos invito a pasar a la cocina para cenar. Así lo hicimos. Mientras todos hablaban, Tom y yo nos mirábamos mucho y sonreíamos.
- Vete con él, después inventaré algo – susurro mi prima en mi oído.
- Gracias – le respondí de igual manera.
Me paré y di las gracias. Miré a Tom diciéndole “sígueme”. Él comprendió y se levanto dando las gracias. Caminé hasta el pasillo y subí las escaleras, Tom venia más atrás. Entre a mi habitación y me escondí detrás de la puerta. Luego entro Tom, quien al no encontrarme comenzó a llamarme. Sin que se diera cuenta lo sorprendí tomándolo por la cintura.
- Eres una malvada – dijo volteando.
- Lo sé – respondí entre risas.
Nuestros labios nuevamente estaban juntos. Esta vez no teníamos temor de cómo lo hacíamos. Mi cuarto era nuestro refugio. La noche se hacía presente y la oscuridad también. No había luna, sino que nubes, viento y la lluvia, que comenzaba a descender. Nuestros besos cada vez se hacían más apasionados. Nos extrañábamos y mucho. Tom comenzó a subir mi polera, pero inmediatamente lo detuve.
- No Tom… Por favor… No estoy lista, no aún – dije con algo de vergüenza y baje mi cabeza.
Él con delicadeza me tomo el rostro con ambas manos.
- No te preocupes, te esperaré, hasta que estés lista – beso mis labios y me abrazó.
Después de un tiempo nos recostamos sobre mi cama y comenzamos a hablar.
- Tom…
- Dime linda.
- El otro día, cuando desperté, ¿tú estabas junto a mi?, o… ¿solo fue un sueño?
- Estuve junto ti – respondió él.
Levante mi cabeza, la cual tenía apoyada en su pecho.
- Pero, ¿cómo?, me dijeron que era mentira, que estabas en Alemania aún.
- Le pedí a tu prima que no dijera nada, hasta que te recuperaras.
- Entonces… no fue un sueño… Fue real, tú estuviste junto a mí.
- Así es hermosa.
Me acerque a él y bese sus delicados labios. Pretendía separarme, pero tomo mi rostro con sus manos, ejerciendo más presión aún.
- Te quiero – le dije y nuevamente posé mi cabeza en su pecho.
“También yo”, respondió él acariciando mi cabeza. Poco a poco mis ojos se iban cerrando. En fin, el sueño me había vencido, quedándome profundamente dormida, en los brazos del amor de mi vida.




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¡Hallo Aliens! Aquí les dejo otro capítulo. La verdad es que me gusto *-*, no sé por qué, pero me gusto >.<. Espero que a ustedes igual les guste *-*.
Son las mejores y gracias por leer. Les doy la bienvenida a las nuevas lectoras y me alegro mucho que les haya gustado la fic, siempre trato de hacer lo mejor que puedo para que les guste :D.
Bueno queridas Aliens, que tengan un buen día, cuídense mucho y espero sus comentarios jajajaja x3. Son las mejooores del mundo ♥.

5 comentarios:

  1. este a sido el mejor capitulo que e leido
    me encanto *.*...me enamore del capi..
    tienes que seguirla esta muy buena tu fic..
    y espero que no vengan muchas tragedias ya que asi como esta hasta ahora tu fic me encanta
    siguela plissss =)

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  2. :O estuvo hermosisimooo el capitulo!!
    me encanto! awww que tierno es Tom... tan lindo... :)
    sube pronto porfa! XD

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  3. A mi no me gusto /:

    ME ENCANTOOOOOOOOOOOOO!! :DDDDD!
    Siempreee siguee asi, aodor esos capitulos donde sale Tom xdd
    Siguela pronto (:

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  4. likazoooooo....!!

    menos m,al que tom entendio la situacion..!!

    sube prontooo :)

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  5. *¬* Que romanticismo Johi :D!!
    *Jechu*
    Oie te tengo una sorpresa muahaha *-*¡¡

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