viernes, 25 de noviembre de 2011

Capítulo 23: “Nuevas personas”

Cinco de la madrugada. Han pasado dos horas desde que llegamos a la clínica. Mamá aún no da a luz. Papá no deja de dar vueltas por la sala. Se ve nervioso.
Mi prima y Steban se han quedado dormidos en sus asientos. Por mi parte, estaba sentada mirando a papá.
Una enfermera había salido de la sala de parto. Buscaba con la mirada a alguna persona. Al vernos se acerco a mi padre.
- ¿Familia (tu apellido)? – pregunto ella.
- Sí – afirmo papá - ¿Pasa algo?
- Al parecer su esposa ya está lista para dar a luz, ¿entrara?
- Claro, claro – papá sonrió.
- Entonces, sígame por favor –Ambos se alejaron.
Esta vez me sentía nerviosa. No sabía con quién hablar, estaba prácticamente sola. Busqué en el bolsillo de mi abrigo algunas monedas. Me pare de mi asiento y comencé a buscar el casino de la clínica. Tarde en encontrarlo, ya que nunca antes había estado en aquel lugar.
- ¿Qué se le ofrece señorita? – preguntó amablemente un joven.
- Quisiera un starbucks coffee por favor – Pedí mientras sacaba el dinero.
- Sale en un momento.
Mientras lo preparaba, miraba a las personas que se encontraban en ese lugar. Sus rostros se veían preocupados, agotados. Realmente era algo deprimente verlos.
- Aquí está – dijo estirando sus manos hacia mi.
Pagué, le agradecí y salí de ahí. Camine hasta la puerta de vidrio, la cual daba al jardín de la clínica. Afuera hacía mucho frío, aún era de madrugada, todo estaba oscuro. La hermosa luna y algunos faroles eran los que iluminaban aquel lugar. Me senté en una banca, ubicada junto a uno de los faroles.
Así estuve, mientras tomaba mi café.
- ¿Qué hace una señorita tan linda aquí sola?
Giré mi cabeza hacia la derecha. Ahí se encontraba el mismo joven que me atendió hace algunos minutos atrás.
- ¿Te conozco? – pregunté mirándolo extrañada.
- Me llamo Tomás - se presentó - ¿y tú?
¿Qué diablos? ¿Otro Tom?
- (Tu nombre) – respondí después de un rato.
- ¿Por qué esa cara?, ¿Tiene algo malo mi nombre?
- No, no es eso. Es… olvídalo, no es nada – sonreí
- Olvidado – sonrió también - ¿De dónde eres? – preguntó sentándose a un lado mío.
- No vivo muy lejos de aquí – hice una pausa y reí torpemente – la verdad es que aún no sé cómo se llama el lugar.
- Eso significa que no eres de aquí. Bueno yo tampoco – giré mi rostro hacia él, para poderle ver mejor – llegue a Los Ángeles hace tres meses atrás.
- ¿Si?, vaya y de dónde vienes, digo si es que puedo saberlo.
- Soy de Colombia – sonrió dejando ver sus blancos dientes.
-¿Entonces no hay problema que hablemos en nuestro idioma? – dije en español.
- Ninguno – respondió de igual manera
- ¿Por qué decidiste venir aquí? – pregunté, luego di un sorbo a mi café.
- Bueno, vine en busca de una nueva oportunidad. Mi sueño es ser actor y creí que sería bueno comenzar en esta ciudad, pero primero quise trabajar para tener algo de dinero.
- Entiendo, espero que tengas éxito, creo que podrías llegar a ser un buen actor.
- Gracias, eres muy dulce.
- Bueno, ya tengo que entrar, mi madre está a punto de dar a luz – me paré.
- ¿Quieres que te acompañe? – preguntó.
Por un momento dudé, pero parecía ser buena persona, así que acepte.
Caminé rápidamente, había pasado mucho tiempo afuera y quizás mamá ya había dado a luz. Cuando llegue a la sala en la que estábamos, mi prima y Steban se encontraban despiertos.
- ¿Ya nació? – pregunté con la respiración agitada.
- No lo sabemos, tu padre aún no ha salido – respondió mi prima.
En ese momento sale una enfermera y se acerca a nosotros.
- ¿Tu eres (tu nombre)? – me pregunto.
- Sí, soy yo, ¿pasa algo?
- Acompáñame por favor.
Ella caminaba y yo la seguía por detrás.
- Este es el cuarto en donde están tu madre y tu padre, cuando estés lista puedes entrar – dijo ella y luego se retiro.
Tome la minilla, antes de entrar respiré profundo. Lentamente abrí la puerta. La luz del interior me cegó, provocando que arqueara las cejas.
- Hija, entra – dijo papá.
Cuando pude acostumbrarme a la luz, entre y cerré la puerta. Miré a papá quien sonreía como nunca antes lo había visto. Me acerque a ellos.
Ahí estaba. Pequeño, frágil, hermoso. Mi hermano.
Sentí algo inexplicable. Después de esperar nueve meses, por fin lo tenía ante mí.
- Te presentamos a tu hermanito, Martín.
Su nombre resonaba en mi mente. Estaba completamente hipnotizada. Mi atención estaba en él y en nadie más. Tanto así que no sabía quien me lo había presentado.
-¿Puedo tomarlo? – Pregunté
- Claro que si – dijo mamá.
Con mucho cuidado lo tome. Ahora oficialmente lo tenía entre mis brazos. Es tan pequeñito, su piel limpia y suavecita. Una sonrisa de dibujo en mis labios.
- Hola pequeño, soy tu hermana mayor. ¿Sabes algo?, estoy muy feliz, porque esperé nueve meses para verte y hoy por fin puedo hacerlo.
