domingo, 20 de noviembre de 2011

Capítulo 22: “Unos se van y otros llegan…”

Fue un día inolvidable. Un día especial, en donde solo existíamos él y yo, el resto no importaba. Será un momento más que conservare en mi memoria. Un momento más de los que he vivido junto a él. Los más hermosos. Únicos…
¿Extrañarlo?, claro que sí. No sé que aré sin él. Tengo a mi familia, a mis amigos, pero, no es lo mismo. Él le da un toque especial a mi vida.
Jamás creí sentir esto, lo amo.
- Creo que hemos llegado muy temprano, ¿no crees? – preguntó Tom mientras entrábamos a mi casa.
- Al parecer sí, pero solo son las nueve. Papá ya se ha ido a su trabajo, solo están mi madre, mi prima y Steban – mencioné
- Steban… - murmuro entre dientes
- Sí Tom, Steban, mi mejor amigo – recalqué las últimas palabras.
- Claro, lo sé…
- ¿Qué pasa Tom? – pregunté notando su molestia.
- Nada…
- No puedes estar molesto por nada, dime – enfoqué mi mirada en la suya.
- No quiero que estés con él, no ahora que estaré lejos de aquí, no puedo estar tranquilo sabiendo que él estará junto a ti – dijo bajando su mirada.
- Pero Tom…
- No soporto la idea de que él esté cerca de ti, mientras que yo estoy a miles de kilómetros lejos de la persona que más quiero – continuó aun con su mirada baja.
- Tom – alcé mis manos y tome de su rostro- Steban y yo solo somos amigos, ¿entiendes? Para mi él nunca será más que un gran amigo. La única persona que en estos momentos ocupa mi corazón, la única persona que me hace sentir algo especial en mi interior, él único que me hace volar a las nubes con sus caricias, besos y abrazos eres tú, y nadie más que tú Tom.
Él subió su mirada encontrándose con la mía. Una tierna y hermosa sonrisa de dibujo en sus labios. Sus grandes y cálidas manos tomaron de mi rostro, acariciándolo con sus pulgares. Besó mis labios muy delicadamente. Separo sus labios de los míos lentamente, luego dio un pequeño beso en mi nariz y rió.
- Lo siento mi pequeña, es solo que… no quiero alejarme de ti, no ahora que lo nuestro acaba de iniciar…
- Tom – lo interrumpí – Yo no me iré de aquí, no te preocupes. Piensa que los días pasarán muy rápido y no nos daremos cuenta cuando nuevamente estemos juntos.
La verdad es que no sé cómo decía eso, no soportaría ni un solo día sin escuchar su ronca voz, sin ver sus hermosos ojos, sin sentir su respiración. Ni yo misma me creía mis propias palabras…
Sentí sus brazos rodear mi cintura, y su cabeza posarse sobre la mía.
- Veo que ya llegaron – dijo mamá entrando al living - ¿cómo lo pasaron?
- Fue el mejor día de mi vida – le sonreí a mamá mientras me separaba de Tom
- También lo fue para mi – respondió él.
- Me alegro muchísimo… ¿Sabes hija?, ayer tu padre me pregunto el por qué de tu ausencia, y bueno… mentí, le dije que unas amigas te habían invitado a su casa, ya que hace mucho tiempo que no las veías, así que si tu padre te pregunta algo con relación a eso, le dices que es cierto.
- Oh… gracias mamá, por… cubrirme.
- Bueno, tenía que hacerlo, o sino tu padre en estos momentos quién sabe que habría hecho. ¡Imagínate!, quizás en estos momentos no tendrías a Tom a tu lado – rió.
- No quiero siquiera imaginar lo que hubiera hecho papá - mire a Tom quien hizo un gesto de terror.
- Bueno, los dejaré solos, creo que mi presencia está demás – mencionó mamá saliendo hacia el pasillo.
- ¿Cuándo nacerá? – preguntó Tom.
- ¿El bebé?... Según los doctores podría nacer esta o la próxima semana.
- Y… ¿qué será?
- Será hombre – sonreí – No sabes cuanto deseo que nazca pronto, solo quiero verlo, abrazarlo, en fin.
- Solo ten paciencia, por ahora, tendrás que conformarte con abrazarme – Rodeo mi cintura con sus brazos y besó mi mejilla.
