martes, 1 de noviembre de 2011

Capítulo 21: “Mi corazón te pertenece”

Estúpido timbre. ¿Quién puede ser a esta hora? Lentamente fui abriendo los ojos. Mire mi reloj, eran las 9:30 de la mañana.
Sentí como subían las escaleras. Aquellos pasos se fueron haciendo más fuertes a medida que se acercaba a mi habitación.
- ¿Hija?, estas despierta – preguntó mamá desde afuera.
- Si mamá, pasa.
- Hija será mejor que te levantes, tienes visitas.
- ¿Visitas?, ¿a esta hora?... ¿Quién es?
- No puedo decírtelo, solo ve al baño, arréglate y baja. Aquella persona me dijo que te tomaras tu tiempo, que te estará esperando.
- Mamá me estas asustando.
- Solo has lo que te dije, y no bajes hasta que estés lista – mamá sonrió y luego salió de mi habitación.
Esto me parecía algo extraño, pero obedecí a mamá. Me dirigí hasta el baño y tome una ducha. Luego salí envuelta en toalla y comencé a buscar la ropa que más me parecía bonita. Me maquille un poco y seque mi pelo.
Antes de que pudiera abrir la puerta para salir, mamá ya lo había hecho.
- Hija, antes de que bajes, quiero decirte que te cuides mucho, que lo pases muy bien y diviértete. No te preocupes por los chicos que ya los entretendré en tu ausencia.
- Gracias mamá, aun que aún no entiendo de que me hablas.
- Solo baja y entenderás – rió
Baje las escaleras y camine por el pasillo hasta que llegue al living. Realmente era una sorpresa. Y debo decir que la más hermosa.
- Hola mi pequeña – saludó con una hermosa sonrisa.
- ¿Tom qué haces aquí? – pregunté asombrada.
- Solo quise darte una sorpresa
- Y vaya que la fue – me acerqué a él y lo abrase.
- ¿Estas lista?
- ¿Lista para qué? – pregunte confusa alzando la mirada.
- Para salir, hoy serás toda mía – sonrió con su típica sonrisa picara.
- Pero Tom y mi mamá…
- Ya hable con él – interrumpió mamá
- ¿Cómo? – no entendía nada, ¿de qué me había perdido?
- Mientras tú te alistabas, Tom y yo conversamos sobre algunas cosas. Me pidió si podía “secuestrarte” por todo el día. Acepte claro, sé que se llevan muy bien. Demasiado bien diría yo… - dijo recalcando la última frase.
- Mamá… - exclamé algo ruborizada. Tom solo soltó una pequeña risita.
- Muy bien vayan, tienen que aprovechar el día – mencionó mamá
Comenzamos a caminar, pero antes mamá tomo el brazo de Tom y le susurro algo en su oído. Tom solo me miro y sonrió.
Nos despedimos de mamá y luego salimos. Fuera de mi casa se encontraba estacionado el auto de Tom. Él amablemente me abrió la puerta para que subiera. Yo agradecí y posteriormente subió él. Abrochamos nuestros cinturones de seguridad.
- ¿Tienes hambre? – preguntó mientras encendía el auto.
- Así es.
- Yo también – rió – Así que primero iremos a comer a un restaurante. Luego veremos que aremos, ¿bueno?
- Bueno – afirmé con una sonrisa. Luego hice una pausa y hable - ¿Tom?
- Dime hermosa
- ¿Cómo fue que paso esto?, ¿qué le dijiste a mi madre?
- Oh… bueno, lo que paso fue que pensé en pasar todo el día con tigo, entonces me levante muy temprano e hice un par de reservaciones. Después me dirigí a tu casa y tu madre me abrió la puerta. La salude y pregunte por ti, me dijo que aun estabas dormida y me pidió que esperara en el living. Le dije que te tomaras tu tiempo así podría charlar un poco con ella. Cuando bajo, nos sentamos en el sofá y comenzamos a platicar. Le pregunte si podía “secuestrarte” por un día entero, me preguntó la razón y bueno… le dije que para mi eres una persona muy importante y quería darte una sorpresa, además que no podría verte después ya que iría a Alemania. Ella acepto y me pidió que te cuidara.