La verdad es que no sé por qué razón le hablaba, era estúpido porque no entendía nada..
Un flash interrumpió mis pensamientos. Papá me había sacado una fotografía.
- Para el álbum de recuerdos – dijo él.
Después de estar un rato junto a ellos salí. Me dirigí hasta la sala en donde estábamos esperando.
- Ya pueden entrar – le dije a mis visitantes.
Ellos emocionados se pararon y se dirigieron al cuarto en donde estaba mamá.
- Lamento haberte hecho esperar – me disculpé con Tomás.
- No te preocupes, ahora tengo que volver a trabajar, mi turno de descanso acabo. Te veo luego – hizo una seña de adiós con su mano y se fue. Tomé asiento y esperé a que salieran mi prima y Steban.
Mientras lo hacía veía como llegaba una camilla con una joven en ella. A su lado se encontraba también un chico. Él quería entrar con ella, pero los doctores se lo impidieron. Él resignado se sentó en una de los asientos que se encontraban frente a mí. Apoyó sus brazos sobre sus piernas y llevo sus manos a la cara. Se veía bastante mal. Me puse de pie. Quise salir para dejarlo solo, pero por alguna sentía que él necesitaba compañía. Impulsada por mis sentimientos me acerqué a él.
- ¿Puedo ayudarte en algo? – pregunté acuclillándome frente a él.
- No lo creo, vete – respondió algo cortante y molesto.
- Bien, así lo aré – me levante y voltee.
- No, espera… - dijo – Lo siento, no quise responderte de esa manera.
- No te preocupes – nuevamente me acerqué a él, pero esta vez me senté a su lado – Entonces, ¿puedo ayudarte en algo?
- Necesito que alguien me escuche. No sé si te gustaría oír mi historia es algo que no debe importarle a la gente, la verdad es que a nadie le importo…
- Puedo ser la excepción, yo sí quiero escucharte, soy todo oídos – le sonreí, dándole a entender que sí podía confiar en mí.
- Fue hace dos años atrás… Vivía junto a mis padres y mis dos hermanos. Éramos en ese entonces una familia muy feliz. Hasta que paso lo peor… Mis hermanos se enfermaron, los doctores decían que era algo pasajero, pero no fue así. Poco a poco ellos se fueron debilitando, eran casi irreconocibles. A los pocos meses fallecieron… Mi… mi madre no lo pudo aceptar. Es por esa razón que entró en una terrible depresión, teniendo el mismo destino que mis hermanos. Mi padre y yo no lo pudimos soportar. Paso un año desde el incidente. Él y yo poco a poco fuimos cobrando fuerzas y salimos adelante. Por cosas de trabajo él viajo a Italia, dejándome al cuidado de mi tía. Ella es un verdadero monstruo, no merece ser llamada tía. Mis días cada día se hacían más tristes, solitarios. Hasta que conocí a Sally, ella venía de Inglaterra. Ella cambió radicalmente mi vida, ilumino mis días, me dio su amor, como nunca nadie lo había hecho. Mi tía cuando la conoció la odio al instante. Un día estábamos Sally y yo en mi cuarto y bueno… nos entregamos. Realmente fue algo hermoso, pero no tuvimos precaución. Jamás sospechamos de algo así, hasta que le comenzó crecer su vientre. Mi tía cuando la vio quedo paralizada. Me echo de su casa y a Sally también. ¿Sabes que se siente tener a la mujer que más amas embarazada y viviendo en la calle? Pasando frío, aguantando las fuertes lluvias, aguantando ver aquellas miradas de lastima. Cuando ella cumplió cinco meses de embarazo pude arrendar un pequeño cuarto en el cual pudimos vivir. Trabajé día y noche para su bien estar. Pero por causa de las condiciones en que antes vivíamos ella con frecuencia se resfriaba. El doctor nos advirtió que si no se cuidaba el bebé podría nacer con alguna enfermedad o simplemente morir antes o durante el parto. Ella… ella se cuidó mucho, pero aún así el bebé se adelanto. En estos momentos está por tener a la bebé, pero solo tiene siete meses, aún es muy pequeña. Como desearía estar con Sally, darle mi apoyo en todo momento, pero no puedo entrar… - él chico finalizo rompiendo en gran llanto. Durante todo el momento en que hablo, sus labios temblaban, trataba de evitar llorar, aún así sus lágrimas se deslizaban por sus mejillas. Pero al finalizar, estallo en llanto. No pude evitar llorar mientras me contaba todo. Él había pasado por cosas terribles, pero a pesar de eso siguió luchando por el amor que les tiene a su amada y a su bebé. No me importo conocerlo hace algunos minutos, en estos momentos necesitaba a alguien, necesitaba apoyo, cariño, y yo era la única persona que en estos momentos podía hacerlo. Lo envolví con mis brazos. Él inmediatamente correspondió a mi abrazo.
- Tranquilo, por lo que me contaste tu vida no ha sido la mejor, pero ¿sabes algo? – Él se separo de mi y me miro a los ojos, esperando la respuesta – No todo está perdido. Dicen que después de todo lo malo, vendrá lo bueno. Sé que tu bebé saldrá bien después del parto. No sé como pero lo presiento.