- Creo que llegue en un mal momento – dijo mi prima retrocediendo
- No te preocupes, ya me iba – dijo Tom – Luego pasaré por ti bonita, los chicos quieren verte antes de irse – susurro en mi oído.
- Te acompañaré hasta la puerta – ofrecí caminando por delante de él.
- Adiós nos vemos pronto – le dijo Tom a mi prima quien se dirigía a la cocina.
- Adiós que tengas buen viaje – respondió ella a las vez que entraba a la cocina.
- Nos vemos después – me sonrió y luego salió.
Cerré la puerta e inmediatamente me dirigí a mi habitación. Tomé una ducha, luego me vestí. Una vez que termine me recosté sobre la cama, recordando el hermoso día que había tenido junto a Tom.
Después de un largo tiempo, baje a la cocina. Ahí se encontraban todos.
- Hola (Tu nombre) – saludó Steban.
- Hola… ¿cómo están? – pregunté a todos mientras me sentaba.
- Con mucho sueño – respondió mi amigo.
- Por favor son las once de la mañana, eres un flojo – exclamó mi prima.
- Me dormí algo tarde, no estoy acostumbrado al cambio de horario – refunfuñó.
- Ya no discutan – dije molesta.
Durante ese momento nadie pregunto qué había hecho el día de ayer. Eso era bueno, ya que no quería dar detalles de algo que para mi era intimo, solo de él y mío.
Durante la mañana fui a la playa con mi prima y mi mejor amigo. Lo disfrute mucho, hace muchísimo tiempo que no salíamos así. Lo extrañaba. A pesar de que era temporada de otoño en Los Ángeles la paya se veía hermosa, serena. La brisa fría, las gaviotas volando por el cielo, el cual tenía algunas nubes.
Al volver a casa, mamá nos esperaba con un rico almuerzo. Por alguna razón notaba a mamá nerviosa, pero a la vez se mostraba normal, era extraño.
Mis visitantes salieron a explorar el condominio, no los acompañé, querían ir solos. Por mi parte me quede en el patio sentada en el pasto, mirando los movimientos que el viento le provocaba al agua de la piscina. A mi espalda sentí que alguien se sentaba, no voltee a ver.
- ¿Puedes sentarte aquí un momento? – preguntó dándole pequeñas palmadas al balancín de jardín.
No respondí, solo me puse de pie y me senté junto a ella.
- ¿Cómo lo pasaste ayer? – preguntó.
- Muy bien, fue un día inolvidable – respondí mirando hacia el frente.
- Me imagino – sonrió, pude verla de reojo - ¿No te hizo nada malo verdad?
- No, nada. Al contrario, se preocupo mucho por ti.
- ¿Te gusta? – mi cuerpo se paralizó por un momento.
- ¿Por qué la pregunta?
- Curiosidad… Sé que te gusta y mucho – rió
- ¿Si lo sabes por qué preguntas?
- Solo quería escucharlo decir de tu boca
- Eres una malvada – ambas reímos.
Después de un momento de silencio nuevamente hablo.
- ¿Lo quieres?
- Sí… - respondí casi en un susurro.
- Él también a ti – después de mucho tiempo la mire.
- ¿Tú crees?
- No tengo que preguntarle para saberlo, lo noto en sus ojos. La forma en que te mira, como te habla, la preocupación que tiene hacia ti. Todo eso refleja lo mucho que te quiere.
Bajé la mirada y guié mi vista hacia el frente.
- ¿Qué pasa? – preguntó.
- Tengo miedo… Miedo a ilusionarme, temo que por mi edad me deje. Temo que yo sea solo un juguete, algo pasajero para él.
- Tranquila, sé que no es así. La edad es solo un número. Cuando sientes que quieres a alguien de verdad, no te importa su edad, su físico, nada. Solo quieres estar con esa persona a toda costa. Pero si algún día algo pasa, aquí estoy yo y te daré todo mi apoyo.
- Muchas gracias mamá – me acerqué a ella la abrace.