- Realmente me sorprende que mamá haya aceptado – nuevamente hice una pausa - ¿Tom?
- ¿Si?
- ¿Qué te dijo mamá antes de irnos?
- Eres muy curiosa pequeña – sonrió sin quitar la vista del frente – Me dijo; “Sé que hay algo entre ustedes, no pueden ocultarlo”. Y ¿sabes?, tiene razón.
- ¿Por qué lo dices?
- No puedo ocultar lo que siento por ti – volteo su rostro hacia mi - Te amo mi pequeñita.
- También yo Tom – me acerqué a él y bese su mejilla.
En el trayecto Tom colocó un CD de su cantante favorito, Samy Deluxe. Yo admiraba cada movimiento que hacia su boca. Me llamaba la atención ver “cantar” a Tom. Me parecía increíble como pronunciaba aquellas palabras, claro no entendía el alemán.
- ¿Por qué me ves así? – Rió
- Me gusta verte cantar y me gusta como suena el alemán.
- Ich liebe dich schön – dijo mientras estacionaba su auto.
- También yo Tom – sonreí
- ¿Cómo sabes lo que dije?
- Tom, soy fan de ustedes, gracias a eso conosí algunas palabras en alemán.
Bajo del auto. Desabroche mi sinturon de seguridad y antes de que abriera la puerta él ya lo había hecho.
- Es increible que sepas palabras en alemán y yo no sepa casi nada del español – se cruzó de brazos.
- No te enojes, prometo enseñarte.
- ¿En serio?
- Si
- ¿Segura?
- Si Tom
Tom comenzó a aplaudir y luego me abrazó. Su emocion era tal que me alzo en sus brazos, quedando mas o menos a su altura.
- Por primera vez en mi vida me siento alta – reí chocando mi frente con la de Tom.
- Eres muy bajita, cuando te beso tengo que agacharme mucho – hizo un pucherito, parecia un niño pequeño.
- ¡Oye!, no es mi culpa que seas un gigante – refunfuñe.
- Pero eso jamás me impedira besar tus hermosos labios mi pequeñita – se aserco más a mi y comenzó a darme pequeños besos en los labios.
- Ok, vamos no quiero que te mueras de hambre por mi culpa – dijo mientras me bajaba.
Tomo de mi mano y me guio hasta el restauran. Este estaba ubicado cerca de la playa, ya que a lo lejos oía el ruido de las olas.
El lugar era bastante reserbado. Se encontraba poca gente, eso era bueno.
Entramos al restaurante. Tom me guio hasta el fondo del lugar. Ahí se encontraba una mesa para dos. Camine hasta mi asiento, pero Tom se adelanto para abrirlo.
Agradeci y luego él se sento a mi lado.
- Decidí traerte aquí. Por si ya lo notaste no hay tantas personas, eso es bueno ya que no quiero llamar la atención. No quiero a paparazzis cerca mio, no quiero que te molesten. Es algo irritante.
- Gracias por preocuparte – le sonreí
- Siempre me preocupare por ti, no dejare que alguien te haga daño o te moleste.
En ese momento se hacerco el mesero y nos entrego los menús.
- ¿Qué pediras? – pregunto Tom con la vista en el menú.
- Creo que pediré jugo de naranja, con tostadas y huevos.
- Buena eleccion, creo que también pedire lo mismo, pero... ¡también traiga waffles! – exclamó.
- En seguida – respondió el mesero y se retiró con los menús.
No mucho despues llego con nuestros pedidos.
- ¡A comer! – exclamó Tom y comenzó a comer sus waffles.
Mientras comiamos nuestro desayuno hablabamos de diversas cosas. Así se nos pasaron los minutos.
- Bueno, ya hemos acabado. ¿Qué tal si nos vamos?, aún tengo más sorpresas para ti.
- Bueno, pero antes – tome una servilleta y limpie su boca, la cual tenía restos de polvo del waffle – listo, ahora sí.
Él rió y beso mis labios. Luego llamo al mesero y le pago. Agradecimos y salimos de ahí.