- ¿Sabes algo?... Si mí hija sale viva después de esto, prometo que lucharé por su bien estar, por su salud, su educación. Aún no soy todo un adulto, solo tengo diecinueve años, pero eso no me es una dificultad, por ella y por Sally lo haría todo.
- Créeme, tu hija vivirá. ¿Y sabes que pienso?
- ¿Qué? – Preguntó
- Que ella estará orgullosa de tenerte como padre. Estará orgullosa de saber que su padre lucho por darle lo mejor a ella y a su madre.
Él chico sonrió, unas lágrimas cayeron de sus ojos, pero las seco rápidamente.
- Muchas gracias…. Lo siento pero, cuál es tu nombre – preguntó apenado.
- Oh – sonreí – Me llamo (Tu nombre)
- Muchas gracias (tu nombre), por darte unos minutos en escucharme siendo un completo extraño para ti.
- No tienes que agradecerme… eh….
- Derek – completo riendo.
- Derek – repetí – No tienes que agradecerme, fue un gusto oírte y ¿sabes algo? No me importo que fueras un “completo extraño” como dijiste. Cuando te vi me di cuenta al instante que eras una gran persona. Y veo que no me equivoqué.
- Derek Johnson – llamo una enfermera.
Inmediatamente giré mi cabeza y mire a Derek. Él paso saliva y me miro asustado.
- Tranquilo, todo saldrá bien – le tomé el hombro.
Él solo asintió. Se paro y camino hasta donde la enfermera. Ambos pasaron al pasillo de emergencia perdiéndolos de vista.
Mire el reloj que se encontraba en la sala. Eran las siete de la mañana. Ya comenzaba a tener hambre, solo había tomado un café. En ese instante se acercan a mi Steban y mi prima.
- ¿Tienes hambre? – preguntó mi amigo.
- Si y mucha – dije tomando mi estomago.
- Entonces vamos al casino a tomar desayuno, tu padre nos dio dinero – mencionó mi prima.
- ¿Él no ira? – pregunté extrañada.
- Dijo que iría después, quiere estar con tu madre y Martín.
Caminamos hasta el casino. Buscamos una mesa vacía y nos sentamos. Llego un hombre de edad y pidió nuestra orden. Para ser un casino tenia aspecto a restauran. Pedimos nuestra orden y comenzamos a comer.
- Rayos olvido mi cuchara, ¿cómo se supone que tomaré mi té?
- Con la mano – dijo Steban.
- Si claro… Ya vengo – me paré y camine hasta el mesón.
Ahí se encontraba Tomás.
- Tomás, ¿me podrías dar una cuchara?
- Claro que si – sonrió y busco una cuchara – Toma aquí tienes.
- Muchas gracias… ¿A qué hora termina tu turno? – pregunté por curiosidad.
- A las ocho – dijo - ¿Por qué?
- Curiosidad…
- ¡(Tu nombre)! – Gritó mi prima - ¡Ven rápido!
- Discúlpame – le dije a Tomás y caminé hasta donde estaban sentados - ¿Qué pasa? ¿Por qué gritas tanto?
- ¡Mira la televisión!, es una canal internacional, solo tienes que leer los subtítulos – dijo ella apuntando al televisor.
Me senté y mire a la televisión que estaba colgada cerca de nosotros.
“Los rumores eran ciertos. Después de tres meses la banda Tokio Hotel ha vuelto a Alemania. Luego de diez horas de viaje la banda aterrizo esta tarde en el aeropuerto de Hamburgo. Los chicos se ven bien, al parecer las pequeñas vacaciones que tomaron no les hicieron nada de mal. Después de muchos meses fuera de sus hogares Gustav y Georg vuelven, y se ven muy contentos. Y que decir los de los hermanos Kaulitz, quienes también se ven muy contentos de pisar su tierra natal después de muchísimo tiempo, ya que como sabemos se mudaron hace más de un año a Los Ángeles.
Esta es una fotografía que pudimos captar cuando llegaron esta tarde al aeropuerto. Muy pronto tendremos la oportunidad de tener una entrevista con ellos, hasta entonces solo habrá que esperar….”
- Se ve feliz – mencionó Steban.
- Creo que extrañaba su país, cualquiera que pasa mucho tiempo lejos de su país lo extrañaría – dije echándole azúcar a mi taza.
- Que lindo se veía Bill en la foto – dijo mi prima.
Steban y yo dirigimos nuestra mirada hacia ella. La miramos algo sorprendidos. Ella se ruborizo y tapo su rostro con sus manos.
- Creo que a alguien le gusta Bill – dijo Steban mordiendo un pedazo de pan y mirando hacia otro lado.
-¡Qué! – Exclamo ella - ¡Estas loco!
- ¿Yo loco?, crees que porque digo la verdad voy a estar loco ¡Estas muy equivocada querida amiga! – rió burlón.
- Eres un maldito…
- ¡Paren! – Interrumpí – no pueden ponerse a discutir aquí, es una clínica.
Ambos se callaron. Tranquilamente comenzamos a comer nuestro desayuno.
Cuando terminamos, Steban y mi prima salieron al jardín a tomar aire. Yo me quede viendo la televisión. “¡(Tu nombre)!” gritaban a lo lejos. Voltee y con la mirada comencé a buscar a la persona que llamaba a mi nombre. Era Derek.
- Por fin te encuentro – dijo agitado.
- ¿Qué paso? – Pregunté
- Lo que… pasa… es…
- Espera, espera – interrumpí – Primero respira y luego me dices bien.