Muchas veces nos enfadamos con nuestros padres. Creemos que cuando nos retan o castigan es para arruinarnos la vida, pero no es así. En el fondo lo hacen para nuestro bien, aunque nosotros no nos demos cuenta. No hay mejor persona en quien confiar que en ellos, aunque a veces no podemos contarles algunas cosas, pero si hay alguien en quien podamos pedir ayuda, es en ellos. Sus experiencias y consejos nos sirven mucho, a nosotros, quienes comenzamos a vivir en este mundo tan difícil.
- Sé que Tom se irá hoy por la tarde y que no se verán en mucho tiempo, es por eso que te compré esto – tomó una caja y me la extendió – Es para ti.
- ¿Qué es? - pregunté tomándola.
- Ábrelo y sabrás.
Con mucho cuidado comencé a abrir la caja.
- ¡No puede ser! – Exclamé
- Sé que tardé mucho en comprarlo, perdón.
- Mamá no tienes nada que perdonar, sé que en este último tiempo han estado preocupados por el bebé. Muchas gracias es lo mejor que me has podido dar – la abracé.
Mamá me había comprado un celular. Desde esa vez en que Gabriela había roto el que tenía no había tenido uno, ya que mis padres estaban preocupados por las cosas del bebé. Ahora podré estar en contacto con Tom, eso me pone muy feliz.
El timbre comenzó a sonar. Me levante y fui a abrirlo.
- He venido por ti – sonrió y beso mi mejilla.
- Bien, iré a decirle a mamá, no tardo.
Le dije a mamá que pasaría la tarde en la casa de Tom, para estar con los chicos antes de que se fueran. Ella acepto, tomé mi celular y me dirigí a la puerta, donde se encontraba esperándome Tom.
- Bien, vamos – cerré la puerta – Tengo una buena noticia
- ¿A si?, y ¿cuál es? – preguntó mientras tomaba de mi mano.
- Me acaban de regalar un celular – sonreí - ¿sabes lo que eso significa?
- ¡Que podremos estar en contacto! – exclamó abrazándome y alzándome a la vez.
Después de un tiempo llegamos a su casa.
Ahí se encontraban sentados los chicos, quienes al verme se pararon inmediatamente. Gustav corrió a mi lado y me abrazó.
- Hey cuidado que ella es mía – dijo Tom cruzándose de brazos.
- Tu puedes abrazarla siempre, así que tendrás que soportarnos porque hoy nos toca a nosotros – dijo Gustav.
- Así es, el día de ayer fue toda tuya – menciono Georg molestándolo - nosotros solo queremos estar el tiempo que nos queda con ella.
- La extrañaremos mucho – dijo Bill.
Todos nos sentamos y comenzamos a conversar. Georg y Gustav comentaron que una vez que vuelvan a Alemania se quedarían ahí y no volverían hasta que salga el lanzamiento del nuevo disco. Además Georg planea pasar ese periodo con su novia, ya que después no tendría tiempo para estar con ella.
Mientras hablábamos pude ver por la ventana a Steban y mi prima. Les pregunte a los chicos si podían pasar, ellos con gusto aceptaron. Desde la puerta los llame, ellos se acercaron y entraron.
- Hola – saludaron.
- Hola – respondieron al unísono los chicos.
- Tomen asiento – dijo Bill
Me iba a sentar junto a los chicos, pero Tom tomo de mi mano y me sentó a su lado.
- Tú te sentaras junto a mi – susurro a mi oído.
- Pero Tom estaba sentada junto a Gustav y Georg – respondí de igual manera.
- Ya fue suficiente tiempo con ellos, ahora te sentaras junto a mí – rodeó mis hombros con su brazo.
Así pasamos la tarde. Mi prima y Bill se llevaron muy bien, bastante debo decir, ya que hablaban como si se conocieran de toda la vida. Gustav, Georg y Steban hablaban sobre algo que no le preste mucha atención. Por otra parte Tom y yo estábamos en nuestro mundo.
Todos dejamos de hablar al escuchar la puerta. Varías personas entraron, entre ellas solo reconocí a dos.
- Hola – saludó un hombre.
- Hola David – respondieron los chicos.
- Bien chicos, es hora de subir sus maletas a la van – ordenó su manager.
- ¿Tan pronto? – Pregunto Bill