- Tom, tu auto no está – exclamé asustada.
- Lo sé mi pequeña no te asustes. Le pedí a alguien que se lo llevara al lugar que iremos más tarde.
- ¿A donde iremos?
- Ya veras...
Caminamos hasta la orilla de la playa. Tom solto de mi mano y se alejo un poco de mí. Con sus dedos comenzó a escribir en la arena humeda.
Cuando termino, sacudio sus manos y se aserco a mi.
- Lee lo que escribi
Caminé hasta el lugar en que había escrito y comencé a leer.
Tan solo saber que estas a mi lado, me hace sentir el ser más feliz de este mundo.
Sonreí y luego mire a Tom.
- No soy experto en escribir cosas así, me es difícil expresarme – dijo rascando su nuca.
- Es lo más lindo que alguien haya hecho por mí – lo abracé.
Nos sentamos muy cerca de la orilla del mar. Tom rodeo mis hombros con su brazo. Yo lo abrace por su cintura y apoye mi cabeza en su pecho.
Nada ni nadie podia interrumpir aquel momento. En el lugar no se encontraba nadie. Solo él, yo y el hermoso quebrar de las olas.
Al parecer habían pasado algunas horas, ya que el sol había cambiado de dirección.
Tom y yo no dirigimos palabra alguna. ¿Para qué? Las caricias, los abrasos, los besos eran más que suficientes. Las palabras sobraban.
- Ya es hora de ir a comer – susurro a mi oído.
No dije nada, solo lo seguí.
En la playa se encontraba una hermosa cabaña. Pude notar que la puerta de esta se encontraba abierta. De ella salió un señor de bigote.
- Ya está servido joven Tom – dijo aquel hombre.
- Muchas gracias Wilson – sonrió Tom tomando mi cintura, luego entramos a la cabaña.
Todo era realmente hermoso. La mesa estaba repleta de comida, cubiertos y vasos.
Ambos nos sentamos y comenzamos a comer.
-¿Tom?
- ¿Si?
- ¿Por qué ayer habían tantos autos fuera de tu casa?
- ¿Autos?... ¡Oh!.. Bueno el día de ayer fueron algunas personas de la disquera, también estuvo David. Estuvimos hablando acerca del viaje de ma…la próxima semana – dijo nervioso.
- Tom ¿qué pasa?, ¿me estas ocultando algo?
- No mi pequeña nada
En ese momento suena el celular de Tom. Él se disculpo y salio de la cabaña.
No mucho tiempo después entro nuevamente.
- ¿Estas lista?
- ¿Lista para qué? – pregunte sin entender.
- Iremos a otro lado, ven el auto está afuera.
Me pare y seguí a Tom hasta donde estaba el auto.
Dentro de el se encontraba un chico que se me hacia familiar. Subí a la parte trasera del auto, pero algo sucedió. Tom no subió.
- ¿Por qué no subes? – pregunté bajando la ventana.
- Nunca dije que iría con tigo. Esta vez iras sola, yo iré más tarde. Aún tengo algunas cosas pendientes. Nos veremos en el hotel.
- Pero…
- Confía en mí.
- Confío en ti Tom.
- Entonces te veré más tarde hermosa – besó mis labios y luego se alejo del auto.
Este comenzó a andar.
- ¿No me saludaras? Tan rápido te has olvidado de mí.
- ¿Evans?
- ¡Claro!, ¿a caso hay alguien más?
- No – reí – Vaya, que sorpresa.
- El joven Tom me pidió que te cuidara mientras él hacia algunas cosas.
- ¿Qué hará Tom?
- Tengo prohibido dar información
- Rayos – exclamé cruzándome de brazos.
- Solo ponte cómoda y disfruta el paisaje – recomendó Evans.
- Pero, ¿ahora a donde vamos?
- Iremos a una tienda comercial es busca de algo.
- ¿Qué cosa?
- Algo – rió
Esto ya me estaba estresando. ¿Por qué tantos misterios y secretos? Aún no entiendo por qué razón Tom no está.
El trayecto ha sido entretenido. Mi amistad con Evans ha sido muy especial. Tenemos una gran confianza, creo que es por esa razón que Tom me dejo en manos de él.