Así lo hizo. Respiro profundo un par de veces y luego prosiguió.
- ¡Tenias razón! – Exclamó - ¡Ella está bien! Nació perfecta, no tiene nada malo. Y Sally también está bien – decía él con una felicidad que podía distinguir a kilómetros.
- ¡En serio! ¡Vaya! Te felicito Derek – me paré y lo abracé, él correspondió.
- Gracias a Dios todo salio bien, no sabes lo feliz que estoy – se separo – Ahora volveré con ella, te veo pronto.
- Adiós, nos vemos.
Busque el dinero que me había pasado mi prima y camine hasta la caja. Pague todo y agradecí. Cuando pretendía irme, Tomás me llamo.
- ¿Qué pasa? – pregunté confusa.
- Me… ¿me darías tu numero de celular? – preguntó rascando su cuello.
- Claro… - le dicte mi número – En estos momentos no lo traigo con migo.
- Te enviaré un mensaje con mi nombre para que sepas que soy.
- Bien…Ahora me voy, tengo que volver con mi familia.
- Claro, nos vemos pronto.
Sólo le sonreí y salí de ahí. Camine por los pasillos de la clínica, hasta que llegue a la salita. Ahí estaba mi prima.
- ¿Por qué tan sola? – pregunté sentándome a su lado.
- Steban fue al baño.
- Hija – llamó papá desde el pasillo.
- ¿Si? – me acerqué a él.
- Creo que sería bueno que vuelvan a casa, necesitan descansar. Han estado mucho tiempo aquí y no han dormido bien. Nosotros estaremos bien. Aquí tienen dinero para un taxi.
- Gracias papá, nos vemos pronto – besé su mejilla.
Le comunique a mi prima lo que me había dicho papá. Buscamos a Steban y luego fuimos a tomar un taxi.
Una vez que llegamos a casa nos dirigimos cada uno a nuestras habitaciones. Tomé una larga ducha y luego me puse mi pijama, quería dormir, me sentía cansada…
Cuando desperté eran las cuatro de la tarde. Había dormido lo suficiente. Me levante, mientras me vestía escuchaba música. Una vez lista, comencé a buscar mi celular. No lo encontraba por ninguna parte. Recordé que lo había dejado en el abrigo que había usado el día anterior. En efecto, ahí se encontraba. Mire la pantalla, tenía dieciséis llamadas perdidas de Tom.
Pensé en llamarlo, pero la diferencia de horarios era un problema. Así que decidí enviarle un mensaje, dándole mis disculpas por no haberle contestado, que pronto le explicaría. Lo envíe y deje el celular sobre el mueble que estaba junto a la cama. Me paré, pero el celular comenzó a vibrar. Mire la pantalla y sonreí estúpidamente
- Lamento haberte despertado – me disculpé.
- No importa hermosa, sabes que para ti estoy disponible en todo momento – pronunció su ronca y hermosa voz.
- ¿Cómo llegaste?, hoy te vi en la televisión. Te veías muy lindo sonriendo.
- ¿A si? – rió - ¿Solo sonriendo?
- Si, solo sonriendo – reí.
- Bien, solo esta vez no discutiré eso porque me tienes preocupado, ¿qué te paso?, ¿por qué no contestabas?
- Oh, lo que sucede es que hace algunas horas atrás estaba en la clínica….
- ¡¿Te paso algo?! – Interrumpió
- No Tom, déjame terminar.
- Bien, continúa…
- Estuve en la clínica desde las tres de la madrugada hasta las ocho de la mañana, porque mi madre dio a luz a mi hermanito – dije aún emocionada.
- ¿En serio? ¡Vaya! Ha nacido mi pequeño cuñado – exclamó.
- Así es, estoy muy feliz.
- Me imagino mi pequeña – escuché como bostezaba.
- Bueno, hablaremos otro día, continua durmiendo.
- No, no, yo quiero hablar con tigo.
- Pero Tom, acabas de tener un viaje muy largo, necesitas descansar, pronto hablaremos.
- Bueno, solo esta vez te obedeceré – dijo con una voz de niño pequeño.
- Adiós Tom, duerme bien.
- Soñaré con angelitos, ¡Oh pero que digo! Creo que ya estoy soñando porque estoy hablando con uno.
- Quizás sea una pesadilla, ¡cuidado que te comeré!
- ¡No!, los angelitos no comen y no es una pesadilla – refunfuño.
- Ok Tom, ahora duerme.
- Así lo aré hermosa, adiós. Te amo mucho.
- También yo.
Tom tiro un beso y luego corto.
Durante la tarde ordene la casa junto con mi prima y Steban. Tratamos de dejar lo más limpio y ordenado posible para que cuando mi madre volviera a casa no hiciera nada y solo se dedicara a cuidar a Martín.
Este será un día inolvidable, no solo porque nació mi hermanito, sino que también porque conocí a nuevas personas, las cuales son muy buenas, cada uno con una historia diferente, con metas distintas. También sé que Tom y los demás chicos han llegado bien a Alemania, que en estos momentos descansan, para mañana comenzar con su trabajo que es crear música. Música la cual las fans pronto conoceremos y cantaremos…
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¡Hola a todas! Ahora tarde menos en subir :D jajajaja, bueno la razón es que hoy salí más temprano de clases y tuve tiempo para escribir un capítulo, espero que les guste. Gracias por sus comentarios y por su paciencia, realmente son las mejores lectoras *-*.