- Sí Bill, son las ocho y su vuelo sale a las nueve.
- Bien… - murmuro sin ánimos.
- ¿Bill quieres que te maquille? – pregunto una mujer.
- No Natalie, gracias – respondió Bill enojado.
Los chicos se dirigieron al segundo piso en busca de sus maletas. Mientras David se presentaba y nos hablaba de cosas que la verdad no le tome importancia.
Mi prima, Steban y yo salimos a la entrada de la casa. No mucho después salieron los chicos.
Tom se acercó a David y le comento algo. Pude notar como David hacia un gesto de negación pero Tom asistía, hasta que David dio un suspiro rindiéndose. Tom sonrió victorioso y se acercó a mí.
- David me permitió que nos acompañaran hasta el aeropuerto.
- Pero Tom no quiero ser una molestia…
- No eres ninguna molestia – interrumpió- Solo quiero tenerte junto a mi, disfrutar cada minuto que me queda a tu lado.
Antes de dirigirnos al aeropuerto le había avisado a mamá. Tom hablo con Evans para que él nos trajera a mi prima, Steban y a mi de vuelta a casa.
Camino al aeropuerto David dio algunas instrucciones.
- Entraremos por el estacionamiento, ya que en la puerta habrán muchos reporteros. Si se topan con alguno solo respondan lo preciso y nada más – ordenó – Cada uno irá con guardaespaldas.
Los chicos asintieron. Al igual que hace algunos minutos cada uno estaba en su mundo. Gustav, Georg y Steban hablaban sentados en el primer asiento. Mi prima y Bill en el segundo asiento. David y Natalie en el penúltimo asiento, hablaban sobre algo que no alcanzaba a escuchar. Por último Tom y yo, sentados en el último asiento.
- Como desearía que el camino hacia el aeropuerto se hiciera eterno.
- ¿Por qué lo dices? – pregunte acariciando su mano.
- Porque no quiero irme – hizo en gesto de tristeza.
- Tom, es tu trabajo. Es tu mundo, desde pequeños Bill y tú soñaron con esto. Además las fans estamos esperando el nuevo disco, estamos ansiosas – dije sonriendo.
- ¿Estamos? – preguntó con una sonrisa.
- Sí, como oíste. También estoy ansiosa por saber como son las nuevas canciones.
- Paciencia pronto saldrán.
- Hemos llegado – anunció David.
En efecto, fuera del aeropuerto se encontraban algunos reporteros. La van se dirigió hasta el estacionamiento. Todos bajamos, también los guardaespaldas que venían en una van diferente.
- Hola pequeña – saludó mi querido amigo.
- Hola Evans, ¿cómo estas? – pregunté dándole un abrazo.
- Estoy bien gracias, espero que tú también lo estés.
- Hago lo que puedo – respondí bajando la mirada.
- Tranquila, es su trabajo, lo único que tienes que hacer en estos momentos es mostrarle una linda sonrisa a Tom, sino se irá muy preocupado por ti y no podrá trabajar bien.
- Tienes razón… Muchas gracias Evans, no sé que haría sin ti.
- (Tu nombre) – gritó a lo lejos.
- Ve, tu novio te llama – dijo Evans.
Le sonreí y corrí hasta donde estaba Tom. Él tomo de mi mano, sobre su hombro izquierdo llevaba un bolso. David, Natalie y algunos de los guardaespaldas enfocaron mi mirada en nuestras manos. Entre ellos se miraban extrañados.
- Espérame aquí, iré hacer los tramites para el viaje, no tardo – besó mi mejilla y se dirigió junto a los demás chicos.
- (Tu nombre), ¿tienes algunas monedas? – preguntó mi prima.
- Creo que si, ¿por qué?
- Es que me dio sed y quería comprar una bebida en la maquina, pero me falta dinero.
- Oh claro…Aquí tienes – dije pasándole algunas monedas.
- Gracias… ¿Quieres acompañarme? – le preguntó a Steban.
- Bueno – respondió él y ambos se alejaron.
A lo lejos divisé a Tom, quien hacia los tramites. Cuando termino David se le acerco y comenzaron a platicar. Pude notar como Tom se torno serio. No pude ver más ya que una mujer se interpuso quedando frente a mí.