- Bien, hemos llegado – mencionó estacionando el auto.
Ambos bajamos del auto y entramos a la tienda.
- Puedes ver la ropa por mientras que yo voy a buscar el encargo, no tardo – dijo mientras se alejaba.
- Ok – respondí sin importancia.
Mientras esperaba a Evans daba vueltas por toda la tienda. Miraba los pantalones, zapatos e incluso a las personas que compraban.
“(Tu nombre)”, escuche que gritaban. Voltee y era Evans quien me hacia señas con su mano.
- Lamento la demora
- No te preocupes – sonreí
- Bueno ahora subamos al auto, iremos a otro lado.
No pronuncie palabra alguna, solo seguí a Evans en silencio. Subimos al auto y nuevamente me senté en la parte trasera.
-¿No preguntaras a dónde vamos?
- ¿Para qué? si nunca me lo dices – dije molesta.
- No te enojes, esta vez si puedo decirte. Iremos a un salón de belleza.
No dije nada, solo vi como Evans me miraba por el retrovisor.
En el camino no comentamos nada. Solo miraba hacia fuera.
- Hemos llegado – comunicó mi querido amigo.
Baje del auto y posteriormente lo hizo él. Entramos al salón de belleza e inmediatamente se acercó un chico a mí.
- Buenas tardes – saludó con una gran sonrisa, dejando mostrar sus blancos dientes.
- Buenas tardes – saludé
- ¿En qué los puedo ayudar? – preguntó aun sin quitar su sonrisa.
- Oh si, ¿puedes venir un momento? – le dijo Evans al chico.
Ellos se alejaron un poco de mí. Evans le comento algo que no pude escuchar. ¡Odio esto!, ¿por qué tanto secreto?...
- Bueno (tu nombre) – dijo Evans llegando a mi lado – Te dejare un momento sola, bueno no del todo sola, te quedaras con Ben. Pasare por ti dentro de una hora.
Solo asentí. Luego de eso Evans se fue, quedando sola con Ben.
- ¿Por qué tienes esa cara? – pregunto el muchacho.
- Bueno, creo que no tengo otra – respondí irónica.
- ¡Estas enojada! – Exclamó
- No lo estoy.
- Claro que sí, ven siéntate y me cuentas que te pasa – dijo dándole palmaditas a la silla.
Me rendí. Caminé hasta la silla y me senté. Ben giró la silla, provocando que quedara frente al espejo.
- Bueno, ahora cuéntame, ¿por qué razón tienes esa carita?
- Lo que sucede es que en estas últimas horas me han estado ocultando muchas cosas, y me parece extraño todo.
- Tienes que estar tranquila linda, estoy seguro de que algo bueno pasará, solo ten paciencia.
- ¿Tu crees?
- ¡Claro que si!, una vez mi novio me invito a salir y estuvo muy raro. Me comencé a sentir mal porque creí que ya no me quería, pero después me di cuenta que no era así, él me tenía una hermosa sorpresa, pero no quería decirme nada, porque claro, no sería sorpresa – ambos comenzamos a reír.
- Tienes razón, Tom me dijo que confiara en él, y así lo aré.
- Así es como se habla. Ahora mi misión es dejarte más hermosa de lo que eres – sonrió
Me ruboricé ante su comentario.
Así Ben comenzó a hacerme un masaje en el pelo. Lo lavo y secó. Luego comenzó a hacerme ondas en el cabello. Mientras lo hacia hablábamos como si nos conociéramos toda la vida. Ben es una persona muy simpática y sociable. Me contó que a pesar de todas las criticas que le han hecho, él lucho por estar con Jack, su novio. Actualmente aún siguen juntos y tienen una linda vida.
Podía notar como Ben estaba enamorado de Jack. Sus ojos reflejaban ese sentimiento inexplicable que sientes cuando estas enamorado. Sus palabras eran tan del alma que me emocionaban. Todo eso me recordó a aquel día en que Tom me pidió ser su novia. Las hermosas palabras que jamás olvidare volvieron a mi mente.