¿Saben algo?, quisiera compartirles algo que para mí es MUY importante. Mañana sábado 26 de noviembre se cumple un año desde que Tokio Hotel vino a Chile (mi país). Un día tan esperado por tantas fans chilenas. Ellos estuvieron cuatro días en Chile *-*, saben es algo tan emocionante, pero triste a la vez. Se preguntaran el por qué, bueno… lo que sucede es que yo no pude ir T.T , en ese entonces conocía a Tokio Hotel pero no era tan fanática como lo soy ahora, y saben… me arrepiento TANTO :’( . Pero estoy muy feliz por aquellas que sí cumplieron su sueño y los conocieron. El concierto fue el 28 de noviembre y tengo una amiga que fue *-* y los vio y dijo que eran hermosos en persona, altos y muchas cosas más. Cuando ella me cuenta como fue, imagino que yo también pude haber estado ahí :(… Pero yo sé que vendrán nuevamente, bueno eso espero… Y si es así iré, mi mamá me lo prometió porque sabe que me encantan *u*. Bueno eso era lo que les quería compartir, sé que muchas de ustedes tuvieron la oportunidad de verlos y sentir esa emoción inexplicable y eso me pone muy feliz *-*. Y para las que no pudieron ir, les digo que no pierdan las esperanzas, pronto saldrá su nuevo disco y comenzaran nuevas giras y deseo de todo corazón que su país y el mío estén incluidos. Adiós Aliens, son las mejores y ¡QUE VIVA TOKIO HOTEL! ♥