- Así que... eres una de las tantas de Tom – dijo con desprecio.
- ¿Qué?, ¿Qué diablos te pasa? – exclamé molesta.
- Tranquila niña, espero que hayas disfrutado tu noche junto a él, eres igual que todas, una…
- ¡Cállate! – Interrumpió molesto – No te permito que vuelvas a tratarla así ¿me oíste?
- Pero eso es lo que es, solo busca su momento de fama y nada más.
- ¿Así que tu también piensas eso? – preguntó aún molesto.
- ¿Por qué?, a caso ¿hay alguien más que piense como yo?
- Es exactamente lo mismo que David me dijo, ¿qué mierda les pasa? ¿Es que acaso nadie cree que puedo cambiar? Pues ¿sabes algo Natalie?... Cambie. Y no quiero que vuelvas a tratar así a mi novia.
- ¡Qué! ¿Tu novia? – exclamó asombrada.
Tom no dijo nada, solo miro con desprecio a Natalie, tomo de mi mano y me guió hasta donde estaban los demás.
- Lamento lo que paso – dijo Bill.
- ¿Por qué lo lamentas? No has hecho nada hermano.
- Pero es que todos te conocen por tu fama de mujeriego y no creen cuando tienes algo formal.
- ¿Sabes?, no me importa. Yo cambié y si nadie me cree no me importa. Estoy feliz de haber dado este paso, creo que ahora sé lo que es estar… enamorado – rió.
- Y créeme que si, lo note cuando defendiste a (tu nombre) ¡Estabas como loco!
- ¿Tan fuerte hable? – preguntó sorprendido.
- ¿Hablar?, ¿a eso le llamas hablar? – ambos comenzaron a reír.
- Lo siento, pero no permitiré que hablen mal de ella – rodeo su brazo por mi cintura.
- Solo quedan veinte minutos para que nuestro vuelo salga – informo Gustav.
- (Tu nombre), ¿puedes venir un momento? – preguntó Bill.
- Claro… Ahora vuelvo – le dije a Tom.
Me dirigí hasta donde estaba Bill, quien sacaba algo de sus maletas.
- Antes de irme, quisiera darte algo, para que me recuerdes – mencionó buscando en su maleta.
- Bill, no tienes que darme nada…
- Sh… - me calló - Te lo daré igual, aun que es un gran sacrificio para mi, pero lo aré porque te tengo un gran cariño. Toma – dijo extendiendo sus brazos.
- ¡Oh Bill eres muy dulce!
Bill me había regalado una cajita llena de sus gomitas favoritas. Le dí un fuerte abrazo al cual él correspondió. Realmente era un gran sacrificio que Bill me diera algo que a él le fascina.
- Yo también tengo algo para ti – dijo Gustav – Ten, es mi peluche favorito, consérvalo.
- Pero Gustav…
- Yo también te tengo un gran cariño y sé que lo cuidaras mucho – sonrió.
Al igual que Bill le di un gran abrazo.
- Aun falto yo – mencionó Georg – Esto es para ti.
Me dio una pequeña cajita. La abrí con mucho cuidado. En su interior había una fina pulsera con un bajo como dije.
- Un bajo, para que me recuerdes – sonrió
- Muchas gracias Georg – le di un fuerte abrazo – Muchísimas gracias a todos.
- Chicos ya es hora de irnos – comunicó David.
Los chicos se despidieron de mi prima, Steban y de mi. Tom fue el último en despedirse de mi.
- No quiero irme – susurro apoyando su frente con la mía.
- Tienes que hacerlo – respondí con voz débil.
- Te extrañare mucho
- También yo – dije con casi un hilo de voz.
Sentía un gran vacío en mi interior. La persona que más quiero está a punto de marcharse. Quién sabe por cuanto tiempo.
Con una gran nostalgia Tom tomó de mi rostro. Nuestros labios se unieron en un hermoso beso.
Como extrañaré sus labios, sus calidos y delicados labios.
- Tom ya es hora de irnos – llamo David.
Tom me miró con unos ojos llenos de tristeza. Tomó sus maletas y comenzó a caminar uniéndose al resto de los chicos.
Un nudo tremendo se formo en mi garganta. Mi corazón comenzó a acelerarse. Involuntariamente mi cuerpo comenzó a moverse y mis ojos a llenarse de lagrimas.