- Bueno he terminado, ahora te maquillaré – dijo sacando algunas sombras de un cajón.
Ben me pidió que cerrara mis ojos. Así lo hice y comenzó a maquillarme. No tardo mucho tiempo, ya tenía experiencia.
- ¡He terminado!- exclamó – Ya puedes verte.
- Vaya si que haces magia – reí mientras me veía en el espejo.
- ¡Pero que tenemos aquí! – Exclamó Evans quien entraba al salón – Te vez hermosísima (tu nombre).
- Gracias Evans – dije ruborizada.
- Bueno ahora nos tenemos que ir, antes de que se te haga tarde – menciono Evans.
- Si, si, si tienes que irte. ¡Que emoción!, de seguro tu novio Tom quedara loco cuando te vea – exclamó emocionado Ben.
- Bueno, muchas gracias por todo Ben, tienes unas manos fantásticas – sonreí y lo abrace.
- No es nada linda- correspondiendo mi abrazo.
Camine junto con Evans hasta la entrada para salir. No sin antes escuchar a Ben gritar “suerte”.
- Ahora iremos al hotel Chateau Marmont – menciono Evans mientras conducía.
- ¿Dónde se encuentra ese hotel?
- No muy lejos de aquí, estaremos ahí dentro de diez minutos.
Efectivamente. No tardamos mucho en llegar. El hotel por fuera era realmente lindo, y muy grande.
Evans se dirigió hasta el estacionamiento, ya que a la entrada del hotel se encontraban muchos paparazzi y periodistas.
- ¿Por qué hay tantas personas en la entrada?- pregunté a Evans mientras caminábamos hacia la recepción.
- Porque por si no lo notaste en este hotel solo vienen personas famosas, es por esa razón que hay tantos periodistas y paparazzi – respondió y luego se dirigió a la recepcionista – Buenas tardes Alice.
- Buenas tardes Evans, ¿en qué te puedo ayudar? – preguntó amablemente aquella mujer.
- Vengo por una reservación a nombre del joven Kaulitz.
- Oh sí, la reservación del joven Tom. Veamos…- dijo mientras buscaba en la pantalla del computador - El numero de su suite es la 324 – informó entregándole las llaves a Evans.
- Muchas gracias Alice. ¿Alguna novedad? – preguntó mi acompañante.
- Hasta el momento ninguna, está todo listo y muy hermoso debo decir – respondió poniendo sus manos en las mejillas.
- Perfecto entonces llevare a esta señorita a la suite. Adiós Alice y gracias por todo.
- De nada y que tenga una linda noche señorita (tu nombre) – sonrió aquella mujer.
Solo le sonreí en forma de agradecimiento. Aún no sabía por qué razón estaba en este hotel y por qué me dijo eso aquella mujer.
En el elevador Evans no dijo nada. Se veía nervioso, extraño.
- ¿Sucede algo? – pregunté rompiendo el silencio.
- No nada – respondió al instante.
No mucho después las puertas del elevador se abrieron. Evans tomo de mi brazo y me dirigió hasta la suite. Entramos y nos quedamos en el living.
- ¿Te acuerdas que hace un momento fuimos a una tienda?
- Sí lo recuerdo – respondí
- Bueno, ahí dentro del cuarto se encuentra aquello. Quiero que entres, yo pasaré por ti dentro de unos minutos – dicho eso salió, quedando sola en la suite.
Mientras me dirigía al cuarto, apreciaba toda la suite. A decir verdad era bastante grande y linda. Abrí la puerta del cuarto y encendí la luz.
Ahí se encontraba una cama con algunos pétalos de rosas. Sobre ella había una gran caja blanca, adornada con una cinta color celeste y blanco. Me acerqué a ella y vi un sobre. Lo tome, lo abrí y comencé a leerlo.
“Está noche será sin duda especial. Nada ni nadie podrá arruinarla.
Compre este obsequio para ti, estoy seguro que se vera hermoso en tu cuerpo.
Te espero, no tardes mucho…
… Tom K…. “