PD: disculpen las faltas ortográficas, pero la emoción es difícil de controlar, sobretodo si se trata de los alemanes más hermosos y talentosos del mundo jaja >.<.


(Esta es una foto del concierto. 28/11/10)

7 comentarios:

  1. hermosos el capitulo...!!

    siii un año mas yo soy de peru y hoy 25 se cumple un año del concierto gracias a diso yo si pude ir...!! :) y lso conocii
    y yo igual que tu espeo con ansias que vuelvan a nuestros paises...!!
    sube prontoooo :)

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  2. *o* Mi cumpleaños es el 27 *-* mi mama me habia ofrecido ir de regalo de cumpleaños pero la ignore me sinto maaal D; pero no importa ire la proximaa vez q vengan sdfsdfsdfsdfs
    Era solo porqe en ese entonce sno me gustaban pero ahora los amo T-T

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  3. *-* Amo tu fic *O*, la encontré ayer y me fascino :D ... como leí en tú primer capítulo, eres primeriza en esto de las fic's, pero para serlo escribes demasiado bien :D.

    Yo también soy de Chile y tampoco fui al concierto D: , también tengo al esperanza de que vengan de nuevo y así yo ir :3.

    Bueno, espero que subas pronto *-* por que de verdad amo como escribes y amo la fic entera *-*

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  4. Hermoso capítulo, jajaja quien iba a pensarlo Tomás, jajaja, ami tambien me pasó lo mismo el año pasado vino Tokio Hotel a mi país Perú, pero en esos momentos no los conocía, después en Marzo del siguiente año escuche su música y me empezó a gustar mucho, y me acordé que ellos vinieron hace 5 meses y que yo no fuía su concierto, me sentí tan mal, haaaaaaa pero ahora espero que vuelvan para que yo pueda ir. no pierdo las esperanzas

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  5. Waaaow, después de tanto tiempo entro a la pc y lo primero que hice fue leer tu fic! *-*
    Y me siguee reeencantaddoo!
    Please siguela pronto! (:

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  6. ahhhh!!!!!!!!!!! tu nueva lectora ya me lo lei toda y lo ame ya te sigo ok?
    y emm te puedo pedir un favor? :S
    pasate a la mia porfis apenas doy comeinzo :)
    http://antuanneboys4.blogspot.com/

    espero puedas seguirme bueno bye y tambien espero subas pronto chaito

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