¡Tom! Grité a la vez que corría. Él volteo al igual que algunos de los que iban con él. Dejo su maleta y bolso a un lado de él y dio un par de pasos hacia el frente extendiendo sus brazos. Me alzo entre ellos. Cruce mis brazos alrededor de su cuello y escondí mi rostro en su hombro. Lloraba como una verdadera niña pequeña.
- Te amo Tom – susurre entre sollozos.
- Yo también te amo mi amor – dijo aumentando su abrazo.
Poco a poco me fue bajando. Tomó de mi rostro y corrió el cabello que había sobre el.
- Ya no llores – secó algunas lágrimas que tenía sobre mis mejillas.
Nuestro último beso. Distinto al de hace algunos momentos. Este reflejaba el verdadero amor que sentíamos el uno por el otro. Él tomo de mi cuello, ejerciendo más presión, intensificando el beso.
Ambos nos separamos lentamente.
- Eres mi todo – dijo con sus ojos cerrados.
- Para mi también lo eres todo – di un corto beso un sus labios.
Abrió sus ojos y sonrió. Me separe de él. Tom nuevamente tomo sus maletas y se unió al grupo. Georg y Bill le dieron pequeñas palmadas en sus hombros. Así fue hasta que los perdí de vista.
A lo lejos divisé como el avión despegaba, llevándose a mi amor…
- Ya es hora de irnos – dijo Evans tocando mi hombro.
No dije nada. Ambos volteamos y caminamos hasta donde mi prima y Steban. Fuera del aeropuerto aún se encontraban algunos periodistas. Evans fue al estacionamiento por su auto y luego nos fuimos a casa.
En la noche solo pensaba en Tom. Recordaba cada momento junto a él, hasta que logre conciliar el sueño.
No duro mucho tiempo. Son las tres de la madrugada. En casa hay mucho movimiento. Me levante preocupada, salí al pasillo, ahí me encontré con papá.
- ¿Qué pasa? – pregunte.
- Hija vístete y prepara algunas cosas – ordenó.
- ¿Pasa algo malo?
- No, al contrario… Tu madre dará a luz – sonrió papá.
- ¡Qué! – exclamé sorprendida.
- ¡Si! apúrate – ordeno bajando las escaleras.
Así lo hice. Mi prima y Steban ya estaban listos. Rápidamente me veste y arregle, baje al primer piso y subí al auto.
Es increíble después, después de nueve meses llegara mi querido hermanito. Tom se fue y ahora llegara un nuevo ser a mi vida. Estoy nerviosa y a la vez ansiosa de conocerlo. En poco tiempo te tendré junto a mi hermanito…

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Lamento muchísimo la tardanza. Esta semana será agotadora, tendré muchas pruebas y la próxima también :( , pero son las última, luego podré subir más seguido capítulos. Gracias por su paciencia, son las mejores ♥. Adiós y que tengas una linda semana.

5 comentarios:

  1. aw.. que lindo el capitulo
    me encanto c':

    Isi*

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  2. largoooooooo...!!
    awww me encantooo..
    esta genial la fic
    siguelaaaaaaaa sueb prontooo :)
    suerte

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  3. ohhh me gusto mucho...esa despedida llena de amor...como si no se fueran a ver mas :3
    espero el proximo :D
    besos y te espero en el mio :)
    http://foreveryou-foreversacred.blogspot.com/

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  4. Te demora un siglo prima ¬¬
    subelos mas seguidos xD <3
    para mi que tod@s abre y cierran pestañas para
    ver si subes el capitulo
    como tu lo haces con los demas jjajajaaj
    es desesperante no crees :3
    bue estuvo muy lindo me encanto
    cuidate

    tu prima: YO xD

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  5. ame tu fic sube pronto
    y te espero en la mia
    http://gritandoportienlaoscuridad.blogspot.com/

    suerte en tus pruebas :)

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