Una sonrisa se formo en mis labios.
Deje la carta a un lado y abrí aquella caja. Dentro de ella se encontraba un hermoso vestido y unos zapatos.
Con mucho cuidado comencé a desvestirme, para no arruinar lo que hace algunos momentos me había hecho Ben. Me coloqué el vestido y luego los zapatos. Ordene mi ropa y la deje a los pies de la cama. Antes de salir del cuarto me mire al espejo. Me veía diferente, poco común a como me vestía diariamente.
Salí del cuarto y camine hasta el living. Ahí se encontraba Evans sentado mirando una revista. No había notado mi presencia.
- Estoy lista – dije parándome frente a él.
- ¡Vaya!, te ves muy linda (tu nombre) – exclamó mi querido amigo.
- Hay no digas eso – dije cubriendo mi rostro.
- Solo digo la verdad… Bueno vamos no hagamos esperar a tu novio – Evans ofreció su brazo. Lo tome y salimos de la suite.
Nuevamente subimos al elevador. Evans presionó el botón “bajar”.
- Quiero decirte que Tom tiene mucha suerte de tenerte. Eres una chica muy linda, tanto física como psicológicamente. Quiero desearte lo mejor para esta noche. Espero que lo disfrutes al máximo.
- Muchas gracias Evans, gracias por todo lo que has hecho en estas horas. Tom me dejo en manos de la mejor persona – me acerque a Evans y lo abracé, él correspondió a mi abrazo.
- Hemos llegado – comunicó.
Las puertas del elevador se abrieron dejando ver a las personas que caminaban de un lugar a otro.
Evans me guió hasta la parte trasera del hotel. Ahí se encontraba una puerta de cristal, en ambos lados con guardias.
- Bueno hasta aquí llego
- ¿Por qué?, ¿no entraras? – pregunte.
- No, desde ahora continuas tú sola. Adiós pequeña y disfruta tú noche – Evans me sonrió y se retiro.
Los guardias me miraron y sonrieron.
- Bienvenida al jardín del hotel Chateau Marmont, esperamos que disfrute su noche – dijeron al unísono mientras abrían las puertas.
- Muchas gracias – les sonreí a ambos y entre al jardín.
En el suelo se encontraba un camino de velas. Me guié por ellas, hasta que llegue a un lugar iluminado por faroles. Ahí se encontraba una gran piscina y a un costado de esta una pequeña mesa adornada con flores y velas. No solo eso se encontraba en aquel lugar, sino que también aquel ser perfecto, mi vida. Tom.
Él al verme sonrió como nunca antes lo había visto sonreír. Se acercó a mí y tomo mi mano.
- Te ves realmente hermosa, veo que después de todo no soy tan malo eligiendo ropa de mujer – rió
- Así veo. Tú también te ves hermoso Tom, gracias por todo esto.
- No agradezcas antes de tiempo, aún no termina – tomo de mi mano y me guió hasta la mesa. Corrió mi asiento, le agradecí y luego él se sentó frente a mí.
No mucho tiempo después llego un hombre acompañado de una joven. Ambos traían dos carritos con dos bandejas en ellos. Las colocaron en la mesa, las abrieron y luego se retiraron.
- Bueno, comamos – dijo Tom tomando sus cubiertos.
- Comamos – repetí y ambos comenzamos a reír.
- ¿Cómo te trataron en mi ausencia?, ¿no te hicieron nada malo verdad? – pregunto algo alterado.
- No Tom, no me hicieron nada malo y, me trataron muy bien.
- Que bien, pero cuéntame que hiciste.
- Bueno, primero Evans me llevo a una tienda en busca de una caja, la cual contenía este hermoso vestido. Debo decir que la persona que lo eligió tiene muy buen gusto, y veo que le gustan los vestidos cortos – Tom sonrió – Después en el salón de belleza conocí a Ben, quien me arreglo pelo y maquillo. Es un chico increíble y muy simpático…
- ¿Increíble?, ¿simpático? – interrumpió Tom algo celoso.
- Sí Tom lo que escuchaste – dije notando sus celos.
- Oh ya veo…
- Pero él tiene novio, al igual que yo tengo uno, y no le sería infiel nunca.
Tom sonrió y tomo mi mano, la cual estaba sobre la mesa y la beso.
- Me alegra mucho saber eso. Pero sigue contándome qué mas hiciste en mi ausencia.
- No Tom, basta de hablar de mí, ahora quiero saber algo que me ha estado inquietando.
- ¿Qué cosa? – preguntó nervioso.
- Sé que me has estado ocultando algo y no puedes mentirme. ¿Qué pasa Tom?, ¿es que no confías en mí?
- Sí confío en ti, pero es que…
- ¿Pero qué?
Tom se paro de su asiento y se gano frente a mí. Tomo de mi mano haciendo que me parara. Me guió hasta la orilla de la piscina, luego volteo quedando frente a mí.
- ¿Te acuerdas que hace algunas horas te dije que habían ido los de la disquera a mi casa?
- Sí – respondí
- Bueno, ellos nos hablaron sobre algunos asuntos del CD en que estamos trabajando, y bueno el viaje se adelanto para…
- ¿Para cuando?
- Para mañana en la noche…
- ¿Qué? – exclamé con un hilo de voz.
- Lo siento tanto mi pequeña. Yo quería pasar esta semana con tigo, pero todo fue tan rápido que ni yo mismo pude creerlo. ¡Esto es tan injusto!
Tom se veía molesto. Por mi parte yo aún estaba en un estado de shock. Mi mente no procesaba aún aquellas palabras.
Creí que pasaría esta semana junto a Tom, disfrutándola al máximo antes de su partida a Alemania. Pero solo basto un segundo para que todo se esfumara. Nos separaríamos en algunas horas… Inevitable fue derramar lágrimas, lo fue.
- Por favor no llores – dijo Tom abrazándome.
Correspondí a su abrazo.
- Sé que esta noticia te impacto, al igual que a mí. Es por esa razón que te compre un regalo. No es mucho, pero simboliza algo muy importante para mí.
Tom sacó de su bolsillo una pequeña cajita. La abrió y de ella saco un hermoso collar con un corazón.
- Este corazón – dijo mientras colocaba el collar en mi cuello- Simboliza algo muy importante. Simboliza mí corazón. Tú eres dueña de mi corazón, tú tienes mi corazón. Donde quiera que yo vaya o tú vayas siempre tendrás mi corazón. Mi corazón te pertenece. Eres completamente dueña de el. Pase lo que pase nunca te lo saques. Tú eres y serás la primera mujer que se apodero completamente de el – Tom tomó de mi cintura acercándome a él.
Con ambas manos tome de su rostro y lo besé. Lo besé como si el mundo se fuera acabar. Él correspondió de una manera tan dulce, tan intensa. Aquel momento era perfecto. Solo éramos él y yo, nuestro mundo.
- Te amo – susurro Tom a mi oído.
- También yo – respondí de igual manera.
- Ahora – me miró a los ojos – ¡iremos a bailar!
- ¿A bailar?
- Así es ven, sígueme.
Tom y yo salimos del jardín y nos dirigimos a un gran salón que se encontraba dentro del hotel. Ahí se encontraban muchas personas famosas. Todos bailaban, bebían, en fin, eran como toda persona normal en una fiesta.
- ¿Tom qué pasa si alguien nos ve? – pregunte preocupada.
- No te preocupes, lo que pasa aquí se queda aquí. Nadie dirá nada. Ese es el lema de aquí – rió.
Ambos comenzamos a bailar. Debo reconocer que Tom es un gran bailarín. Su cara era muy picara y a la vez seductora. Algo que provocaba que me estremeciera. No quise quedar atrás, y le demostré a Tom como era en las fiestas.
Cuando ya estaba cansada le pedí a Tom que nos fuéramos. Él me llevo hasta el elevador y subimos a la suite. Entramos e inmediatamente nos dirigimos al cuarto.
- ¿Quieres dormir? – Preguntó
- Si, estoy algo cansada, me duelen muchísimo los pies con estos tacos tan altos – dije mientras me sentaba en la cama y quitaba los zapatos.
- Bueno, yo me voy, para que estés más cómoda, dormiré en el cuarto del lado.
- No – dije rápidamente.
- ¿Qué pasa?
- Quiero que duermas con migo – dije sin temor ni vergüenza alguna.
- ¿Segura?
- Jamás estuve más segura
Él sonrió y se sentó a mi lado. Se sacó sus zapatillas y su chaleco. Luego corrió las frazadas y ambos nos recostamos. Tom me abrazó y besó.
Me recosté en su calido pecho. Él comenzó a acariciar mi cabeza. Reiteradas veces repetía lo mucho que me quería.
“Te amo mi vida”, fue lo último que escuche de él antes de quedarme profundamente dormida…



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Lamento mucho la demora. De verdad soy de lo peor por haberlas hecho esperar tanto :(
Espero que les guste el capítulo. Agradezco mucho a las lectoras que pese a mi demora no abandonan mi fic :’) muchísimas gracias.
Gracias por sus comentarios, de verdad me animan muchísimo. Son las mejores del mundo ♥

9 comentarios:

  1. hermoso capitulo *-*¨<3

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  2. Amo este capitulo sdfsddf es muy tierno T.T seria hermoso q esto no pasara solo en novelas :'c ñ.ñ <3 sube otro luego me inqeto :B

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  3. llorare! de emocion!! jaja me encantoo muchisisisisimooo encerio fue un capitulo muy tierno... y si sube otro rapido quiero saber que mas pasara jaja siguelaaa :'D

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  4. awwwwwwwwwwwww ame el capitulo...!!
    esta hermoso
    sigeulaa sueb pronto..!!
    ovbio esperaremos :)

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  5. definitivamente es el mejor capitulo q he leido
    es tan lindo tan hermosoo ... siguela pronto... la mejor fic.. :)

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  6. como puedes decir que eres de lo peor si escribes de esta forma? nononononono! estas equivocada! esta es una obra maestra, :) pocas como esta fic

    Sigue asi, espero el sig :)

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  7. La verdad, muy increíble, este capítulo me hizo sentir muchos sentimientos a la misma vez, se ve muy lindo y tierno a la vez Tom. Sigue escribiendo por favor.

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  8. esta super lindo pero pork ya no escribes si se ta da muy bien
    porfa sigue k tu
    fic me encanta
    no nos dejes colgadas a tus seguidoras

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  9. Muy increibl Este Capitulo, la Verdad Es Qu uno apnas se imagina la escena de todo lo vivio alli, s siente real :') Sigue la Fic Es ¡Increible!

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